Bestia [Omegaverse]

Dos

Mahamy buscó con la mirada a sus hermanos mayores, ellos siempre fueron buenos con él y siempre lo cuidaron, por eso Mahamy tenía un gran aprecio a Yasthar y Loryam, aunque ambos en personalidad eran muy diferentes siempre tuvo en claro que sus hermanos lo protegerían e incluso lo harían reír cuando él se sienta decaído, por eso acudía a su tienda cuando quería jugar con ellos, y justo allí se encontraban ambos tirados entre las pieles en un profundo sueño. Mahamy sabía que los cazadores debían descansar bien antes del viaje, pero no evitó sonreír vividamente y tirarse entre sus hermanos mayores, despertando a ambos de su descanso. Ese comportamiento no era problema para ambos hermanos quienes adoraban a aquel pequeño y hermoso omega, pero no se libraría de un poco de tortura.

—Te crees muy gracioso, ¿no? —Decía Yasthar, un hombre de cabellos cortos y una cicatriz que cruzaba su duro rostro, pero esa rudeza era opacada por aquella sonrisa juguetona que dio al tomar al pequeño omega por debajo de los brazos y tirarlo sobre su regazo para comenzar a tocar su cuerpo, este rió mientras sentía las cosquillas.

—Jajaja suéltame, me haces cosquillas —Mahamy reía mientras procuraba quitar las manos de su hermano de su cuerpo, pero no había demasiado éxito en aquel trabajo. Con sus entrecerrados ojos llenos de lágrimas por la risa vio como su otro hermano se acercaba a él como un león a su presa, Loryam era el mayor de ambos con el cabello largo y liso que caía a ambos lados de su rostro sereno y altivo, todo aquel porte ocultaba a un humano tranquilo, dulce y muy perspicaz quien conocía bien a su hermanito.

—¿Qué sucede, Mahamy? Algo te molesta —dijo en calma mientras las cosquillas de Yasthar se detenían para dejar recostado al omega entre sus piernas, Loryam se acercaba de frente y acariciaba aquel abdomen blando y suave, digno de un hermoso omega. En cambio Mahamy solo pensaba en su respuesta mientras aceptaba los cariños de sus hermanos mayores, aún seguía aturdido por haber encontrado a sus padres de esa manera, pero también quería hacer, de alguna manera, a su padre cumplir con su palabra de alfa: quería ir a la cacería. Suspiró profundamente mientras Loryam terminaba hundiendo su rostro en el abdomen del omega y Yasthar inhalaba el aroma de su cuello con delicadeza.

—Padre ha mentido —aquello fue algo que llamó la atención de ambos jóvenes, quienes levantaron la cabeza del pecaminoso cuerpo que tenían allí y miraron sorprendidos a Mahamy, este parecía enfurecido, su rostro casi se estaba volviendo rojo de la rabia.

—Padre es el alfa, el jamás mentiría —Yasthar era el más sorprendido de ambos, él admiraba en demasía al alfa la tribu, en cambio a Loryam no le parecía difícil de creer aquello.

—Pues sí lo ha hecho, había retado a padre para ir a cacería ¡Y gané! —dijo lleno de furia, Loryam sonrió tranquilo mientras colocaba nuevamente la cabeza sobre el abdomen de ese omega, solo con el fin de escuchar el corazón acelerado de Mahamy, él era tan dulce...— Escuché a padre hablar con madre, padre le dijo que Mahamy jamás podría ir a la cacería, que no me llevaría aunque haya probado ser hábil.

Su voz se volvió más cerrada mientras bajaba la cabeza, Yasthar lo abrazó con cariño mientras intentaba tranquilizar a su hermano menor. El mayor en cambió solo dejó salir una sonrisa de sus finos labios, su rostro sereno parecía ocultar una profunda sabiduría a los ojos de Mahamy, pero solo intercambiaba una sonrisa de complicidad con su otro hermano, ambos alfas comprendieron que aquella rabia momentánea del omega era una perfecta brecha para tomar lo que por derecho creía que les pertenecía. Yasthar aún con la nariz hundida en el cuello de su pequeño hermano se atrevió a lamer aquella zona sensible, en cambio Loryam subió unas dulces caricias por sus piernas.

—Podríamos convencer a padre que vayas con nosotros a la cacería, él no se negaría a sus hijos —decía Loryam mientras sus manos recorrían los muslos del omega y se aventuraba a tocar el borde de la pequeña falda que vestía el niño, Mahamy solo observaba a su hermano de frente, sin miedo a los actos ajenos, él seguía enfurecido por su padre.