[XXXVII] Es mi amigo

91 10 3
                                    

CAPÍTULO 37

Bajo control: Es mi amigo

POV's Jonghoon

Al abrir nuevamente mis ojos, la claridad de la luz impidió mi completa abertura de ellos. Estaba junto a Hee, tanto su pierna como brazo me aprisionaban, y su cabeza en mi cuello, sentados con las espaldas contra el auto. Lo siguiente que escuché fue un fuerte golpe contra la coraza de mi auto y los zapatos finos de otro hombre.

—Así quería verlos —dijo en tono burlón.

Hee se separó del susto de mí y miró al más alto de pie. Se levantó seguido de ello.

— ¿Siwon, por qué viniste tú? —Algo sorprendido tocó su pecho al recordar que la camisa no traía y miró los alrededores buscando esta.

—Menos mal que vine yo y no el Jefe —Hee consiguió su camisa entre un arbusto. Quitó su jersey para vestirla y nuevamente colocarse este último.

Me levanté de a poco estirando mi cuello algo adolorido y miré al apodado "Mal" tallando mi ojo, con un ligero dolor de cabeza. Este no parecía muy agraciado de encontrarnos en medio de la nada, al contrario, sus ojos eran tan escalofriantes de lo amenazante que llegaba a ser al mirarme; supuse de qué se trataba todo.

— Yo no... —Quise excusarme.

— Vámonos —Hee pasó de mí para ir detrás de él. Di un último adiós a mi pobre auto y caminé a paso lento hacia donde ellos nos esperaban.

Todo el camino fue tan incómodo para mí. Pero ellos parecían estar acostumbrados a tanta tensión entre sí, «no puedo ser el único que se sienta así».

Por un momento yo parecía haber olvidado por completo lo que ocurrió anoche... bueno... la parte mala. Estaba más calmado, y realmente me asustaba que pudiera llegar a ser tan sangre fría como ellos, como para no importarme ver tantos muertos en una noche.

Todo parecía un mundo tranquilo mientras mi mente viajaba en la sensación de su piel contra la mía... Me bajé del auto y todo cambió.

Las ametralladoras de unos cuantos apenas bajamos, apuntaron tanto a Hee como a mí. Realmente lo había olvidado todo... olvidé que vi más muerte que en una película —y que mató a alguien— que su mercancía había sido confiscada, destruimos uno de los mejores autos "de los secuaces" y que sencillamente siguiéramos con vida.

— ¡Yoichi! —con una voz de alivio se acercó a mí bajando con sus manos las muñecas de los dos que me apuntaban—. ¿Estás bien?

En sus ojos se podían ver lo preocupado que estaba, sus manos tomaron mi rostro con delicadeza, pero yo no podía digerir que era "Koichi" quien estaba frente a mí, actuando como si fuera mi padre, un padre preocupado por su propio hijo, simplemente era tan asqueroso como aterrorizante. Mi cuerpo nuevamente se mantuvo quieto viendo a los ojos de ese hombre de ojos pequeños.

Su vista cambió a la de Hee, con una calidez distinta, uno más sombría, miró a los demás que le apuntaban y sin mover mucho su cabeza ellos entendieron la seña de llevárselo, a yo no sé dónde.

[...]

Él me trajo hasta su oficina, sin decir palabra alguna y mucho menos de mi parte ninguna fue dicha tampoco. Mi corazón latía tan rápido del miedo y la ansiedad que me causaba su presencia, aunque no lo demostrara, sabía que estaría molesto por haber perdido cantidades de narcóticos que iban a ser vendidos por millones de dólares.

—Sé que... ahora mi vida vale mucho menos para la cantidad de dinero que te debo. De... verdad lo... siento —Fruncí el ceño al decirlo con mi voz entrecortante—. No... me hagas daño.

— "Geobugi"... —Se cruzó de brazos apoyado en la estantería detrás de su escritorio—. Ese fue el primer nombre que pensé al verte nuevamente... Tenías tantas fotos de tortugas esa vez... que hasta te convertiste en una.

— ¿Qué? —Cada que hablaba, más me confundía.

—No voy a hacerte daño... si me respondes sinceramente... —No desviaba su mirada de la mía. Tragué notorio al ver como se acercaba a paso lento—. ¿Qué es Heechul para ti? —Apoyó su mano al nivel de mi rostro, en otra estantería de vinos a la que me acorraló.

— ¿Hee... —susurré sin entender la razón de su pregunta, mi cuerpo volvía a temblar ligeramente.

—Sabes muy bien por qué lo digo... y espero respondas lo que quiero escuchar —Su rostro se mantenía a cinco centímetros del mío.

Mis ojos se mantenían en la única lámpara de luz amarilla que iluminaba la pequeña zona alejada que era su oficina—. Él... es... mi amigo. «¿A qué se refiere con "que quiera escuchar"?».

— ¿Un amigo? ¿Un simple amigo? —asentí—. Qué lástima Jong... no respondiste lo que quería escuchar —Su voz sonó algo decepcionada, una sarcástica decepción.

Bajó un poco su cabeza "triste" y volvió a mirarme agarrando de mi cuello con su diestra golpeando mi cabeza contra el vidrio de su estantería.

— ¿Qu-é... espe-rabas? —cerré mis ojos con fuerza apretando de aquella muñeca.

— La verdad —Jaló de mí y volvió a empujar mi cabeza contra el vidrio, partiendo este un poco—. Eso te costará más —dijo amenazante robando un beso rudamente de mi mejilla y soltó mi cuello.

Caí al suelo tosiendo varias veces buscando recuperar el ritmo de mis respiraciones y apenas levanté mi vista hacia él, traía una botella de whisky, la que partiría contra el costado de mi cara y atontarme. 

Cho "Neugdae" [YECHUL/KYUSUNG]Donde viven las historias. Descúbrelo ahora