Marcos Llorente

640 15 3
                                    

Era de noche. Era una noche tranquila y yo tenía ganas de fiesta.

Obligué a mi novio a venir conmigo, pero sé que después se lo pasará bien.

Entramos a la casa donde se celebraba la fiesta.

Era una casa grande donde había personas hablando y bebiendo en la entrada.

—Vamos a bailar —le dije a Álvaro al oído.

Él me sonrió y, cogiéndome de la cintura, fuimos al salón, que estaba completamente despejado, a oscuras, solo con luces en las esquinas, y comenzamos a bailar.

Sonaba Say My Name. Moví mis caderas al son de la música, aproximando esa parte al cuerpo a Álvaro.

Me agarró de la cintura y tocó mis muslos.

Oí su risa traviesa en mi oído.

Bailamos dos canciones y después, fuimos al jardín. Allí, había una carpa donde estaba el DJ y el barman.

—¿Qué quieres de beber?

—Lo que tú quieras —susurré en su oído, mordiendo con delicadeza.

Él me miró con una mirada fogosa y vi cómo se marchaba.

Paseé mi mirada por el jardín. Había algunas personas metidas en la piscina.

Me quedé helada cuando me topé con una persona que no pensé que me la encontraría aquí. De todas las fiestas que hay en Madrid y tiene que estar aquí.

Él me miró y sonrió a los segundos. Se había sorprendido. Estaba metido en la piscina, con amigos.

Ahora mismo, todo se había paralizado y había pasado a un segundo plano. Solo éramos él y yo.

Saludó con la mano.

—Ya estoy de vuelta —La voz de Álvaro inundó mis oídos.

Sonreí, mirando a Álvaro.

Espero que no se haya dado cuenta de a quién estaba mirando.

Me dio la bebida y chocamos el vaso para luego, comenzar a bailar y a cantar la canción que estaba sonando, que era Contando Lunares.

Ya casi no cojo playa contando lunares. Ahora vente donde tú ya sabe'. La verdad que conocerte no entraba en mis planes —Los dos cantamos.

Justo, pasó él. Él me miraba de arriba abajo, sin descaro.

Sonreí.

—Te quiero mucho —me susurró mi novio al oído.

—Yo también —Nos miramos y le di un beso—. Voy afuera un momento. Necesito un poco de aire.

Álvaro sonrió y cogió mi vaso.

Salí de la casa con un montón de personas rodeándome. La música seguía sonando dentro.

Vi a Marcos Llorente al lado de un Audi negro alejado de todo. Yo iba detrás de él.

La calle estaba a oscuras.

—Cualquiera diría que me estás siguiendo —Marcos dijo.

Estaba de espaldas.

—Necesitaba un poco de aire. No te creas tan egocéntrico —respondí con sarna.

Seguía sin camiseta, solo con un bañador. Se dio la vuelta y me miró.

—¿Por qué me miras tanto? —preguntó.

—No miraba nada.

Se subió al coche, de conductor, y abrió la puerta del copiloto, invitándome a entrar.

One Shots 2 [CERRADO]Donde viven las historias. Descúbrelo ahora