Capítulo 2

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Segundo capítulo, lindas.



Cuando Seokjin abrió los ojos, respiró profundamente y se estiró en la cama. Sintió su cuerpo completamente relajado, tocó el lado contrario y lo sintió vacío. Miró el lado donde su esposo dormía. Si Jimin no estaba solo significaba que había salido a correr o estaba haciendo ejercicio en la sala.

Tomó su celular de la mesa de noche y miró la hora. Las ocho y media. Sonrió al sentirse completamente complacido de dormir bien. Odiaba las noches en las que el estrés por el trabajo no lo dejaban dormir.

En realidad no quería levantarse de la cama, estaba caliente y cómoda pero tenía que hacerlo. Debía ir a trabajar.

Se dio una ducha rápida, se puso su camisa blanca manga larga y su corbata, su pantalón negro al igual que sus zapatos y tomó su saco y salió de la habitación para preparar el desayuno.

Jin odiaba los lunes. Era el peor día de la semana para él, no había nada más aburrido y tedioso que ir a trabajar un lunes por la mañana.

Tomó un par de huevos, harina y leche y empezó a cocinar lo que serían Hot Cakes. A Jimin y a él le gustaban demasiado. Mientras recordaba a su marido se dio cuenta que Jimin había salido muy temprano para ejercitarse.

De vez en cuando Jimin salía a correr ya que la mayor parte del tiempo se la pasaba en casa haciendo lagartijas o levantando pesas y cuando Jimin estaba en casa, le hacía el amor antes de ejercitarse.

Por alguna razón se sintió tranquilo y tomó nota mental de que Jimin le haría el amor en la noche.

O eso pensaba.

Escuchó el sonido de la puerta pero no apartó los ojos de la mezcla que estaba haciendo para preparar el desayuno.

—¡Estoy en casa, Jin! —Gritó el de cabello negro mientras se quitaba la camisa y empezaba a hacer lagartijas en la sala.

Jin lo miró de reojo y asintió.

—Estoy preparando el desayuno —Tomó dos huevos y los echó en la mezcla, después un poco de mantequilla y empezó a mezclar de nuevo.

La cocina era enorme a decir verdad, Jimin lo había complacido con una muy a su gusto donde tuviera todo lo que necesitara y espacio para poder preparar muchas cosas. Su esposo era complaciente con él, eso no podía negarlo y agradecía demasiado que Jimin supiera cocinar, claro, no mejor que él pero por lo menos lo intentaba.

Jin sonrió al recordar las tantas veces que regañaba a su esposo por no hacer algo como a él le gustaba. Jimin era demasiado despistado a la hora de buscar o preparar ciertas cosas.

—Buenos días —Saludó Jimin mientras entraba a la cocina.

—Buenos días.

Jimin se puso detrás de él y miró como mezclaba los ingredientes, giró el rostro y lo miró. Jin también lo hizo con una sonrisa y ambos se dieron un pequeño beso.

—¿Qué desayunaremos? —Preguntó el menor colocando su barbilla en el hombro de su esposo.

—Hot Cakes.

—Eso suena bien. Me encantan cuando tú los haces.

—Lo sé, son tus favoritos —Jin terminó de mezclar, encendió la estufa y puso el sartén para calentarse, sin embargo, pudo sentir como la traviesa mano de Jimin empezaba a acariciarle el cuello—. Voy a cocinar, Jimin.

—Sí, puedo verlo —Jimin asintió y juntó más su cuerpo con el de Jin. Su mano bajó hasta sus caderas y empezó a besarle el cuello.

—Jimin, basta. Estas sudado —Jin hizo un movimiento para que el menor se alejara pero Jimin solo soltó una risa—. No es gracioso, voy a cocinar y deberías bañarte.

Lo que mata el amor - MinJin. JinMinDonde viven las historias. Descúbrelo ahora