Capítulo 14

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Minutos después llegamos al hotel y los pies me están matando.
No puedo ni imaginarme lo cansado que debe estar Adam después del concierto, se a pasado las dos ultimas horas cantando, bailando y saltando y me extraña que pueda si quiera mantenerse en pie.

—Estoy deseando ver tu pelo rosa. -Comenta sonriendo.
—Esa canción merecía que perdiera la apuesta. -Admito.
—Gracias. Oye, puedo teñírmelo yo también si así te sientes mejor.
—Tranquilo, en realidad me apetece hacerme un cambio de look. A no ser... que tú, quisieras teñírtelo desde el principio. -Le acuso y con razón.

Aguanta la risa por un momento hasta que esta estalla.

—Lo sabía. -Me río.
—¿Porqué me conoces tan bien? ¡Que rabia! -Se encoge de brazos entre risas.
—¿Siempre sois tan moñas vosotros dos? -Espeta James.

Adam le enseña el dedo del medio y James pone los ojos en blanco entre risas.

Cuando llegamos al hotel tenemos decidido que al llegar a Los Ángeles él se teñirá el pelo rubio, y yo rosa.

Subimos hasta nuestras habitaciones por última vez.
Mis nervios aumentan cuando Adam me mira de reojo en el ascensor.

Espero que se haya acordado de comprar los preservativos.

Al igual que ayer, todos nos quedamos hablando en el pasillo del hotel durante unos minutos hasta darnos las buenas noches.

Cada uno va a su habitación y yo me siento en la cama esperando para que nadie me vea cambiándome de habitación y mentalizándome de que cuando salga por esa puerta, perderé mi virginidad con Adam.

Miro el reloj impaciente y salgo intentando no hacer ruido.
Cuando me giro encuentro a Sam enfrente de su puerta con los brazos cruzados y casi pego un grito al verlo.

—Me has asustado. -Me río nerviosa. -Em, iba a por un café a la máquina, ¿quieres uno? -Por una vez en mi vida, invento una excusa bastante creíble.
—No, gracias. Y... ¿Qué tal con Adam? -Su expresión es fría.
—¿A qué te refieres?
—No sé, ¿estáis bien?

Me dan ganas de contestarle que eso no es asunto suyo, pero me trago mis palabras e intento relajarme.

—Genial. -Afirmo tajante.
—Me alegro. Oye, deberías saber que, no conoces a tu novio.

Ahora siento una mezcla de rabia y curiosidad.

—No entiendo qué quieres decirme, Sam. -Me cruzo de brazos con el ceño fruncido.
—Intento decirte, que sólo quiere aprovecharse de ti, "Adam Levine consuela a una joven que no tiene adonde ir" -Levanta loa brazos- ¿No ves el titular?

Me cayo mirándole con la mirada más dura que he hecho en mi vida.

—Quiere limpiar su imagen. Eso hará mejorar su reputación de cabrón sin sentimientos.
—Adam no tiene esa reputación. ¿De qué coño hablas? -Espeto.
—Oh ¿es que no lo sabes? -Sonríe- Dejó a su anterior novia con un mensaje de texto. Se divierte con las chicas como tú, y después. -Se encoge de brazos- Las deja. Así de sencillo. -Se pone la mano en el pecho- Sólo intento ayudarte contándote esto.
—Pues no me ayudas, no me ayudas una mierda. No dices más que gilipolleces. ¿Y se supone que tú eres su amigo? Un amigo no habla del otro así a sus espaldas. -Exploto.

Él se queda callado y yo intento calmar mi respiración malhumorada.
Este tío es un cretino.

Me giro y llamo a la habitación de Adam.

—Creía que ibas a por café. -Me recuerda Sam.
—Pues no. Voy ha hacerlo con un cabrón sin sentimientos, y pienso gemir tan alto que conseguiré que no duermas en toda la noche.

Stay (Adam Levine)Donde viven las historias. Descúbrelo ahora