Kriptonita -Mateo Palacios y Sofia Pevensie (1ra temporada)- Fanfiction

-Capítulo 35-

Abrí lentamente mis ojos y miré más arriba de mí. Estaba profundamente dormido. Miré el reloj, mi hermano llegaría pronto.

Sofia: Mateo -dije y lo moví un poco-

Mateo: ¿Qué? -preguntó con voz ronca-

Sofia: Será mejor que te vayas, mi hermano llegará en unos minutos.

Mateo: Bien –dijo- ¿Estarás aquí esta noche? –preguntó- pero no digas en voz alta a donde irás dímelo al oído

Sofia: ¿Por qué?

Mateo: Solo hazlo

Sofia: Iré a cenar con Steve y su novia -le dije al oído-

Mateo: Estaré vigilando -dijo y se acercó a la ventana-

Con un ágil movimiento, trepó el árbol que estaba al lado de mi ventana y bajó.

Yo, por mi parte, me bañé y cuando salí me acerqué a mi mesita de luz, había una nota en ella. ¿Mateo? Pensé.

"Cada vez queda menos, Sofia. Atentamente; X"

Sentí miedo, pero intenté quitarme todo eso de la cabeza, todo ese miedo. Hoy debo estar concentrada en mi hermano y su novia. Me sequé el pelo y me cambié

Joaquin: ¿Lista hermanita? -preguntó entrando a mi cuarto-

Sofia: Si –sonreí-

Joaquin: Bien, porque Cata ya está aquí.

Bajamos y nos dirigimos al living donde ella estaba sentada. Era una hermosa chica de pelo castaño, contextura delgada y buen gusto de la moda, era una muñeca de ojos marrones pero hermosos y sonrisa perfecta.

Cata: Es un placer pequeña, soy Catalina Clavis –sonrió-

Sofia: Un gusto, Catalina -sonreí también-

Cata: Oh, por favor, llámame Cata -Asentí y sonreí-

Joaquin: Bien chicas, vayámonos o se nos hará tarde -dijo mi hermano y fuimos hasta el garaje-

Mi hermano arrancó y pronto llegamos al restaurante, durante el viaje hablamos mucho con Cata, acerca de nuestros intereses.

Mi hermano le pidió al hombre encargado del restaurante que nos guiara a nuestras mesas y así fue. Poco tiempo después pedimos lo que cada uno quería.

Sofia: Cuéntenme acerca de ustedes –sonreí-

Cata: Uhm, estamos hace varios meses

Sofia: ¿Y tienen pensado tener hijos? -pregunté muy directa-

Joaquin se atragantó con lo que estaba tomando y Catalina tuvo que golpearlo unas veces en la espalda para que deje de toser.

Joaquin: Creo que es muy pronto aún hermanita -dijo él, al recuperarse-

Sofia: Ya veo

Al no haber tema a conversar, comencé a ver a mi alrededor, quería asegurarme de que ese tal "X" no estuviera cerca. Pero no me encontré con él, sino que mi mirada se cruzó con otra. Esa mirada también estaba viéndome.

Sofia: Discúlpenme un segundo -dije y me dirigí hasta él- ¿Qué haces aquí?

Mateo: Dije que iba a vigilarte

Sofia: Pero estoy con mi hermano.

Mateo: ¿Y qué?

Sofia: Estoy protegida

Mateo: Já, lo dudo –entrecerre lo ojos-

Sofia: ¿Puedes irte?

Mateo: ¿Por qué? ¿Te molesto, Sofia? -preguntó y luego bebió un sorbo de su vino-

Sentí que mi estómago se revolvía. Apoyé mi mano en mi vientre. Di algunas ahorcadas.

Mateo: ¿Te sientes bien?

Sofia: No -respondí como pude y corrí al baño de chicas-

Mi hermano me vio pasar y me gritó pero lo ignoré. Entré al baño de mujeres y largué todo. Al parecer a Mateo le importó poco que sea el baño de mujeres porque entró y me esperó fuera del retrete.

Mateo: ¿Te sientes bien? -preguntó algo desesperado-

Sofia: No mucho -dije y volví a vomitar-

X: Oiga, ¿qué hace usted aquí? Es el baño de damas -dijo una mujer-

Mateo: Lo lamento, no soy un mirón, solo acompaño a mi... novia que no se siente muy bien -dijo él en un tono dulce-

¿Novia? ¿Me llamó novia?

X: Oh, está bien querido -dijo la mujer. Yo salí del baño-

Mateo: ¿Qué pasó?

Sofia: Se me revolvió un poco el estómago -Catalina entró al baño-

Cata: ¿Estás bien, Sofia?

Sofia: Ya estoy mejor –sonreí- déjenme presentarlos, él es Mateo, Mateo, ella es Catalina, la novia de mi hermano.

Mateo: Es un placer -dijo él y beso su mejilla-

Cata: Igualmente Mateo -sonrió ella- ¿viniste con alguien?

Sofia: Si -respondí yo por él-

Él me miró extraño. La verdad es que yo no podía dejar que se siente con nosotros porque a mi hermano le había contado de él y nuestra noche tan mágica y hermosa.

Sofia: Cata, vuelve con Joaquin, ahora voy para allá

Cata: Bien -dijo ella y se fue-

Mateo: ¿Por qué le mentiste?...