Marcos Ramírez

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Comencé a cantar y a bailar mientras sonaba la música en mi móvil.

Había terminado de ducharme y estaba en mi habitación, con una toalla a mi alrededor de mi cuerpo y otra alrededor de mi pelo.

Hey look ma, I made it —susurré.

Había quedado María, mi mejor amiga, para ver una película en el cine y luego cenar por el centro comercial.

Abrí el armario y saqué ropa interior limpia y el conjunto que me iba a poner.

Me iba a poner una camisa verde botella y corta, como un crop top, unos vaqueros de tiro alto y unas deportivas.

De complementos, unas pulseras y un collar.

Me quité la toalla que cubría mi cuerpo y la dejé encima de la cama.

Miré hacia la ventana y me encontré con los ojos azules de mi vecino. Corrí hacia la ventana y bajé la persiana con rapidez.

Mi vecino era Marcos Ramírez. Era un piloto en Moto3. No solía estar en casa porque hacía carreras en otras ciudades y no le veía con demasiada frecuencia.

Le vi como dos veces desde que me mudé a esta casa.

Estaba segura de que me ha visto desde que entré a la habitación. Me vio desnuda.

Estaba avergonzada. No me veía insegura con mi cuerpo, o al menos no tanto, pero el hecho de que me vio desnuda, en mi intimidad, me provocaba vergüenza y extrañamente, excitación.

Me puse la ropa interior y subí un poco la persiana.

Él seguía ahí, mirando el móvil.

Nuestras cosas no estaban tan separadas. Podríamos hablar, gritando, pero podíamos comunicarnos.

—¿¡Te gusta mirar a personas desnudas?! —exclamé.

Él me miró y rió.

—¡Solo a ti!

Reí.

—¿No tienes carreras o algo de eso?

Él negó.

—Tengo una semana libre. Hoy es mi primer día.

Sonreí.

—Me alegro. Debe ser difícil no ver a tu familia contigo.

—Algunas veces vienen conmigo a verme en las carreras.

—Bueno, me tengo que ir. He quedado.

—¿Con quién?

—¿Me quieres controlar?

Sonrió.

—Puede ser.

Negué con la cabeza mientras esbozaba una sonrisa.

—Nos vemos más tarde.

Se despidió con la mano y vi como salía de la habitación.

Terminé de vestirme y de asearme y salí de casa rumbo al centro comercial,

Pasé una tarde divertida con María. Vimos la segunda película de Jumanji.

Reímos con algunas escenas.

Dimos una vuelta por el centro comercial, entrando a tiendas de ropa o al Fnac para cotillear lo que tenían.

Por último, cenamos en unas hamburguesas.

Y claramente, le conté el pequeño incidente con mi vecino. Le enseñé quién era.

One Shots 2 [CERRADO]Donde viven las historias. Descúbrelo ahora