Capítulo 9

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Abro los ojos despacio y me asusto al ver a Adam en mi cama.
Por un momento se me había olvidado que hemos dormido juntos.

Está tumbado de lado y puedo ver sus tatuajes en la espalda.
Miro el reloj que marca las doce y media.

Es muy tarde, aunque también es cierto que nos dormimos bastante tarde, después de bañarnos en el jacuzzi.

Le besé.
Vuelve a mi mente la imagen de nuestros besos y los recuerdo como si fuera un sueño.

Le muevo el brazo despacio pero no reacciona.
Vuelvo a moverle y le susurro:

—Adam, es tarde.

Gruñe y se da la vuelta con un brazo bajo la almohada.
Cuando lo hace un bulto en la parte de abajo sabana aparece.

Me río y pienso que yo he sido la única que ha teñido sueños raros esta noche.
¿Estaría soñando conmigo?

Me ruborizo sólo de pensarlo.

—Buenos días. -Susurra.
—Buenos días.
—¿Qué hora es? -Dice mientras abre los ojos despacio.
—Las doce y media.
—Joder.

Se sienta en la cama y descubre su erección.
Se tapa con la sábana y se levanta.

—Voy al baño. -Corre avergonzado y no puedo evitar reírme.

Minutos después le paso su ropa, todavía húmeda y se la pone en el baño.
Cuando sale pedimos el desayuno para que nos lo suban a la habitación.

Mientras desayunamos hablamos de lo que sucedió ayer.

—¿Quieres hablar sobre...? ¿Lo de ayer? -Susurra mientras bebe café.

¿A qué se refiere exactamente?
Espero que no se refiera al sueño que tuve.

—Vale. -Sonrio nerviosa.
—Antes de nada, yo te besé porque como tú lo hiciste antes pensé que no tendrías problema.
—Y no lo tuve. -Aseguro.

Él sonríe y asiente.

—Yo quería aclarar que no te besé porque había bebido en la fiesta. Lo hice porque quería besarte. -Digo tímida.

Su sonrisa me confirma que él también quería que nos besáramos.

—¿Y ahora qué? -Me río.
—Bueno, tú, me gustas.
—Y tú a mi.
—Podemos, intentarlo. -Se encoge de brazos. -Podemos conocernos, y que pase lo que tenga que pasar. Si te parece bien.

Yo asiento.

—¿Podré besarte? -Pregunto por si es demasiado pronto.

Él en respuesta se levanta y me agarra de la cintura empujándome contra sus caderas y me besa.
Mis labios vuelven a probar el sabor de los suyos, mi nuevo sabor favorito.

Y no sé si soy consciente de que este beso a sellado nuestro compromiso.
Voy a intentarlo con Adam.

Luego vuelve a sentarse y sonríe.

—Me apetece algo más para desayunar. -Dice.
—¿El qué?
—Ahora verás.

Llama de nuevo a recepción y no tengo ni idea de qué está pidiendo.
Al cabo de un rato un camarero llama a la puerta y trae consigo una tarta con dos velas que dicen 21.

Empieza a cantar "cumpleaños feliz" y a dar palmas y me río.

—Feliz cumpleaños Kate.

Yo voy corriendo hacia él y le doy un abrazo.
Es todo un detalle.

—Muchas gracias.
—No hay de qué. Esto...
—¿Sí? -Le animo que me diga lo que sea que quiere decirme.
—¿Qué te parecería volver a mi casa? Quiero decir, tú te aburres aquí sola y yo me aburro sólo en casa. Podríamos empezar lo nuestro allí. Si a tus padres les parece bien.
—¿Y la prensa?
—Bueno, he pretendido evitarlo el mayor tiempo posible pero... -se encoge de hombros- al menos ahora eres mayor de edad.
—Está bien, nos las apañaremos. Iré a casa contigo.

Stay (Adam Levine)Donde viven las historias. Descúbrelo ahora