Harry Winks

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Estaba estudiando. Tenía un examen la semana que viene y entraban tres temas.

No eran muy difíciles, pero había mucha teoría y había que aprenderse muchos nombres y características.

Mi móvil vibró en la mesita de noche. Lo alejaba de mí cada vez que estudiaba.

Terminé la mitad del segundo tema y me levanté para ver el mensaje. A lo mejor era importante.

Era un mensaje de una amiga, que estudiaba conmigo. Ella se llamaba Rachelle. Era para invitarme a una fiesta que hacía una amiga suya.

Hoy era viernes. Sinceramente, hacía mucho tiempo que no salía a una fiesta por los estudios.

Le envié un mensaje diciendo que iba a la fiesta.

Me envió la dirección de la fiesta y la hora.

Se hacía en una casa a las afueras de Londres y la hora era a las once y media.

Observé el reloj: 20:18.

Estudié un poco más el tema dos hasta las ocho y media.

Me había adaptado a las horas de comida de Londres.

Después de cenar, me di una ducha y me vestí con un vestido negro de tirantes cortos y con un poco de escote. Se ajustaba a mi figura, resaltando mis caderas, y me llegaba por encima de las rodillas.

Me puse unos tacones y me preparé para esta noche. Me dejé el pelo suelto, peinado, y llevaba poco maquillaje.

Llevaba un bolso cruzado por mi cuerpo con mis cosas.

Miré la hora en el móvil. Era cerca de las once menos cuarto. Salí de casa a las once. Puse el GPS porque no sabía cómo llegar, y llegué bien y puntual.

Salí del coche.

Se oía la música desde aquí. Me acerqué a la casa.

Era demasiado grande, pero sencilla.

—¡Melissa! —gritaron mi nombre.

Me giré hacia la voz femenina y sonreí. Era mi amiga. Caminé hasta ella. Ella estaba con dos chicos más.

Le di un abrazo.

—¿Cómo estás? —preguntó.

—Bien —Sonreí—. ¿Y tú? Estás guapísima.

Tenía un sujetador de encaje puesto. Se le veía porque tenía por encima puesto una camiseta transparente. En las piernas, llevaba una falda ajustada a su cuerpo y unos tacones en los pies.

—Tú también —Sonrió—. Ellos son Adam y Brandon.

Me dieron la mano.

—Bueno, entremos —dijo Adam.

Ingresamos en aquella casa. En la entrada, había gente hablando mientras fumaba o enrollándose.

La música sonaba desde unos altavoces al lado del Dj. Él estaba iluminado por una luz.

El salón estaba repleto de gente bailando a la vez que bebía. También había personas hablando en las esquinas.

—Vamos al jardín. El bar estará ahí —dijo Brandon en nuestros oídos.

Atravesamos esa masa de gente bailando al ritmo de Say My Name y salimos al jardín. Había un altavoz con la misma canción que había dentro.

El pequeño bar estaba al lado de la piscina, en la que había personas dentro. En el bar había algunas personas.

—Adam y yo vamos a por las bebidas. ¿Qué queréis? —dijo Brandon. Me di cuenta de que tenía la mano en la cintura de Rachelle.

One Shots 2 [CERRADO]Donde viven las historias. Descúbrelo ahora