[LIV] pt, 1 (EXTRA) La iluminación del Diablo

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CAPÍTULO 54 pt, 1 (EXTRA)

Peligro inminente: La iluminación del Diablo

POV's Heechul

Nunca imaginé que sería capaz de ello... Cho Kyu Hyun... El hombre más poderoso de toda Asia... y posiblemente del mundo, quizás esté exagerando, pero yo mismo lo he visto... Como él, con su dinero y labia, compra a todos... Logrando consensos con cada Estado deseado, solo para que su "mercancía" fuera válida en cada Gobierno de manera clandestina, tal como sus mayores saqueadores de dinero, Japón y Corea del Sur, no por algo sus ganancias le pertenecen en casi un 40%.

He viajado miles de veces, a distintas tierras, sus tierras, sus negocios, sus inversiones, sus laboratorios, todo... Poco a poco se ha hecho cargo de cada uno de ellos, sin razón aparente, como si por cuenta propia redujera su mercado ¿Puede significar esto el fin de su Era?

Siempre fui yo el más apropiado a la supervisión, me gusta todo bajo control, así como lo es él, algo que tanto le fascinó de mí hasta el punto de considerarme su mejor sucesor. ¿Qué ocurrió? Él se enteró. Se enteró de mis regulares visitas al considerado "enemigo".

A pesar de tenerlo todo, no estoy agradecido con él en absoluto, su temperamento me ha hecho darme cuenta de lo trastornado que está de la cabeza, y poco a poco he podido sacarlo a flote... como ahora. Mi hermoso rostro ha sido arruinado... mi órgano reproductor está desprendido, mi perfecto pecho fue demacrado también... Y solo puedo recurrir a una sola persona... ese anciano de 74, de la corta barba blanca, pasado de peso, ese japonés que él tanto repudia hasta las entrañas, Yamada Nagakushi ¿Podría llamarle mi único amigo en este país?

Todo este tiempo que le he conocido, incluso antes de vivir aquí, ha sido tan amable... Lo suficiente como para llegar a seducirme con solo palabras bonitas cuando más las ameritaba, hechos importantes como el apoyo incondicional, citas insuperables, protección, y un sinfín de razones para caer ante él. En una primera estancia lo llegué a ver como un padre, después de todo me dobla la edad, y todo se tornó distinto ante el primer beso que tuvimos, uno que a mis tempranos 20, Kyuhyun se enteró... Yamada no fue lo suficientemente discreto para evitar eso, un par de semanas después de que ocurriera. Neugdae se convirtió en lo que verdaderamente es, apenas se enteró de ello. Era su carne favorita, y el hecho de que alguien más la disfrutara le encabronaba demasiado. Pero no se iba a echar de enemigo al Yakuza más poderoso, no le convenía, sigue siendo bastante inteligente, a pesar de ser tan sádico en ocasiones... es un maldito psicópata.

[...]

Mi cuerpo reposa en una camilla luego de la cirugía. Llevo un par de días aquí y no dejo de pensar en las mil y un maneras de su muerte. Lo aborrezco tanto, solo quiero hacerle sufrir, sea como sea debo...

— ¡Por favor! Déjame salir, estoy perfectamente ya —pedía a gritos la libertad de ese encierro.

Mis quejas fueron escuchadas desde la otra habitación y Yamada dejó abrir las puertas. Se acercó a inspeccionar mi rostro.

— Aún no te ves muy bien —retiró su mano de mi rostro.

— Al menos déjame dormir esta noche contigo —tomé su mano ante mi petición.

Acudir a este hombre ha sido la mejor decisión de mi vida. Gracias a él puedo estar seguro de que mi hermoso rostro se recuperaría de esas grandes heridas hechas por... bueno no hace falta nombrarle.

[...]

— Sé que lo odias tanto como yo. Él nunca ha sido un amigo para ti. Solo un obstáculo, un reto, una barrera. Y aún te niegas a destruir eso. No eres más que un viejo cobarde —mis molestias se sumaban ante cada negación de su parte por impedirme enfrentarme a ese desgraciado.

Estuve por levantarme de la cama donde posábamos desnudos, uno sobre el otro, pero este me detuvo con su mano antes de tocar el suelo con mi pie.

— Yo lo haré... Pero quiero que me prometas que te quedarás a recuperarte —jaló levemente mi cuerpo hacia el suyo.

— No puedo hacer eso. Sabes que aún tengo pertenencia a él... Y no puedo...

— ¿Me dices a mí cobarde? Y tú no puedes desprenderte de él... —resopló soltando mi muñeca.

— Debo ayudar, por el bien de mi alma. Debo verlo con mis propios ojos... Si no permitirás que me encargue yo, quiero verte a ti hacerlo... Mátalo, hazlo pagar. Ahórcalo, ahógalo, quémalo, asfíxialo, mutílalo, decapítalo, desmiémbralo, cástralo, no me importa, pero hazle sufrir antes de morir. O no estaré en paz... —pedía con todo el aborrecimiento reflejado en mi habla y quedé un tanto pensativo—. Menos a "él" —agregué al recordarle.

— ¿Quién? —me preguntó incorporándose en la cama y me sentó en su regazo.

— Él... lo conociste esa noche de nuestro reencuentro... el "juguete nuevo" —miré a sus ojos neutro.

— Lo recuerdo. El de mirada asesina —dijo con gracia—. ¿Por qué él no? ¿Eh? —arqueó su ceja al preguntar.

— Él es mío... —dije mirando hacia un punto imaginario en su pecho—. Es mi presa... Nadie caza a mis presas —Cambié mi expresión a una combinación de perversión con maldad mientras pegaba la punta de mi lengua a mi dedo pulgar.

— ¿Debo sentirme amenazado por ese niño asustado? —acarició mi mejilla.

— No me malinterpretes. Que sea mi presa no significa "eso" —aclaré con la mentira, simulando fastidio y volteé los ojos...

— De acuerdo.

Esa misma noche comenzó la operación. Puede que sea un caprichoso, pero él le daba cuerdita a mi actitud, cubriendo cada capricho que me nacía.

Mi papel en esta operación no pintaba mucho, no había en lo qué desenvolverme, y eso era por encargarse de evitar que yo colaborara, con todas sus ganas. Y el Universo me iluminó horas después.

— ¿Hee? —dijo al recostarse en la esquina.

Kyuhyun me había solicitado en un motel cerca de mi refugio (no tiene que ver con Yamada), lugar que ya no era tan seguro porque sin esfuerzo supo de él.

— Habla rápido —respondí con repugnancia, lo que le hizo girar la esquina y acorralarme entre sus brazos.

— Necesito algo de ti... —iba subiendo su mano desde mi cadera hacia mi cintura—. Puedes tomarlo como un último recado... si así lo deseas.

— ¿Me estás dejando salir por las buenas? —incrédulo, reí sarcástico.

— Sí —afirmó pasado un segundo y le miré sorprendido sin responder—. En pocos días será el cumpleaños de Jonghoon. Y quiero que vayas... ¿aún conservas tus contactos strippers?

« ¿Disculpa, qué? ¿Me está hablando usted de una salida pacífica, con cero sangre?».

Por supuesto, no me iba a negar. No iba a dejar pasar esta oportunidad... «Yamada, cambio de planes».

Cho "Neugdae" [YECHUL/KYUSUNG]Donde viven las historias. Descúbrelo ahora