6. Malvado

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Lo dejaron caer de rodillas ante su superior, el amo del mismísimo infierno, jamás había estado frente a Satán mucho menos así y definitivamente no era nada igual a presentarse ante Beelzebub, Crowley estaba en graves problemas y lo sabía. -Mi señor...-

Lucifer había tomado una forma más humana que no era nada igual a la que mostró en el no fin del mundo. Zapatos negros a juego con su cabello, camisa color sangre y un traje gris. Tenía toda la apariencia de un ángel de no ser por el aura malvada que se sentía con el simple hecho de compartir espacio con él. El rey del infierno se levantó de su trono acercándose al que consideraba un patético subordinado suyo.-Si fuera tú ahorraría las explicaciones Crowley.- El pelirrojo no podía (ni quería) moverse de donde estaba, el dolor en su cuerpo humano se lo impedía.- Aunque la duda me queda, no se si eres demasiado estúpido para volver aquí o demasiado confianzudo...- Se paseó por aquella mal iluminada habitación. El demonio lo sabía, se estaba conteniendo, lo podía sentir, el miedo invadiéndolo.- Pero no te culpo, tanto tiempo con esos humanos y ese...ángel. Te arruinaron.- Dijo con una mueca de desprecio.

Con la respiración agitada el acusado trató de hablar y excusar sus acciones.- S...Siempre le he servido bien mi señor...-

-Lo hiciste si, en su momento.- Comenzaba a exasperarse, no era precisamente paciente y todo lo que había pasado lo ponían de un peor humor.- Pero luego ignoraste ordenes y te aliaste con nuestros enemigos.- Tomó el rostro de Crowley con fuerza, las uñas que no había logrado ocultar se encajaron en la piel de él llegando a dejarle marcas.- ¡Traicionaste a los tuyos y nos quitaste la victoria!.- Rugió con furia Lucifer, su ira se llegó a sentir en cada uno de los círculos del infierno y no había demonio que se atreviera a molestar aún más a su amo.

Lanzó lejos a Crowley haciendo que se estrellara contra la pared más cercana, sus manos estaban atadas y él estaba adolorido.- Era...lo mejor.-

-Para ti mismo.- Se acercó con paso lento y levantándolo del cabello alzó su cara para que lo viera a aquellos oscuros ojos.- Pero tranquilo, siempre tengo un plan.- Claro, debió haberlo imaginado, fue el ángel que enfrentó a Dios por supuesto que tenía otro plan.- Tu me ayudarás a acabar con el cielo, volverás a ser mi fiel sirviente como siempre debió haber sido...- Su mano libre se acercó a su pecho enterrando sus uñas nuevamente haciéndole gritar de dolor una vez más.- Y empezarás por ese ángel... seguirás ganándote su confianza y cuando llegue el momento...-

-N...No...- Quizó negarse ante aquella orden, pero no podía, ya jamás podría.

-Acabarás con el ángel Aziraphale.- Con una sonrisa satisfecha lo dejó caer.

Crowley tardó en levantarse de nuevo, cuando lo consiguió no parecía el mismo que momentos atrás. Satán había eliminado de sus memorias todo rastro de sentimientos hacia el ángel peliblanco, solo recordaría ser su enemigo como siempre debió haber sido, un demonio malvado, un verdadero ser de oscuridad.

Era definitivo e irreversible. Un terrible problema para cierto ángel en la tierra.

Good Omens #Fictober2019 #IneffableLATAMDonde viven las historias. Descúbrelo ahora