El clima fuera del hotel era diferente al de la recepción. Afuera había una brisa levemente fría y las calles estaban desiertas.
Abelia no sabía qué hora era, y debido a la soledad que habitaba en las calles, pudo deducir que era más de media noche.
No había rastro de Luke por donde mirara, ambas direcciones, izquierda y derecha, estaban vacías.
Empezó a caminar por la derecha.
-¡Abey! -escuchó gritar a pocos metros de ella.
Ella ignoró el llamado, debido a la familiarización con la voz.
-Escucha, por favor -gritó desde la distancia.
Abelia volcó, y detrás de ella estaba el chico rubio que había dejado sentado en la cama del dormitorio.
-¿Qué? -preguntó fríamente ella.
Elliot mantuvo distancia.
-Entiendo que estés molesta conmigo -su voz sonaba distante, cómo si se hubiera convertido en otra persona-... Pero por favor, quédate en el hotel... -hizo una pausa y suspiró- aquí afuera es peligroso. No lo hagas por mí, hazlo por tu propia seguridad.
Ella dudó. Lo miraba con desprecio. Odiaba tener que verlo así, pero era inevitable.
Ella se acercó a él, caminando al hotel.
Elliot abrió los brazos, esperando darle un abrazo y que todo estuviera bien, pero Abelia lo esquivó y entró al hotel.
Respiró hondo. Le costaba ser así, tener esa actitud. Pero Elliot lo merecía. O así pensó ella.
Caminó rápidamente dirigiéndose al ascensor. Tenía que alejarse de Elliot lo más rápido y pronto que pudiera.
Apretó el botón para que el ascensor se abriera.
Entró y pulsó el botón circular que contenía el numero "3"
De fondo había una canción irritante, pero como todas las canciones irritantes, era pegadiza.
Luego de salir, Abelia se sorprendió tarareándola en el pasillo.
Abrió la puerta de la habitación y la cerró con seguro.
Se dirigió a las puertas que iban a la terraza.
Momentos con Luke le vinieron volando. La última vez que estuvo en una terraza, fue con él.
Se apoyó en la barandilla, apretando con fuerza el metal frío, como si quisiera deshacerlo.
Hacía frío y su cabello bailaba en el viento.
Estuvo parada así por horas, dominada por el insomnio y los constantes pensamientos que invadían su mente.
***
Escuchó que alguien golpeaba la puerta.
Ella lo ignoró, pero los golpes se hicieron constantes, hasta que de un momento a otro, pararon.
Abelia volvió a entrar a la habitación y observó la puerta de madera.
Caminó hacia ella y la abrió, esperando que Elliot estuviera sentado apoyándose justo en la pared.
Pero el pasillo estaba vacío.
Del otro lado de la puerta había una nota pegada.
Abelia la sacó y la leyó en voz baja.
《Te estoy viendo.》
La letra le recordó a la vez que encontró a Elliot.
Pero esta vez la nota estaba escrita con mango azúl.
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In the Darkness (Español)
FantasySinopsis: Abelia Callister es un ángel de dieciséis con un pasado marcado. Como todo ángel, ha jurado proteger a los mortales contra las amenazas de los demonios y submundos, poniendo constantemente su vida en riesgo. En eso se resume su vida. Y seg...