-Capítulo 24-

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-Narra Sofia-

Sus movimientos dentro de mí se hicieron más fuertes y rápidos. Sentí como algo dentro de mí, se rompió. Adiós virginidad. Mientras gritaba por el dolor, pero al mismo tiempo, placer que él me otorgaba, él besaba mi cuello y al ver que mis gritos aumentaban, beso mi boca en gesto de que los callara. Es que era imposible. Este chico me hacía, no solo volver loca, sino que me hacía sentir tantas cosas mientras él se movía dentro de mí.

Mateo: ¿Quieres que pare? -preguntó con la respiración entrecortada por tanto esfuerzo-

Sofia: Ni se te ocurra parar -dije y enterré más mis manos en sus cabellos. Sentí su risa y sentí que me excitaba más aun. Sentía que ya estaba llegando al clímax de mi éxtasis- Mateo, ya voy a... -intenté hablar-

Mateo: También yo -dijo con voz entrecortada y forzosa-

Se empezó a mover con más fuerza y me pedía que aguantara. Ya sentía un líquido correr por mi interior y él bajó la velocidad hasta que su miembro se separó de mi.

Ambos caímos rendidos en la cama. Me giré a verlo y vi como gotas de sudor caían por su frente. Me acerqué a él, me puse en una posición en la cual pudiera verlo bien y luego, las sequé con mi mano. Le sonreí y raramente, él también lo hizo. Tiene una sonrisa tan hermosa, ¿por qué será que no sonríe siempre?

Mateo se quedó mirándome, como si tratara de decirme algo, mientras yo acariciaba su pecho. De repente, él tomó mi mano

Mateo: Debo decirte la verdad -dijo y lo miré atenta, pero extrañada- yo no te dije que no fueras por el hecho de que tú me escuchas, sino porque no quería que algo te pasara -Sonreí por la ternura con la que decía sus palabras. Lo abracé instantáneamente-

Sofia: Pues salvaste mi vida, gracias -dije casi en susurro. Él suspiró y yo sonreía- Aun tengo algunas dudas sobre ti -dije y lo miré a los ojos, él también lo hizo- ¿qué te paso en el brazo?

Mateo: Una herida -dijo-

Sofia: ¿Cómo te la hiciste?

Mateo: Nada, larga historia, no importa –dijo. Lo dejé pasar-

Sofia: ¿Qué hay acerca de cuándo tus "amigos" fueron atacados por unos hombres armados?

Mateo: Uhm, fue una pelea

Sofia: Que yo sepa, las peleas no son con armas

Mateo: ¿Qué te digo? Vivimos al límite

Sofia: ¿Y tus padres están de acuerdo con eso? -pregunté. Su rostro cambió por completo, se volvió uno más serio-

Mateo: Yo... no tengo padres -dijo y sentí una punzada en el corazón-

Sofia: ¿De veras? Lo siento, de verdad no sabía -dije entristecida-

Mateo: Ya, no te preocupes

Sofia: Pero estamos igual -le dije y me tumbé en la cama, mirando al techo. Él se dio vuelta hacía mí y me miró-

Mateo: ¿Ah si? -preguntó y yo asentí. Los recuerdos de mis padres volvieron a mí. Qué triste fue mi infancia-

Sofia: Mi mamá falleció durante mi parto, mi papa, unos meses después, por cáncer que se agravó por la depresión que sintió por la muerte de mi mamá -dije, intentando no llorar-

Mateo: ¿Por qué durante el parto? ¿Qué sucedió?

Sofia: No se sabe bien, ella era anémica y su cuerpo se debilitó cuando mi hermano nació, estuvo semanas internada porque no tenía fuerzas, le habían dicho que no sería aconsejable otro bebé, aun así, quince años después, mi mamá quedó embarazada y no abortó. Yo terminé de debilitarla por completo -dije y suspiré, intentando reprimir lágrimas- ella no aguantó

Mateo: Qué suerte tuvo -dijo él. Lo miré extrañada. ¿Se está burlando de la muerte de mi madre, acaso?- Aunque sea, tu mamá falleció siendo feliz

Sofia: ¿Qué le pasó a tu mamá?

Mateo: Quedó embarazada y mi padre no quería un hijo, comenzó a comportarse violentamente, ella escapó, pero luego de tenerme, mi maldito padre la encontró y la mató -abrí mis ojos como platos, jamás creí que una persona pudiese hacer eso- luego se fue y desde entonces viví y estudié en un orfanato, hasta que tuve la edad de salir, y aquí estoy ahora –lo mire con cierto entendimiento-

Sofia: Vaya –dije- que trágico

Mateo: Lo sé, por eso digo que tu mamá por lo menos, murió siendo feliz, mi mamá no fue amada y... murió gracias a mi -dijo entristecido. Sentí como lo entendía, yo también siento que mi mamá murió por mi culpa-

Sofia: Yo me siento igual

Mateo: No es tu culpa -me alentó él-

Sofia: Si Mateo, yo no tendría que haber nacido

Mateo: Yo no tuve que haber nacido -dijo él. Ambos suspiramos-

Sofia: Es imposible no sentirse culpable -dije-

Mateo: Es cierto -dijo él-

Kriptonita -Mateo Palacios y Sofia Pevensie (1ra temporada)- FanfictionDonde viven las historias. Descúbrelo ahora