1. Baile

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Angel y demonio han coincidido y por ende vivido, momentos clave en la historia de la humanidad, sin mencionar los que aún les faltaban por vivir en un futuro desconocido. Sin embargo aquella ocasión donde coincidieron nuevamente no era ningún momento clave, no para los demás pero lo era para ellos y repercutiría en gran manera en su propia historia.

Era una tenue noche de los primeros días del mes de octubre, el ambiente otoñal se sentía en las calles de Inglaterra en el siglo XIX. Ambos habían sido invitados a una velada en el club Almack's donde una noche a la semana se reuninan hombres y mujeres para bailar.

Aziraphale sin demasiadas ganas de aquella situación fué por puro compromiso, por su parte Crowley fué a disfrutar de aquello como el demonio desenfrenado que era. Gran fué la sorpresa de ambos cuando en aquel baile se encontraron nuevamente después de mucho tiempo.

-¿Crowley?.- El ángel no creía que aquel estuviera ahí, se acercó comprobando que efectivamente era él, acababa de dejar la pista con una joven mujer, habían bailado un vals que era lo más popular en aquellos días.

-¡Aziraphale!.- Exclamó gustoso el demonio al verlo, sus ojos al no poder llevar gafas oscuras fueron remplazados 'de un milagro demoniaco' por unos cafés.- No esperaba encontrarte aquí.-

-Ni yo a ti querido.- Ambos se hicieron a un lado de la pista puesto que la música había empezado a sonar y algunas parejas se acercaban y ponían en posición.- Oh mira eso, que... inmoral...- Se quejó el peliblanco de repente al ver todo eso.

Crowley lo miró sorprendido y sin entender por qué el ángel tenía la misma mentalidad que la mayoría de los humanos de aquella nación.- ¿Inmoral?.- Preguntó.

-Inmoral, indecente... Se supone que las damas no deberían de estar tan cerca de los caballeros sin ser nada, ¡Y menos en público, Por Dios!.- El pelirrojo no supo si aquello era una muestra de enojo o simple parte de su naturaleza correcta.- No se a quien se le ocurrió traerlo a este lugar...-

-¿No hice un buen trabajo entonces?.- Preguntó Crowley haciendole entender que él había sido el responsable de aquello, aunque fuera una mentira.

Aziraphale no supo que decír, sabía cual era el trabajo del demonio y ya no pudo reclamar, aquello le hizo sonreir al pelirrojo con diversión.

De manera inesperada Crowley se acercó al oido del ángel. -¿Por qué me parece que tienes otra razón para que no te guste el valz?.- Aziraphale se puso nervioso y varios factores eran los causantes. Con malicia sonrió el pelirrojo, y sin que nadie de los presentes viera se lo llevó de ahí al balcón cerrando las puertas para que nadie los molestara.

El ángel no entendía lo que pasaba pero no podía evitar sentirse nervioso.- Vamos, es divertido.- Crowley le extendió la mano, la tenue música se seguía escuchando mientras esperaba por una respuesta.

-Yo...Yo no se bailar.- Aceptó Aziraphale al fin, con verguenza evitó verlo.

-No te pregunté eso...-El demonio se rió en voz baja solo para luego ponerse en posición frente al peliblanco, no preguntó por permiso esta vez, solo lo hizo. Con su brazo rodeó su cintura acercandolo demasiado a él.- Tal vez no sea el mejor bailarín pero haré un intento.-

Aziraphael miró los ojos de Crowley, volvían a ser los mismos de siempre, no había razón para ocultarlos no con él.

Lentamente empezaron a moverse, sin rumbo, solo girando en el balcón, la aproximación era extremadamente rara, pero a la vez necesaria para aquel baile y completamente agradable para ambos, estar en compañía del otro, bien podría ser el fin de la música o el fin del mundo y ellos no se separarían, porque aquello marcaba el inicio de una gran historia.

Good Omens #Fictober2019 #IneffableLATAMDonde viven las historias. Descúbrelo ahora