Sí, daddy

12

Emery
Ya estábamos en casa y nos encontrábamos acostados en el sillón viendo una película, hasta que Jaden habló.

—Bebé, me gustaría que experimentes algo nuevo, ¿me permites?—me preguntó esperando ansioso una respuesta de mi parte.

—Si, ¿pero que?—pregunté temerosa.

El solo me dijo que me tranquilice y se arrodilló frente a mi.

—Bien princesa, lo que te haré ahora es masturbarte, solo tranquila no es nada malo, no te haré daño—dijo mientras se despojaba de su camisa Dejándome a la vista todo su torso trabajo, joder es tan sexi.

Yo solo asentí y me dijo que me quitara la falda, eso hice, puede ver cómo sonría y luego se paro para besarme apasionadamente
Yo ya estaba al límite, necesitaba que ya lo hiciera, sentía como un calor recorría  todo mi estómago con una mezcla de varias sensaciones que nunca experiment antes.

—Ahora, quietatenlas bragas y abre las piernas, bebé—dijo él ahora arrodillado frente a mi. Yo asentí y me las saque, note como sus pupilas se dilataban y yo solo me moría de vergüenza.

—Eres tan hermosa, así tan dispuesta a mi—dijo él con lujuria en su voz.

Sonrió y se acercó peligrosamente a mi coño, sentí cómo lo soplo y sentí como mandaba chispas a todo mi interior, comenzó a hacer círculos sobre mi clitoris y yo me retorcía del placer, seguido a eso le dio una lamida completa a lo coño y siguió con mi clitoris, ya me sentía al límite, movía mis caderas para poder sentir más su lengua, fuertes gemidos salían de mi boca, no los podía controlar, sentí con la vista se me nublaba y el lo nota y me dice:

—Nena estas a punto, vamos córrete para mi—dijo con dificultad y con su voz ronca. Sentí como comenzó a meter y a sacar los dedos hasta que llegue, dolió un poco porque mi zona no estaba acostumbrada a que algo entre allí pero luego el dolo disminuyó un poco, él me miraba mientras se mordía el labio y me sonreía lujuriosamente, sabía que le encantaba verme así, lo noto en su mirada. El saco y metió los dedos por última vez hasta que llegue y soltó un líquido transparente, él se lo bebido todo.

—Eres deliciosa bebe y estas tan prietita, me encantas, ya no veo la hora de follarte—dijo el sonriendo de oreja a oreja.

—Papi, ¿puedo intentarlo yo, quiero hacértelo a ti—dije avergonzada subiendo mis bragas.

—Claro, ven—dijo él y me arrodillo en el suelo, él se sentó en el sillón y yo me quedé arrodillada frente a él esperando alguna indicación sobre que debo hacer.

Él me sonrió, se quitó los pantalones y luego los bóxers.

—¿Qué pasa bebe?—preguntó el notando mi impresión.

—Es que, n-nunca vi una polla y la tuya es muy grande...¿todo esto causó en ti?—pregunté.

—¿En serio me preguntas eso?, esto causas y mucho más, eres hermosa y se ve que yo y mi polla te tenemos mucho cariño—dijo el sonriéndome.

—Anda, yo te guiaré—me dijo acomodando mi cabeza entre sus piernas.

—Primero puedes hacerlo primero con las manos y luego lo sigues con tu boca, de arriba hacia abajo— explicó.

Yo asentí y eso hice lo que él me dijo, de arriba hacia abajo, el solo gruñiría y gemia placentero.

—Ahora hazlo con tu boca, bebé—dijo él como pudo.

Y eso hice, se sentía caliente y muy grande, seguí masturbandolo como si fuera una piruleta pero solo que ahora está aguantando las ganas de vomitar al sentir que me atragantaba o me faltaba el aire.

—Así nena, sigue así, no pares-s—dijo él como pudo entre gemidos y gruñidos más fuertes.

Yo seguí y ahuéquele mis mejillas hasta que soltó un líquido blanquecino y me sobresalte un poco pensando qué tal vez lo lastime o algo.

—No te preocupa bebé, trágatelo todo—dijo re acomodando un poco mi cabello que estaba despeinado por algunos tirones que le dio.

Y eso hice, sabía como dulce y salado, no es lo mejor del mundo pero esta pasable.

Yo me reí y me senté a horcajadas sobre el y nos comenzamos a besar, el bajo sus manos hasta mis trasero y lo apretó.

—¿Nunca habías echo una mamada princesa?—pregunto el mirándome tiernamente.

—No, nunca tuve novio ni nada como para hacérselo a alguien, soy virgen en todo esto, ¿por que?—dije apenada.

—Porque Dios, creó que esa fue la mejor mamada que recibí en toda mi vida, eres una maldita diosa— respondió sonriente.

me beso fuertemente, ya sentía como su polla volvía a despertar entre mis piernas, joder me encanta causarle todo esto.

—Papi, deberías irte mis padres llegarán en cualquier momento—le dije algo preocupada.

—Está bien pero antes vamos a ducharnos aún que sea—dijo el mirándome como cordero degollado esperando a que acepte.

Yo le dije que está bien y nos fuimos ambos hasta el baño.

Una vez allí y el abrió el grupo y se metió, el ya estaba completamente desnudó pero yo no, todavía llenaba la camisa de mi uniforme y me da algo de vergüenza que me vea completamente desnuda.

—Vamos bebé, no puedes entrar con la camisa a la ducha—dijo entre risas.

—Es que no sé, nunca me sentí bien con mi cuerpo y me de vergüenza—dije avergonzada agachando la cabeza dispuesta a salir de ahí.

—Hey princesa, de todas las chicas con las que estuve, tú eres la única con la que me dan ganas de follar todo el tiempo, ¿eso no te dice nada? Anda que estás súper guapa.— dijo desde la ducha asomando la cabeza para verme. Me alegra que sea tan sincero conmigo pero me genera un poco de duda saber que estuvo con varias chicas, tal vez con más pechos que yo o con más culo que yo. Tampoco sé si eso que me dijo se lo dijo a todas las anteriores pero no estoy como para hacerme la cabeza Justo hoy y ahora.

—...Está bien— me saque la poca ropa que traía ya entrando a la ducha.

—¿Como se te ocurrió de decir que no te sientes conforme con tu cuerpo?, eres perfecta, para mi eres perfecta y quien piense lo contrario es por que nunca te a visto en persona o es ciego porque Joder, tu cuerpo es toda una obra de arte, no tienes motivos para sentirte así— dijo agarrandomé de la cintura y pegándome más el para besarme con más facilidad.

Yo le sonreí y lo besé dulcemente.

Él me hace sentir segura, no sé si todo esto va en serio, no sé si en serio le importo, no sé si en verdad me ama, pero solo se que si, me asista que ya me empiece a importar tanto.