Capítulo 2

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Abelia abrió los ojos. Todavía sentía punzadas de dolor de hace unas horas.

Miró a su alrededor y no logró reconocer el lugar donde se hallaba.

Las paredes eran oscuras. Había unos cuadros de pinturas sombríos colgados en la pared y un armario a pocos metros de donde se encontraba acostada.

Ella intentó levantarse y vio que estaba con vendas en la parte baja del abdomen.

Recuerdos del día anterior le vinieron a la mente.

El grupo de gente hablando en su casa. Elliot y ella de camino a las oficinas. El vidrio volando. Y finalmente, recordó al chico que probablemente la trajo allí.

El chico de cabello azabache y ojos azules. El mismo chico que ahora se encontraba en la habitación. A su lado. Estaba de pie. Dándole la espalda, sostenía algo que Abelia no podía ver.

Él volcó para mirarla. Ella abrió la boca para decir algo, pero no salió nada de sus labios.

-Antes que digas algo, te traje aquí porque no estabas segura allá -dijo él, apartando la mirada y volviendo a mirar a lo que tenía entre sus manos.

Abelia no respondió. No tenía ni idea de qué decirle.

-Mi nombre es Luke -se presentó él, sin mirarla, con voz indiferente.

-Soy...

-Abelia Callister -interrumpió Luke.

Ella frunció el ceño. ¿Cómo lo sabía?

-Lo sé por el extraño parecido a tu madre -contestó como si leyera su mente. Abelia se cuestionó si en verdad no lo hacía-. Es en realidad escalofriante.

Todavía no la miraba. Tenía su mirada fija en lo que sea que sostenía.

-¿Y Elliot? -preguntó Abelia.

No sabía nada de él desde que se separaron. No quería que le pasara algo. Tener la visión de su mejor amigo lastimado la hacía estremecerse. No dejaría que se repitiera la historia. No de nuevo.

-No sé quién será Elliot -volcó para mirarla. Sus ojos azules se veían tranquilos, no tenían un aire burlón, simplemente irradiaban serenidad.

La respuesta no sirvió para tranquilizarla, por el contrario, sólo logró desesperarla un poco más de lo que ya se encontraba.

-¿Por qué me sacaste de ahí?

Luke meditó lo que le contestaría. Estaba observándola con atención, analizándola. Pensando en una respuesta perfecta, que no causara que ella saliera disparada por la puerta.

-No lo sé. Te vi indefensa y estabas lastimada. ¿Querías que te dejara allí? -se acercó más a ella.

Ella ignoró la pregunta.

-¿Qué hacías en las oficinas? ¿Por qué fuiste ahí?

Luke lanzó un suspiro. Esa clase de suspiro que te avisa que has hablado de más. Esa de las que te advierten que cierres la boca. Pero a Abelia no le era suficiente. Estaba segura que les diría todo a los guardias y a su madre. Y ella sabía perfectamente que Luke lo había notado. Y pese a aquello, no le importaba, o parecía no hacerlo.

-Creo que tenemos que dejar las preguntas aquí...

Abelia se levantó lo más rápido que las vendas le permitieron. Odiaba que la trataran de esa manera, como si fuera una niña que no se puede cuidar sola.

-¿Qué crees que estás haciendo? -preguntó mientras Abelia recogía su cazadora y se la ponía.

-No puedo seguir aquí. Tú no quieres darme respuestas y Elliot estaba conmigo -se apresuró a acomodarse su cabello. Estaba hecho un desastre, más de lo normal. Le pasó los dedos y consiguió arreglarlo casi nada, por lo cual se sintió algo avergonzada.

In the Darkness (Español)Donde viven las historias. Descúbrelo ahora