Capítulo 38 -Brújula-

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-... estás... qué haces aquí?- preguntaba Mia nerviosa y confundida, aún sin poder creer que lo hubiera encontrado en aquel estado, viendo como Reiner se quedaba mirándola por unos segundos, notando Mia como, probablemente por primera vez desde que lo había visto en aquel cuarto, Reiner cogía algo de aire, pareciendo estar apunto de decir algo.

-Esperar a que me mates...

El silencio se hizo entre los dos rubios en aquel vacío y polvoriento salón, viendo Mia nerviosa como Reiner avanzaba lentamente con la muleta, casi tambaleándose, hasta lograr llegar al sucio sofá, donde se terminó por sentar con serias dificultades, soltando la muleta con cuidado a su lado derecho.

Mia observó fijamente a su lado como Reiner estaba sentado, justo a su izquierda, tratando de acomodarse su claramente deformada rodilla derecha, la cual estaba torcida hacia adentro.

La rubia captó claros gestos de dolor en Reiner, pudiendo oír como este se quejaba hasta oír un "crack" en su pierna, dejando de manosearla en ese momento.

Reiner no decía ninguna palabra ni hacía ningún movimiento, simplemente esperaba quieto y en silencio mientras observaba fijamente el suelo, con la mirada perdida, rascándose de vez en cuando su brazo derecho, el cual permanecía sujetado por un cabestrillo.

Mia se llevó lentamente la mano a su cintura, tratando de buscar su arma mientras aún permanecía en pie junto a Reiner, notando que no llevaba la pistola consigo, cogiendo un poco de aire en sus pulmones.

-Braun... te marchas conmigo ahora mismo hacia Mitras.

Las duras palabras de Mia tan solo consiguieron sacar un leve suspiro a un silencioso Reiner, quien tan siquiera se movió un palmo de su postura anterior.

-¿Qué coño haces aquí? ¿Gerlari? ¿Así te gusta llamarte ahora, bastardo? ¿Piel de Hierro ya no te gusta?- decía Mia con una creciente frustración en su interior, no muy segura si de haber encontrado tras dos años de intensa búsqueda a Reiner, o si era porque este parecía no importarle lo que le decía. -Ponte de pie... alimaña...

Reiner miró entonces de reojo a su derecha, observando la muleta para alargar su brazo izquierdo hasta ella, poniéndose en pie con serias dificultades, viendo Mia como la pierna izquierda de Reiner temblaba por el esfuerzo, observando como la derecha volvió a crujir, estando de nuevo torcida hacia adentro.

Reiner tenía serios gestos de dolor en su rostro, todo mientras se ayudaba de su brazo izquierdo para mantenerse sujeto gracias a la muleta, colocándose Mia frente a él.

-¿Has matado a alguien más en todo este tiempo? Estaría bien ponerlo en el informe...

El silencio de Reiner hizo a Mia quedarse mirando fijamente a los dorados ojos de este, viendo la rubia las pronunciadas cuencas de sus ojos y arrugas alrededor de estos, como si hubiera envejecido en estos últimos dos años, teniendo la apariencia de un hombre cercano a sus cuarenta. Este no era capaz de mirarla a los ojos, teniendo la mirada perdida aún por el suelo.

-No mereces ni el tiempo que tardaría en darte un puñetazo, maldito hipócrita...

Mia entonces pateo levemente la muleta de Reiner, apartándose ágilmente mientras este, sin ninguna capacidad para actuar, se estrellaba de cara contra el suelo de madera.

La rubia se sorprendió por un instante de que Reiner no hubiera tratado de evitar la caída, viendo ahora con más claridad gracias a que este estaba tirado boca abajo, como era que su rodilla derecha estaba prácticamente lupsada, además de haber escuchado algún crujido al caer el rubio que no correspondían a la madera contra la que se estrelló.

[Guerreros de Marley] Ataque a los titanesDonde viven las historias. Descúbrelo ahora