Capítulo 3

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Jin despertó por el sonido de la lluvia.

Vio por la ventana como el cielo estaba nublado y las gotas de agua caían por el cristal. Estiró la mano para tomar su celular y mirar la hora, eran las seis y media de la mañana. Tenía tiempo de sobra para hacer el desayuno, arreglarse e irse con Jimin al trabajo pero en realidad quería quedarse un poco más en la cama.

Miró hacia atrás viendo el rostro de Jimin, dormía plácidamente y después observó sus cuerpos. Estaban desnudos y en la posición de "Cucharita" con el brazo de Jimin sobre su estómago.

Jin de nuevo miró por la ventana. Sus ojos estaban posados en el cielo pero su cabeza no, más bien se sentía extraño, como esos días en donde nada le parecía o simplemente le dolía la cabeza y prefería estar solo.

Jimin conocía bien ese lado, Jin se encargó de demostrárselo y no de buena forma. Ocurrió cuando ambos tuvieron una discusión sobre una televisión que él mismo había comprado. Tenían una en la sala pero Jin quería una en la recamara para poder distraerse cuando ambos estuvieran en la habitación.

Jimin le dijo que él podía comprarla pero Seokjin le respondió que él también tenía dinero y quería gastarlo. Una cosa llevó a la otra y terminaron peleando por una verdadera tontería, eso hizo que Seokjin se sintiera con dolor de cabeza y quisiera estar encerrado. Su esposo lo conoció bien.

Jimin a veces le daba por su lado, otras veces dejaba que se le pasara el coraje y lo dejaba solo y otras veces le hacía el amor para olvidar las cosas.

Jimin era así. Seokjin no podía hacer nada para cambiarlo. A su esposo le encantaba tener intimidad, demasiado y a veces eso le fastidiaba. Si, amaba el sexo con su esposo pero algunas veces no quería y llegaba un punto donde le molestaba que Jimin lo tocara.

Simplemente no quería.

Y no sabía por qué.

En ese momento trató de pensar que era lo que lo tenía tan afligido.

Él no podía quejarse, vivían muy bien, estaba con el hombre del que se enamoró, hacía el amor, tenían dinero y amigos. Tenían buena relación, no perfecta pero tenían algo. Jimin lo apoyaba cuando lo necesitaba, lo escuchaba y lo amaba. Lo tenía todo.

Pero a pesar de eso sentía que necesitaba otra cosa.

Al principio del matrimonio esperaba que las cosas nunca cambiaran pero justo ahora quería saber que era lo que estaba cambiando. Eran ocho años y era poco para tener esas dudas sobre lo que necesitaba.

"Quizás simplemente te estas volviendo un idiota, Jin"

Ya se había dicho de ese modo muchas veces cuando estaba solo. Pensaba que él mismo estaba actuando como un idiota cuando debía disfrutar lo que tenía y seguir adelante con Jimin pero de nuevo se quedaba pensativo.

Miró y miró por la ventana hasta que algo lo sacó de sus pensamientos y lo hizo volver de nuevo a la tierra.

La erección matutina de Jimin.

Estaba tan sumergido en sus pensamientos que no notó cuando el pene de su marido había empezado a crecer, solo lo sintió cuando estaba en su trasero, duro como una roca. Quiso moverse pero en su lugar sintió el brazo de Jimin acercarlo más a su cuerpo.

—Buenos días —El de cabello negro restregó su nariz con el pelo de Jin y sonrió.

—Buenos días, Jimin —Por la forma en la que Jimin jugaba con su cabello sabía que tenía los ojos cerrados—. Hace frio.

Quiso tomar la sabana y cubrir su desnudez pero el fuerte brazo de su esposo se lo impidió.

—Puedo darte calor si eso quieres —Jin de nuevo estiró la mano hasta que logró tomar la sabana y se pudo cubrir.

Lo que mata el amor - MinJin. JinMinDonde viven las historias. Descúbrelo ahora