«Capítulo 15»

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Con Marzo llegaron las lluvias, aguaceros torrenciales que enturbiaban los cristales y convertían la tierra en lodo. Por primera vez no podían evadirse en los prados; sin embargo, también por primera vez no les hacía falta. Jeonghan y Seungcheol estaban empapándose de Septendécim y de su historia. Empezaban a formar parte de ella.

—Mira esto —dijo Choi.

Una tarde, sentados en un apartado rincón de la Biblioteca, el mayor le acercó a su novio uno de los pesados volúmenes de la señora Ha. El paso del tiempo había amarilleado las páginas del libro y la tinta se había difuminado, por lo que tuvo que entrecerrar los ojos para adivinar las palabras. Fue leyendo mientras Seungcheol se lo explicaba.

—¿Qué es esto?

—Hablan todo el rato de «la Tribu». Un grupo ancestral de vampiros. ¿Hay alguien aquí de la Tribu?

—Nunca había oído hablar de esa Tribu —Jeonghan jamás habría imaginado lo compleja que era la tradición vampírica. Sus padres ni siquiera habían mencionado nada de aquello—. Aunque, ¿A qué te refieres cuando dices «Ancestral»? Mi padre tiene cerca de mil años. Dudo que se pueda ser más ancestral.

—No si todo el mundo es inmortal. Debe de haber vampiros dos, tres, diez veces mayores que él. Antiguos romanos, antiguos egipcios, los que vinieran antes que ellos... ¿Dónde están? Aquí no creo.

Él tenía razón. Probablemente Wonwoo, que había muerto en el siglo VII. Era el vampiro de mayor edad de Septendécim. Los vampiros también morían; es decir, que morían de verdad. Podía matarlos la abstinencia de sangre durante muchos meses o, incluso, una abstinencia más corta pero combinada con exponerse a la luz del sol. Los Yoon se lo habían dejado muy claro cuando era niño y no quería acabarse el vaso de sangre de cabra. La peor pesadilla de todos era el fuego, que acababa con los vampiros incluso con mayor rapidez que con los humanos. Sin embargo, a pesar de esos peligros, muchos vampiros debían de haber sobrevivido incluso más tiempo que Wonwoo.

—Mis padres dicen que hay gente que pierde el Norte —murmuró—. Que pierden la noción del tiempo y ya no son capaces de seguir el ritmo de los cambios. Septendécim se construyó para que los vampiros no cayeran en esa trampa. ¿Crees que era ese el propósito de mis padres? Tal vez la Tribu acoge a los vampiros que perdieron el Norte, a eremitas y reclusos sin relación con la Humanidad.

—Te estás agobiando, ¿Verdad?

—Sí, un poquito.

Seungcheol le acarició la mejilla.

—¿Quieres que hagamos un descanso?

—Debería estar estudiando Historia. Es difícil sacar excelentes cuando te ponen al lado gente que ha vivido en sus propias carnes la mitad de los acontecimientos que aparecen en el libro. Además, mi madre es más dura conmigo que nunca.

—Adelante —el mayor ya había devuelto su atención al libro sobre la tradición vampírica—. No me moveré de aquí.

Seungcheol no levantó la cabeza del tomo en la hora siguiente, y cuando Jeonghan recogió sus cosas para bajar, tuvo que irse sin él porque se quedó trabajando hasta que cerró la Biblioteca. No se habían planteado que pudiera llevárselo a su habitación. Mingyu y Seokmin podían ser unos inconscientes, pero no eran tontos, y sería una imprudencia dejar a la vista información fidedigna sobre vampiros.

De vez en cuando a Jeonghan le asaltaban las dudas y se preguntaba si Seungcheol no tendría otras razones desconocidas para sumergirse en los libros de la señora Ha, pero enseguida descartaba la idea. La mayoría de las veces lo animaba a seguir adelante, pensando que estaba cada vez más cerca de convertirse en un vampiro y de quedarse juntos para siempre. Por descontado, no todo el mundo estaba de acuerdo. Lian Fei había aflojado la presión después de que el pelinegro mordiera a Seungcheol por primera vez imaginando, tal vez, que por fin había ingresado «En el club». Sin embargo, no quería que él formara parte; es decir, que después de que corriera la voz acerca del segundo mordisco, ella había entrado en modo «Bruja Supino».

New Moon ➳ SeventeenDonde viven las historias. Descúbrelo ahora