Tenía que admitir que nunca creyó que alguien reaccionaría de esa manera al decirle "Te amo".
Se tumbó en el suelo y clavó sus dedos en el pasto.
《Te lo mereces》le recalcó su voz interior.
-¿Luke? -se escuchó a lo lejos la voz de Natalie.
Él se mantuvo en esa posición.
-Vamos, Luke. Mereces algo mejor -añadió tratando de reconfortar a su hermano.
-No hay nada mejor que ella.
Ella se arrodilló y colocó su mano en la espalda de él.
-Tienes que tener claro que no eres igual que él -murmuró-. Igual que papá. Y si él mató a alguien, tuvo sus razones. ¿Recuerdas cuanto hablaba de su plan? -hizo una pequeña pausa y suspiró-. Sólo por vengar a mamá. Creo que todos harían lo que fuese para que el amor de su vida no sea lastimado. Y ¿Sabes? Lo que hizo no fue correcto, ahora que conocemos a Abelia... pero de no haberlo hecho ¿La hubieras conocido siquiera?
Luke respiró hondo. Tenía un nudo en la garganta, de esos nudos que no dejan ni respirar.
-Tengo que encontrarlo -hizo una pequeña pausa y levantó la vista. Cómo si fuera por reflejo, los recuerdos brotaron. Su mano puesta en el rostro más delicado que podría haber conocido. Y el suave roce de sus labios. ¿Acaso no podría durar por siempre?-. Voy a encontrarlo -repitió convenciéndose a sí mismo-. Por Abelia.
***
-¿Tierra llamando a Abelia? -dijo por cuarta vez Elliot.
Ella estaba cabizbaja, mirando sus zapatos oscuros.
-¿Abelia? -repitió subiendo su tono de voz.
Ella pestañeó varias veces antes de volverse para mirarlo.
-¿Ah? -dijo distraída, saliendo de un trance.
-La reina dice que volveremos en unos minutos al Mundo Inmortal. ¿Por lo menos escuchaste eso? Tenemos que dirigirnos a su oficina, donde nos esperarán dos hechiceros, o brujos. Cómo prefieras llamarlos.
Abelia se vio confundida. Tenía el ceño fruncido y estaba haciendo una línea fina con sus labios.
-¿Qué? -preguntó primero. Todo parecía confuso. Y sentía que en cualquier momento despertaría, sólo era una pesadilla. Se dijo a sí misma que probablemente estaba dormida en algún hotel con Luke y Elliot. O quizá Luke no existía. Era un producto de su mente, y todo lo que pasaba también.
-Por favor, Abelia -exclamó frunciendo el ceño-. ¿No puedes prestarme un poco más de atención? -se encogió de hombros-. Al menos finje que me escuchas.
-Lo siento.
-Ya han pasado horas desde que estas así. Y adivino que tiene que ver con Luke.
Abelia negó con la cabeza, fingiendo una gran sonrisa.
-¿Quién es Luke? -preguntó despreocupada mientras agarraba la taza que tenía en frente y tomó un sorbo de café.
Elliot rió y levantó las cejas, mirándola acusadoramente.
Ella tenía la costumbre de hacer eso. Desde que se conocían, cuando se enojaba con alguien o estaba triste pretendía no conocerla. Lo hizo desde James hasta con el chico que le gustaba, y también innumerables veces con Ethan.
Hace años no reaccionaba de esa forma.
-Oh... me gusta esa actitud.
Abelia ignoró el comentario y se paró de golpe.
-Vamos -le extendió la mano-. Vamos a volver a nuestro hogar.
***
El castillo estaba tal y cómo lo recordaba.
No habían cambiado de lugar nada, pero algo le decía a Abelia que su madre no estaría tan feliz de verla.
-¿Princesa Abelia? -preguntó Isabelle, la cocinera- ¡Princesa Abey! Oh, hemos estado angustiados por usted.
Abelia le sonrió.
-¿Qué te dije, Izz de tratarme así? -preguntó ella sonriéndole.
-No debes tratarme con tanto respeto, tengo dieciséis, no cuarenta años -dijeron las dos en coro.
Elliot rió. Isabelle era lo único que se acercaba a ser amiga de Abelia.
La muchacha se acomodó su cabello castaño.
-La reina se encuentra en su dormitorio.Abelia asintió con la cabeza y murmuró un gracias antes de salir disparada en dirección a la habitación de su madre, dejando a Elliot atrás.
Él entendía que ella quería hacer esto sola. Enfrentar el gran sermón que le tendría su madre sería aún más difícil con Elliot presente.
Llegó en pocos minutos al dormitorio. Y cuando posó su mano en el frío cerrojo, una voz familiar se escuchó:
-¡Abelia! -ella volcó y vio a un hombre de cabello castaño y ojos azules. Ethan.
Ella sonrió.
-Ethan -caminó hacia su hermano para abrazarlo. Nunca había estado tan lejos de él.
Ethan la paró antes de que pudieran conectar sus cuerpos.
-Tienes que irte -murmuró sin mirarla.
Ella frunció el ceño.
-¿De qué hablas?
Él abrió la boca para contestar, pero el estruendoso sonido de la puerta lo silenció.
Allí de pie estaba Elise, tal cual como la recordaba.
Su cabello seguía intacto, largo y sedoso como de costumbre. Sus ojos tenían un brillo intenso, y en sus labios se dibujaba una sonrisa victoriosa.
-Abelia -saludó y corrió a abrazar a su hija, que no reaccionó hasta unos cuantos segundos después.
Se apartó. Y antes que Abelia pudiera protestar, un hombre salió de la habitación.
Su cabello rubio estaba perfectamente acomodado a un lado, y sus ojos celestes le resultaban familiares.
Sus ropas eran oscuras, y tenía una casi invisible cicatriz encima de su ojo izquierdo, que le daba un aspecto fuerte y simpático a la vez.
-Cariño -habló Elise, nombrándola como nunca antes le había dicho-, te presento a William Stradamus. Tu futuro esposo.
***
Hola ♥ Capítulo adelantado por una hora, exactamente. En mi país son las 11:11 pm, y quería actualizar a las 12:00... pero no sé si lograré estar despierta tanto tiempo xd
Quiero informarles que ya hay teams, y por lo tanto me vi obligada a hacer esos keep calms xddd el próximo capítulo les daré el de Elliot :)
Hasta el próximo capítulo (quizá los sorprenda actualizando antes de lo esperado, pero no prometo nada)-Liv
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In the Darkness (Español)
FantasySinopsis: Abelia Callister es un ángel de dieciséis con un pasado marcado. Como todo ángel, ha jurado proteger a los mortales contra las amenazas de los demonios y submundos, poniendo constantemente su vida en riesgo. En eso se resume su vida. Y seg...