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Jaden
—Papi, ¿me puedes llevar al hospital? es que Mi tía hoy me dijo que luego del instituto nos dejarían verlo—dijo ella emocionada.

—Claro, nena—sonreí al verla tan contenta.

Puse el auto en marcha y en un dos por tres ya nos encontrábamos en el hospital. Allí estaban la tía de Emery y Dereck.

Dereck me miraba con furia, pero cuando Emery se acercó para saludarlo su mirada cambió completamente el la miraba con, ¿cariño?.

—¿ya se puede pasar?—pregunto Emery emocionada a su tía.

—por supuesto cariño, ya nos permiten entrar—le respondió su tía feliz.

—Jaden, por favor quédate aquí, me gustaría estar a solas con Austin además el no te conoce tanto—dijo ella en voz baja antes de entrar a la habitación.

Yo solo asentí y me sente al lado de la tía de Emery, era ahí o al lado de Dereck y no soporto estar cerca de ese cabrón.

—Y, Jaden, ¿qué haces aquí?, digo con Emery—pregunto ella extrañada.

—Pues prométame que nadie sabrá lo que le contaré ahora—dije mirándolo serío, Gabriela me cae muy bien y se muy bien que le encanta saber todo de todos.

—claro—Respondió ansiosa.

—Con Emery estamos en algo, pero si que es verdad qué hay un par de años entre nosotros, obviamente si sus padres se enteran me acusaran de pedofilo o algo parecido pero yo la amo y me gusta demasiado, por eso es que vine con ella y tal—dije feliz, hablar de Emery me pone feliz.

—Ah pues no dire nada, es verdad si mi hijo y su madre se enteran son capaces de meterla en un internado, pero ¿por qué ella?, digo que yo recuerde con Dereck eran los más mujeriegos del grupo de amigos.—pregunto ella curiosa.

Joder, es mucho más curiosa que Emery, ahora se que todo esto de querer saber todo viene de familia.

—Si pero eso cambio, la verdad yo tampoco sé como pasó, nos conocimos el día de la fiesta de Dereck, yo ya la conocia pero de nombre, Dereck siempre la nombraba y usted también, pero nunca plane que esto pasara—definitivamente no tenía nada de esto planeado y mucho menos estar en una relación con una chica tan distinto a mi, creo que ambos nos complementamos muy bien.

—cariño te entiendo, ella es una gran persona y es preciosa, es inocente y dulce, la chica perfecta, a mi me pasó igual con el padre de los chicos, éramos de mundos completamente diferentes, él era mayor que yo y mis padres lo odiaban, decían que no me convenía, yo no los escuché, cuando uno está enamorado es imposible controlar ese sentimiento, me escape con él y forme una nueva vida, luego mis padres lo aceptaron y volvimos a tener contacto, pero nunca me rendí, nunca pensé ni un solo momento en dejarlo— no tenía idea de todo eso.

Gabriela es igual de buena persona que Emery, a,bas son muy parecidas.

No alcancé a responder algo ya que Emery salió de la Habitación.
Estaba con los ojos cristalinos y las mejillas rojas, estuvo llorando.

—Tía, ¿te gustaría pasar tu?—pregunto limpiando sus lágrimas de sus mejillas.

—Claro, ¿ustedes ya se van?—pregunto Gabriela antes de entrar al la habitación.

—Si, me muero de hambre y ya son las 6, no he comido nada—dijo Emery sonriendome débilmente.

—Esta bien, ah tus padres ayer me dijieron que hoy tenían que contarte algo importante, que por favor si piensas salir que no lo hagas que deben decirtelo hoy—le anuncio amablemente.

—está bien, hasta luego tía—dijo ella despidiéndose de Gabriela con un beso en las mejilla.

Su tía le sonrió y nosotros nos estábamos por ir pero ella se fue a despedir de Dereck, este la abrazo y no logré escuchar de qué hablaron, luego ella vino hacía mi y nos fuimos.

Una vez en el auto ella se puso a llorar, me mata verla así.

—¿Pequeña por que lloras?—Pregunté preocupado.

—Es que siento que no puedo mas, Austin esta en coma y no sé toda esta situación entre nosotros me estresa mucho, esto de tener que estar ocultándonos por mis padres y simplemente no sé qué hacer para sacarme todo este estrés- dijo ella un poco más tranquila mientras limpia sus lágrimas.

—Pues...yo puedo sacarte ese estrés, ¿me lo permites bebé?—pregunte sabiendo perfectamente cómo hacer para sacarle el estrés.

—¿como?—pregunto ella confundida.

—pues primero debemos llegar a casa, pero prométeme que no llorarás más, no me gusta verte así, prométemelo—limpié con agilidad una pequeña lágrima que yacía en su mejilla regordeta.

—Te lo prometo—dijo ella sonriendo tiernamente.

No se hacia donde me querrá llevar este angelito, no sé si estoy enamorado, nunca sentí algo así por una chica, pero siento que ella le dará un cambio radical a mi vida y a la forma de ver las cosas.

Sí, daddyDonde viven las historias. Descúbrelo ahora