-Narra Sofia-
Mateo: ¿Quién habla? -preguntó y lo miré atenta- ya voy -Lo miré anonadada-
Sofia: ¿Quién era? -pregunté cuando termino la llamada-
Mateo: Es Camilo quien está abajo -dijo y bajó las escaleras-
Largué todo el aire que tenía en los pulmones. Bajé detrás de Mateo y vi que Camilo, quien estaba parado en la sala de estar, tocaba el brazo de Mateo. El castaño se quejaba
Camilo: Sofia, ¿tienes aguja, hilo y una venda? -preguntó el morocho- a Mateo se le abrió una vieja herida.
Me acerqué y examiné el manchón que tenía en su campera gris, antes lo había visto, pero lo había olvidado. El manchón bordó era inmenso
Sofia: Acuéstalo en el sillón, iré por el botiquín -dije y lo hice, fui por el botiquín y dos vasos de agua-
Cuando llegué a la sala, Mateo estaba recostado y solo traía una polera blanca, que resaltaba mucho sus músculos. Lo examiné pero me detuve en el enorme manchón rojo de su brazo derecho. Me asombré y apuré mi paso. Cuando estuve junto a él comencé a cerrar las partes abiertas de su profunda, ensangrentada y gran herida.
Sofia: Uhm, necesitaría que... bueno... necesito -balbuceé-
Camilo: Sofia te está pidiendo que te quites la polera, Mateo –dijo y me miró divertido, yo me sonrojé-
Mateo asintió y se quitó la polera, dejando al aire sus marcados y duros pectorales y sus abdominales enormes y también duros y bien marcados.
Sofia: ¿Qué fue lo que pasó, Mateo? -pregunté luego de un rato de estar cociendo su herida-
Camilo: Tu sabes cómo es la inseguridad hoy en día -contestó por Mateo-
Sofia: ¿Fue un ladrón o algo así? -pregunté-
Mateo: No -dijo-
Camilo: Si -respondió Camilo y se miraron. Camilo volvió a mí- Quisieron robarle y se resistió -dijo el moreno-
Sofia: Podrían haberte matado, Mateo -dije mirando al castaño herido-
Mateo: Já -rió él- que lo intenten.
Camilo lo miró mal y yo terminé de cerrar su herida. Limpié con un repasador la sangre que aun circulaba por su extremidad y le coloqué la venda. Luego le busqué una bufanda para que actuara como colgante, en la cual Mateo podría apoyar su brazo herido y este descansaría tranquilo.
Sofia: ¿Te encuentras bien? -pregunté y le extendí un vaso de agua al castaño-
Mateo: Sí, estoy bien, gracias -dijo y tomó el vaso de agua con su brazo hábil-
Camilo: Mateo, debemos hablar –dijo- a solas -recalcó el morocho-
Sofia: Yo iré a mi cuarto -dije y subí las escaleras, rumbo a mi cuarto. Busqué algo con qué entretenerme mientras Mateo y Camilo conversaban, entonces llamé a Manu-
Manu: ¿Hola?
Sofia: Manu
Manu: Sofia, ¿está todo en orden?
Sofia: Sí, lamento lo de mi hermano, el finalizó la llamada -dije avergonzada, recordando que Mateo fue quien cortó la conversación-
Manu: No te preocupes, ¿crees que él tendrá algún inconveniente con que salgamos?
Sofia: No, no –dije- entonces será el viernes a las...
Manu: Paso por ti a las ocho, ¿te parece? -preguntó-
Sofia: Genial -sonreí para mí misma-
Manu: Será algo formal así que lleva un lindo vestido, o ve natural te verás hermosa de todos modos -dijo y me sonrojé-
Sofia: Ay, Manuel Vainstein –reí- que galán.
Manu: Lo sé –rió- me adoras
Sofia: Claro que si -dije y reí por lo bajo-
Manu: Bien, ¿nos vemos mañana?
Sofia: Ajam –asentí- adiós
Manu: Aguarda
Sofia: ¿Qué?
Manu: Te extrañé hoy -Mi corazón latió a mil y me sonrojé al instante-
Sofia: Ya deja de sonrojarme -reproché-
Manu: Lo siento, es solo que me faltaste tu hoy -dijo-
Sofia: Eres un tierno -dije con voz dulce-
Manu: Y tu hermosa -dijo él- bien, nos vemos mañana
Sofia: Adiós, Vainstein -reí-
Adiós, Pevensié -dijo y colgué-
Mateo: ¿Así que volviste a hablar con ese idiota otra vez? -preguntó y me volteé a verlo-
Camilo: Mateo... -susurró a su lado-
Sofia: ¿Qué te sucede Mateo? -pregunté indignada-
Camilo: Mateo, recuerda -susurró pero pude oírlo. Mateo cerró los ojos y suspiró-
Mateo: Necesito que hablemos a solas -dijo el castaño-
Camilo: Yo ya me voy -dijo y bajó por las escaleras-
Mateo y yo nos quedamos en silencio y cuando la puerta se oyó cerrar, él se acercó a mí. Tomó mi mano y se sentó en mi cama, yo me senté a su lado.
Mateo: Sofia, escucha, esto no es fácil para mí, pero quiero que entiendas y te lo tomes de la mejor manera –dijo- no quiero que pienses que lo que tuvimos a noche fue algo... especial para mí -dijo y lo miré triste, él parecía inseguro de lo que decía pero su frialdad era... demasiado convincente- solo fue una más de las tantas noches que he tenido -dijo y agachó la mirada-
Sentí una presión en el pecho, sentí como mis ojos se humedecían. Yo creí que él había sentido algo, como yo lo sentí con cada beso, pero no. Decepcionada de mi misma, guardé silencio y asentí.
Mateo: Lo lamento -dijo él- quizá lo mejor será que te alejes de mi
Sofia: Está bien -dije luego de sollozar- puedes irte -Bajé la mirada y esperé a que se fuera-
Mateo: Lo siento -dijo otra vez-
Sofia: No, no lo sientes –dije- dijiste que no me lastimarías cuando te permití entrar en casa
Mateo: Y no lo hice
Sofia: Acabas de hacerlo -dije y rompí en llanto-
Sentí como suspiró y se marchó. Me tumbé en la cama y lloré a mares. Pero por fin me quedé dormida.
ESTÁS LEYENDO
Kriptonita -Mateo Palacios y Sofia Pevensie (1ra temporada)- Fanfiction
FanfictionEn donde Mateo tes constantemente perseguido por alguien, el tendra que decicir entre salvar la vida de ella o su propia vida...