Capítulo 28 -Nuevos aliados-

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-Asegúrate de que lo llevas todo... escríbenos en cuanto puedas, hijo mío...

-Lo haré, mamá... os quiero...

Porco se dio un emotivo abrazo con sus padres en el porche de su casa, todo a modo de despedida mientras Pieck esperaba a este a sus espaldas, saludando a la familia Galliard en cuanto ambos padres consiguieron desprenderse de su ahora único hijo.

-¡Ten mucho cuidado!

Aquello fue lo último que ambos guerreros escucharon de la madre de Porco, resoplando este mientras se marchaban mientras Pieck le observaba de reojo.

-Estarán bien, vendré a visitarlos a menudo el tiempo que no estés.- mencionó Pieck mientras trataba de tranquilizar la culpable conciencia de su amigo, quien miraba pensativo al suelo mientras caminaban por las calles de Liberio.

-Sí... gracias, Pieck.- dijo Porco sonando genuino, sin embargo su tonto de voz casi hacia parecer, en contra de su voluntad, que lo único que quería era el silencio absoluto. -Aunque hubiera preferido que vinieras, el viaje va a ser interminable...- dijo Porco agotado solo de pensar en el tren que los llevaría a la península escandinava, escuchando como Pieck reía por lo bajo.

-Por cierto... creo que aún no te lo había dicho, pero te estás poniendo fuerte eh.- bromeó Pieck mientras apretaba el brazo de Galliard, haciendo a este sonrojarse, apartando su brazo de su agarre. -Casi parece que todas tus tardes golpeando el saco de arena del cuartel como un gorila te han servido para algo...

-Ese saco no aguantará... casi se está soltando la cadena del techo.

-Una cena a que Reiner lo tira antes que tú...

Galliard torció su mirada hacia su compañera, quien lo escudriñaba con la mirada riéndose mientras levantaba una de sus cejas en señal de desafío, algo que esta sabía que Porco era incapaz de soportar.

-Braun no es rival para mí... trato hecho.- bufó Galliard mientras miraba al frente, escuchando una pequeña risa de Pieck mientras ambos guerreros llegaban a la puerta de Liberio, encontrando así al resto de la unidad, salvo al jefe de guerra Zeke.

-Veo que se te siguen pegando las sábanas...- dijo Eren mientras observaba a Galliard junto a Pieck, quienes habían llegado dos minutos más tarde de la hora acordada.

-Cállate, Jaeger... no quieres cabrearme a estas horas de la mañana...

Pieck rió leve e inevitablemente ante la fácil irritabilidad de Porco, de la cual incluso Eren parecía haberse dado cuenta en el año y medio que llevaba en Marley. Al ver a Eren, no pudo evitar notar la gran disonancia que había en el grupo con él, estando Historia a su lado, mientras al lado de esta, Reiner y Bertholdt permanecían juntos mientras trataban de evitar a Eren como fuera... probablemente porque les recordaba a todo el tiempo que estuvieron infiltrados en Paradise... y que ellos dos eran los únicos que habían terminado por sobrevivir de aquel grupo.

Porco entonces miró despectivamente a Reiner, como solía hacer muchas veces como pasatiempo, viendo que este había dejado crecer la barba en su cara, recorriendo los vellos faciales su bigote y perilla, uniéndose por una fina linea de vellos faciales.

-¿Enserio Braun? Si vas a dejarte crecer cuatro pelos mejor aféitalos...- expresó Galliard con todo el malhumor posible, mirando Eren de reojo al nuevo look de Reiner.

-Buenos días a ti también, Galliard...- bufó Reiner algo cansado de la dinámica malhumorada de Porco, viendo como este simplemente reía soberbio.

Los guerreros entonces vieron llegar al jefe de guerra Zeke, junto con un joven de pelo rubio y una estatura solo un poco inferior a la suya. Todos miraron al chico, sabiendo que aquel rostro ya lo habían visto antes en el cuartel general.

[Guerreros de Marley] Ataque a los titanesDonde viven las historias. Descúbrelo ahora