CAPÍTULO 8

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Diego A. W. Alcántara

Si hace un par de meses me fueran dicho que estaría por casarme de seguro fuera estallado en risas, la verdad no es que rechace la idea es solo que en mi vida hay muchas cosas que me impedian asumir esa responsabilidad, pero ante todo soy un caballero y no pienso permitir que Amanda pase una vergüenza ante su familia y menos la prensa.

Yo tenía gran responsabilidad en que estuviese embarazada, no se qué me había pasado con Amanda esa noche pues había roto dos de mis reglas, en primer lugar yo jamás iba tras una mujer, no quiero sonar prepotente pero tenía a muchas detrás de mí para elegir como para ir tras una, pero esa noche en esa fiesta Amanda había aparecido y ver como rechazaba las atenciones del resto de los hombres presentes en el lugar me causo intriga y deseaba saber si conmigo se atrevería hacer lo mismo. Al principio cuando supo quien era se mostró recelosa pero a medida que fuimos hablando fui yo quien quedó enganchado en ella, ya ninguna de las mujeres con quien me había estado divirtiendo antes me llegaron a parecer tan atractivas, inteligentes y divertidas como lo había hecho Amanda, por lo que el resto de la noche no pude hacer otra cosa más que enfocarme en ella.

Cada mujer disfruta del sexo de una manera distinta por lo que cada vez que estaba con una mujer me sentía diferente, aunque siempre busque solo divertirme, sexo sin compromiso y eso pensé que obtendría esa noche antes de acercarme a esa menuda mujer que se encontraba a gusto rechazando cualquier invitación. Y después de unas cuantas copas me dijo cuan estresada se encontraba porque su padre la estaba presionando para volver con su ex novio y cuando dijo eso de pronto comencé a sentirme molesto, pero asumo porque se lo que es verte obligado hacer cosas que nos deseas y es realmente molesto, pero su siguiente comentario me hizo ver que no era solo eso lo que me molestaba sino el hecho de que llevará a cabo su plan

-. Se me ha ocurrido una idea y creo que tú serás de gran ayuda - dijo y le anime a seguir - verás, si mis padres ven que ando con alguien pues dejarán de ser tan quisquillosos y me dejaran en paz

-. ¿Qué tiene eso que ver conmigo? - le pregunté sorbiendo mi copa

-. Pues que tú debes de saber cuál de esos tíos que han estado intentando colarse entre mis piernas acepte fingir ser mi pareja por lo menos una o dos semanas, oye pero tiene que ser alguien creíble - me quedé mirándola unos segundos esperando a que dijera que era broma pero en su mirada había desición, mire a nuestro alrededor y lo cierto es que había uno que otro que fuera capaz de jugar su juego ante su familia pero pedirían estar con ella a cambio y la sola idea me causo molestia

-. No creo que sea lo adecuado - comento - no me mal interpretes más de uno podría hacerlo, pero pedirían algo a cambio

-. ¿Tú estás incluido entre esos hombres? - cuestiona y aunque podría mentirle y decir que no para que pueda tener más tiempo y así hacer por fin lo que he deseado, decido que lo mejor es ser directo y que sea ella quien elija

-. Soy el primero de la lista de hecho - me sonríe y yo a ella

-. Oh pero claro ya imagino tú precio - comenta rodando los ojos y la miro ofendido - disculpa es que tú serías muy poco creíble - me acerco a ella hasta quedar a solo unos centímetros de distancia, puedo sentir su respiración agitada - ¿Qué... Qué haces?

-. Comprobar tu teoría - nerviosa comienza a mirar a los lados y niega

-. Aquí no por favor si la prensa nos llega a ver...

-. Tengo una habitación reservada podríamos subir y así estaríamos más cómodos - sugiero alejándome solo un poco, nos miramos sin decir nada más unos minutos y por un momento creo que se negara

Atrapada en tú RedDonde viven las historias. Descúbrelo ahora