Capítulo 22 -La brisa del desierto-

436 39 17
                                    

Diario de Armin

Hoy es trece de octubre del año 851, llueve a mares, y la oscuridad de la noche se ve eclipsada por los múltiples farolillos que usamos para ver, todo mientras varios fusiles disparan al oscuro y nublado cielo, con la esperanza de que la bala caiga sobre la cabeza de alguno de los responsables de la masacre.

Se realizan los protocolarios entierros, simbólicos como no, no hay cuerpos que enterrar, la mayoría han sido engullidos por los titanes y el resto o son irreconocibles o simplemente han quedado atrás.

Los guerreros fueron más rápidos y listos que nosotros, no estábamos preparados para lo que venía... tal vez jamás lo estemos. El clima de hoy nos da la garantía de que al menos tarden una semana más en atacarnos con esas naves voladoras, eso si no tienen más formas de aniquilarnos.

Los cañones suenan día y noche sin parar, los titanes aún y todo siguen sin dejar de venir, como si el enemigo los crease cada x tiempo, tal vez así sea visto lo visto.

Suena el redoble de tambor, se escuchan más disparos al cielo. El comandante Erwin observa fijamente las tumbas, pareciendo memorizar los nombres de todos, el capitán Levi mira una en específico. Yo estoy junto a Mikasa, Jean lo está junto a Marco y Connie a la par que Sasha. Todos estamos rotos, la incertidumbre y la impotencia inundan nuestras mentes, mientras la angustia de saber que el enemigo esta a nuestras puertas hace que no podamos dormir.

Una simple patada del titán colosal, una embestida del titán acorazado... tal vez una sencilla incursión del letal titán mandíbula... o un grito del nuevo titán hembra... somos insignificantes frente al poder de los titanes. Las nuevas armas han demostrado ser capaces de causar daños físicos al inamovible titán acorazado, sin embargo el número y la estrategia de nuestro enemigo son superiores al nuestro.

Ahora estamos acorralados en el muro Sina, un lugar no apto para toda la población que ha sido desplazada. En pocos días el hambre acabará con nosotros, las guerras civiles se darán y será nuestro fin... y el enemigo es consciente de ello... solo tienen que esperar a que nos lancemos desesperadamente contra ellos sin un plan claro... y seremos aniquilados.

Solo nos queda una última oportunidad, una última ofensiva contra el terrible rival al que enfrentamos.

Si perdemos, será el fin...

Si vencemos... tal vez solo aplazaremos el amargo final.

---------------------------------------------

-Había olvidado lo bonitos que eran los amaneceres aquí...

Las palabras de Marcel retumbaron en los oídos del moreno, el cual estaba de pie junto al borde de la muralla mientras Marcel calentaba lo que era un poco de café, cortesía del jefe de guerra Zeke, quien había traído provisiones de su propia despensa.

-Todo es más bonito desde aquí arriba...

Marcel observó como Bertholdt miraba pensativo a través de sus verdes ojos, pareciendo imaginar un escenario en su mente... al menos aquellas eran las conjeturas que él sacaba... Bertholdt siempre fue muy bueno midiendo sus gestos.

-Siempre he pensado... ¿que tal todo desde ahí arriba?- dijo Marcel mientras terminaba de prender la pequeña hoguera, haciendo al larguirucho mirarlo de reojo confundido. -Cuando te transformas... ¿qué se siente?

Bertholdt pareció preguntárselo a si mismo, como si no estuviera seguro de cual era la respuesta correcta o de si simplemente existía una respuesta apropiada que darle a su compañero guerrero, después de todo no se diferenciaba mucho de las vistas que tenían ahora mismo... simplemente cambiaba la situación. Ahora estaban en paz... pero cuando se transformaba era porque estaban en peligro o tenía que destrozar a personas o cosas... siempre que se transformaba, siempre que veía aquella alta y monstruosa perspectiva... significaba que había problemas.

[Guerreros de Marley] Ataque a los titanesDonde viven las historias. Descúbrelo ahora