Secretos del pasado (BTS Y Tu)

Eres mi deseo

- No podemos, estás herida. - fue a levantarse cuando lo golpeé ligeramente para que cayera en la cama. 

- Que le den a la herida y a toda esta mierda. - pronuncié tras sentarme en su abdomen y acercarme hasta él para besarlo.  

En ese momento solo quería una cosa y estaba delante de mis ojos, así que la tomaría sin pedir permiso. La tomaría sin ningún tipo de remordimiento. Mis labios tocaron los suyos, con solo aquel contacto sabía que se estaba muriendo de ganas de hacerme suya, pero se estaba conteniendo. Tal vez en eso era mejor que yo, no pude hacerlo o más bien no quería hacerlo. 

Tras sentir su mano en mi espalda supe que quería tomar la iniciativa, por lo que dejé que lo hiciera, me quitó la camiseta y después me volcó en la cama mientras que él se quitaba la suya.

Miré su torso por un segundo y después lo acaricié con mis manos, mientras que mis labios llamaban a los suyos.  Sus manos fueron directamente hacia mi sujetador y lo hizo desaparecer con facilidad.

- Así que tiene práctica. - pensé mientras que acariciaba cada pequeña parte de su torso, hasta que llegué al botón del pantalón, lo desabotoné y tras el notarlo, sonrió lascivamente. Bajé la cremallera y esperé que él decidiera quitárselo, pero para mi sorpresa pensó en no seguir mi mandato.

Dejó de besar mis labios y descendió por mi cuello, solo podía pensar en esos labios gruesos tocando mi cuerpo, los deslizó hasta mi pecho y a su vez descendió más sus manos hacia mis caderas. Era tan diferente a los chicos con los que había estado.

Tal vez porque realmente me gustaba, tal vez porque dejaba que hiciera lo que quisiera conmigo. Tal vez porque no tenía que pensar demasiado, simplemente me dejaba guiar como si aquella fuera mi primera vez.

Al sentir un ligero pellizco en uno de mis pechos gemí. Ese hombre era todo lo que había estado esperando durante todo este tiempo. Aunque aquello no era más que el comienzo, su mano derecha se deslizó por mi abdomen hasta llegar a mi pantalón, lo desabrochó y siguió deslizando su mano hasta el interior de mis bragas, sus manos soñadas tocaron mi intimidad con suavidad. 

Una parte de mí lo estaba maldiciendo, aquel placer hacia que mi rostro se viera extraño, pero quería más y más. No me era suficiente, ya no. Quería todo de él, quería que él sintiera el placer también. Aunque parecía no tener que expresarlo, puesto que dejó de tocarme y se levantó para desvestirse, me quité el resto de la ropa y después lo invité hacia a mí.

Su cuerpo desnudo era más hermoso de lo que podía imaginar, lo invité hacia a mí y volví a tumbarme en la cama, pero esta vez algo había cambiado, podía sentir su miembro contra mi muslo. 

- ¿Estás lista? - preguntó tras mirarme a los ojos. 

Su voz sonó más profunda y jadeante. Con aquel acto, me demostró que era todo un caballero y que si hubiera dicho que no, hubiera parado, pero era tarde, mi cuerpo lo pedía y el suyo también.

Ni siquiera contesté, simplemente lo besé para que supiera la respuesta. Mis piernas se adoptaron a él y dejaron que llegara hasta mi intimidad.

Comenzó a moverse ligeramente por lo que mi cuerpo se amoldó a él. Nuestras bocas se separaron y de mí salió un gemido de placer. Sus movimientos se volvían más rápido por lo que mis manos sé deslizaron hacia su espalda mientras que él se movía con libertad. 

- Namjoon. - pronuncié inconscientemente tras cerrar mis ojos y clavar mis uñas ante aquel último movimiento. Me sentía tan genial, tan satisfecha, sin duda había sido el mejor sexo que había tenido en mi vida. Sentí como ambos habíamos llegado al orgasmo, sentí su aliento nuevamente en mí, me besó ligeramente y después me abrazó con fuerza.

- ¿Estás bien? - preguntó tras besarme ligeramente el cuello.

- Mejor que nunca. - me giré hacia él y me acurruqué en él. Por primera vez en mi vida, me había sentido amada. - Gracias, por enseñarme lo que realmente amar. - pensé tras besar su pecho.