Capítulo 30 -Piel de Hierro-

501 28 20
                                    

-Y eso fue todo lo que dijo...

Las palabras de Bertholdt hicieron que su mente diera vueltas por unos segundos, retumbando en las paredes de su cerebro mientras trataba de hallar una explicación racional a lo que este le había contando.

-Da un poco de mal rollo, ¿qué es eso del Ragnarok?- preguntó Diana confundida, viendo como su compañero miraba pensativo la pequeña hoguera que habían hecho para cocinar la comida en el campamento.

-No tengo ni idea... pero no creo que sea nada bueno. Todos los lugareños nos miraron a Reiner y a mí con miedo desde ese momento... sea lo que sea creyeron ciegamente en lo que ese viejo les dijo.- comentó Bertholdt con cierto asombro y confusión, colocando sobre una pequeña plancha de metal sobre la hoguera dos latas de judías.

-En cierto modo nos viene bien, el miedo es la mejor arma que tenemos para disuadir un conflicto.

-Así es...- dijo Bertholt pensativo mientras veía calentarse el contenido de las latas, saliendo un poco de humo de estas. -O para crear una rebelión...

Hubo un silencio entonces entro los dos jovenes eldianos, mirando Bertholdt de reojo hacia Diana mientras esperaba a que la comida estuviera lo suficientemente caliente. Podía ver el contorno de su cicatriz pasando por el lado derecho de su rostro. Aún le faltaban unos pocos años para que comenzara a disimularse, siendo por el momento un pequeño pero profundo camino rosado que recorría desde entre sus cejas hasta su lado derecho de la mandíbula. No olvidaba tampoco las cicatrices en su espalda... aunque parecía no sentir ya molestias, aún recordaba todas las horas, días y semanas que pasó junto a ella en su casa mientras sus heridas sanaban. Fue un proceso lento, muy lento, pero al final había vuelto a la acción... y aquello le preocupaba mucho.

Devolvió entonces su mirada hacia las latas de judías, viendo como estas ya parecían estar listas. Con la ayuda de un trapo, Bertholdt agarró las dos latas, pasándole una a su compañera mientras se volvía a sentar junto al fuego.

-Bueno... supongo que iré acostumbrándome de nuevo a esta comida...- dijo Diana algo frustrada mientras removía el contenido de la lata con una cuchara metálica.

-El tiempo que duró la segunda operación de Paradise fue lo que más comimos... Galliard siempre cogía primero los macarrones...

-Sí... y tú las chocolatinas.- dijo Diana mirando fijamente a su compañero, viendo como este reía nervioso. -No creas que no te he descubierto triplicando tu ración diaria...

-Como si fuera el único... Reiner también las cogía.

-Oh, pero eran para su amorcito...- dijo Diana de una manera que Bertholdt solo pudo interpretar como tierna, la clase de tono de voz que tienes al ver un cachorrito por la calle... y aquello ciertamente lo desconcertó un poco.

-No creo que vaya a conquistarla a base de chocolatinas...

-Oye, quien sabe... igual es para hacer que coja peso y nadie quiera estar con ella y así tenerla toda para él.- dijo Diana mientras no podía evitar reírse, viendo como Bertholdt la miraba sorprendido. -¿Qué? ¿Acaso no ves capaz a Reiner de algo así?

La morena vio entonces como Bertholdt la miraba pensativo por unos segundos, devolviendo su atención a su lata de judías mientras resoplaba derrotado.

-Definitivamente sería capaz...

Ambos comenzaron a reír a carcajadas en medio del campamento, donde por el momento se respiraba un aroma de tranquilidad y sosiego. El tiempo estaba bastante despejado, y si los soldados conseguían obviar el fresco que hacía, la verdad es que la comodidad era bastante respetable.

[Guerreros de Marley] Ataque a los titanesDonde viven las historias. Descúbrelo ahora