Amanda Contreras
Cuando llegamos a la clínica mi mamá estaba hecha un manojo me nervios, habían ingresado a mi madre pero no le permitieron la entrada y eso la estaba volviendo loca, no paraba de llorar y de pedirle a las enfermeras que le dieran información, pero aún le estaban haciendo estudios. Cuando le pregunté que había pasado dijo que estaban revisando un caso y comenzó a sentir un dolor punzante en el pecho y que de un momento a otro se desmayó, yo trataba de mostrarme serena pero los nervios también me estaban consumiendo, mi padre era mi héroe y aunque los últimos dos meses no hemos hecho otra cosa más que discutir, pensar que le pueda pasar algo me aterra.
Durante una hora nos mantienen sin información y ya comienzo a perder la paciencia, me levanto de mi lugar para ir a preguntar pero al dar el primer paso todo a mi alrededor comienza a dar vuelta y escucho un pitido y de lejos la voz de mi madre y de Diego, busco agarrarme de algo pero no lo consigo y antes de caer lo último que escucho es a Diego llamándome.
***
-. Amanda... - escucho mi nombre y poco a poco comienzo a abrir los ojos, la luz me encandila un poco y giro mi rostro para esquivar la luz, cuando por fin mi vista se ajusta a la luz, lo primero que veo es a Diego quien me da una pequeña sonrisa - hola - murmura - te desmayaste - explica y asiento
-. Nos diste un susto hija - escucho a mi madre y la busco en la habitación encontrandola justo al otro lado de la cama donde me encuentro, me mira con dulzura - Diego me informo de tu estado y no sabes lo feliz que estoy hija, tú padre estará feliz - al mencionar a mi papá me olvidó de la molestia que siento hacía Diego por contarle a mi madre del embarazo sin mi autorización
-. ¿Cómo está él?
-. Ya está mejor, tuvo un pequeño infarto, pero ya está fuera de peligro, ha estado preguntando por ti - Dice y sin esperar más comienzo a levantarme para ir a verle pero Diego me detiene
-. Tranquila Amanda, te han colocado un suero, en lo que se termine la botella podrás ir
-. ¿Ya sabe? - pregunto y niega
-. Aún no puede recibir emociones fuertes hija
-. Me va a odiar - comento cabizbaja, ocultando mi rostro entre mis manos, escucho cerrarse una puerta y al mirar solo encuentro a mi mamá
-. Creí que necesitábamos un momento a solas - explica colocándose ahora del lado donde estaba Diego - las dos sabemos que no es la situación ideal Amanda pero ya no hay vuelta atrás, no te mentire, tú padre se va a enfurecer, yo lo estoy - bajo la mirada - pero luego cuando entienda que por fin será abuelo, no dejará de volverte loca créeme tu padre es otro cuando yo estaba embarazada de ti me trataba como muñequita te porcelana - limpio una lágrima y ella hace que la mire nuevamente - el que debería de temer es Alcántara, la ira de tu padre ce va a centrar en el - afirma
-. No, Diego no es el único responsable y si al caso vamos cuando esos dos hablen de seguro terminaré casada en menos de una hora - me mira asombrada - ¿No te lo ha dicho? - pregunto
-. ¿Decirme qué?
-. Pensé que se lo tomaría mal, ya sabes con el estilo de vida que lleva, creí que aborreceria la idea de ser padre, pero en cambio él bueno, quiere que nos casemos - sonríe - ¿Acaso todos se han contabilizado para casarme? Primero la insistencia de mi papá para que vuelva con Marcos y no solo eso sino que nos casemos
-. Bueno, no queríamos decirte nada Amanda, pero este no es el primer susto que tengo con tu padre - dice y con los ojos llenos de lágrimas - hace unos meses cuando te fuiste con Alice y Victoria a Madrid pues él se puso mal y luego de eso se le metió en la cabeza que quería llevarte a la iglesia, verte con hijos, sabes que Marcos ha estado siempre muy cerca de nosotros por ti y por sus padres claro, tú padre lo ve como hijo y quería o quiere tener la tranquilidad de que te cases con un buen hombre, que te haga feliz penso, bueno pensamos que el era el hombre indicado - me mira apenada
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Atrapada en tú Red
Roman d'amourLuego de una noche de aventura con un famoso Arquitecto y reconocido calavera, Amanda Contreras termina envuelta en una red de misterio, mentiras y el más apasionante de los amores. Diego Alejandro ha tenido que jugar las cartas de un mujeriego fre...