[XLIV] ¿Redondo como quién?

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CAPÍTULO 44

Bajo control: ¿Redondo como quién?

POV's Jonghoon

Iba adelantado sin mirar atrás mientras bajábamos las escaleras. Pasó por la puerta que daban hacia el exterior del edificio y miró atrás cuando se dio cuenta de que no le seguí el paso hasta ese momento.

— ¿Sucede algo? —Me preguntó antes de llegar cerca de la camioneta.

— ¿A dónde me llevas? —disparé la pregunta tontamente esperanzado de que me libraría de todo este embrollo.

— Dentro de unos días será tu cumpleaños... Quiero llevarte al lugar donde tendrás tu presente —guiñó su ojo con una semisonrisa, un gesto que me pareció tan sexy que hasta mis mejillas se tornaron carmesí. Agaché mi cabeza jalando mi flequillo hacia mis ojos totalmente avergonzado de mi inconsciente reacción —parece un tonto adolescente.

Él giró hacia la camioneta, negándole al conductor cuando abrió la puerta trasera para que subiera. Le pidió a este quedarse, cerró y entró al lado del piloto moviendo su cabeza leve hacia un lado, avisándome que subiera con él. Caminé detrás para entrar al lado del copiloto y de inmediato que me puse el cinturón pregunté.

— ¿Por qué el interés en mi cumpleaños? No lo celebro desde que cumplí los 28, honestamente no me parece alegre celebrar que prontamente estaré bajo la tierra por no llegar a envejecer más.

—Vaya... eso es una forma muy triste de ver el cumpleaños... —Encendió el auto y me miró—. Igual nunca sabrás si morirás por viejo o por algo peor... ¿Por qué no celebrar que vives aún? —Volvió la vista al frente y arrancó el móvil.

—Supongo que tienes razón... —Tuve una intensa corriente extenderse por mis brazos, me encogí un poco abrazándome estos y cambié la vista hacia el lado de mi ventana.

Era la primera vez que le veía manejar, y curiosamente era para entregarme personalmente algún regalo que aún no tenía conocimiento de qué se trataba, y tampoco estaba muy interesado en saberlo. Me dispuse a cerrar mis ojos para dormir al menos un rato antes de llegar al destino, pero no pasó ni quince minutos de que volviera a abrirlos por haber oído entre mi sueños su llamada.

— Ey... Despierta —Miró por una corta fracción de segundos hacia mí. Levanté mi cabeza que yacía recostada en el asiento y lo miré tapando mi bostezo con la mano—. Me hubiese gustado ver tu cara, y tu boca babeando mientras dormías, seguro es enternecedora —dijo jocoso soltando una risita sin mover la vista del camino.

— No estaba babeando —rectifiqué con mis manos lo dicho—. ¿Tienes algo que decirme? —pregunté al bajar mis manos del rostro.

— Sí, estoy intrigado...

— Dime.

— ¿Cómo te gustan los hombres? —dijo con naturalidad volviendo a mirarme por un segundo.

Su repentina pregunta me pareció bastante rara... Y que viniera de su parte... Pero como siempre, es tan inesperado que no para de sorprenderme.

— ¿Acaso tomarás como base lo que diga para actuar como mi "ideal" —traté de tomarlo a broma pero esto pareció molestarle por lo que esa pequeña sonrisa burlona se apagó al instante que vi su semblante al responderme:

— Solo te hice una pregunta. Está en tu conocimiento, por lo que responder no se te puede hacer complicado ¿o sí? —dijo con una ligera contracción en sus cejas.

— Ehmmm, bueno... —Preparé los puntos precisos que nombraría y este volvió a preguntar con una actitud más tranquila.

— ¿Te gustan más jóvenes...? ¿De tu edad...? ¿O... mayores a ti? ¿Y qué tan mayor... o menor, sea el caso? —dijo aumentándose la curiosidad en su hablar.

— Oh... Me gustan... —miraba hacia varias direcciones sin saber qué responder... Nunca me había puesto a pensar en ello, y llegaban distintas ideas a mi cabeza.

— ¿No tienes idea? Analiza los chicos con los que has salido. Puede ayudar —hizo la acotación.

— De mi edad —viéndole directamente, respondí de inmediato a su acotación.

— Ya veo... Y... ¿físicamente? —con el mismo tono seguía indagando.

— Que sean ligeramente más altos... me gusta sentirme como un protegido —sonreí—. Que use el cabello medianamente largo —mordí mi labio inferior en una pequeña sonrisa—. Para poder jalar su cabello... mientras... —aclaré sin terminar la oración y proseguí—. Con un culo firme y redondito, no tiene que ser tan grande...

— Así que te gusta azotar —dijo sin mucha gracia—. ¿Un culo redondo como el mío?

Todo este tiempo que charlábamos el auto no se detuvo hasta llegar a la hacienda, una bastante amplia, lugar totalmente distinto a donde ya parecía haberme acostumbrado a estar encerrado día y noche. Sin entrar al lugar, detuvo el auto antes de apagarlo, quitó su cinturón de seguridad al igual que el mío y se puso de lado doblando un poco su pierna, apoyando su codo en el asiento recostando su rostro en su mano.

Había quedado muy cortado ante su última pregunta, seguía sin poder entender ese notorio interés en conocer mis gustos ¿Cuál era el fin de ello? No imaginaría que era por mera curiosidad.

— Oh... ¿Su-supongo...? —hablé con la inseguridad dominándome y este se acercó—. Lo considero muy grande.

Este soltó una silenciosa risa moviendo su cabeza y acarició mi mejilla, imaginé que su intención ahora sería tirar a besarme.

— Así que "él" te sigue gustando mucho... —dijo cerca de mi rostro y miró mis ojos apretando mi mejilla entre su dedo índice y medio—. Bájate del auto. Desde aquí caminas.

Historia original de carthancer.

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SPOILER: Se acerca algo... 

Cho "Neugdae" [YECHUL/KYUSUNG]Donde viven las historias. Descúbrelo ahora