EPÍLOGO

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Diego Alejandro W. Alcántara

-. No puedes estar hablando en serio - dice - no pero claro que no, tú solo no soportas que Marcos regresara

-. No lo metas a él en este asunto que nada tiene que ver - respondo molesto

-. Pero claro que tiene mucho que ver, admite que te irrita el que este cerca de mi - voy a decir algo pero no permite que hable - ah pero tú no terminabas de salir de mi piso y ya tenias tus aventuras... - al escucharle decir eso me tenso y el recuerdo de el día donde vi mi rostro en los titulares viene a mi mente alejándome de la realidad...

***

-. Ángela necesito el reporte de esta semana y que me comuniques lo más pronto posible con mi abogado - sigo mi camino a mi oficina y al entrar encuentro a
Roxana

-. Gracias a dios que llegas

-. Si hola ¿Cómo te va? Oh bien gracias ¿Y a ti? - murmuró sarcástico y ella rueda los ojos

-. Por lo que veo sigues siendo el mismo - ahora es mi turno de rodar los ojos, rodeo el escritorio y me siento en mi lugar

-. ¿Qué haces aquí? ¿Acaso no fui suficientemente claro cuando te dije que todo había terminado?

-. No he venido a buscarte en ese plan, solo he venido a informarte que alguien accedió a mi laptop y copio las fotos que nos tomamos hace un unos meses

-. Pensé que las habías borrado

-. Yo no suelo eliminar de mi vida a las personas importantes Diego - la miro con intriga, la manera en la que habíamos terminado o bueno en la que yo había terminado con ella había sido con muy poca caballerosidad y había asumido que me odiaba así como cada una de las mujeres con las que me había relacionado  - como sea, la cuestión es que esas mismas fotos ya han sido publicadas - me entrega el diario y maldigo internamente - trate de contener la noticia pues me llamo un conocido que tiene acceso a los medios pero no pude hacer mucho, lo siento - dice levantandose, quizás si fuera otra persona pensaría que ella misma a entregado las fotos a propósito pero a ella esas imágenes de seguro también le han traído más de un problema

-. Roxana te debo una disculpa por la forma en la que me comporte contigo en ese tiempo y hace un momento - me mira sorprendida y me regala una de sus sonrisas

-. No te preocupes Diego yo acepté el juego y en ese tiempo solo estaba confundida, los dos sabemos que estaba pasando por una mala etapa en mi vida - asiento - supe por lo que pasaste hace unos días y de verdad lo siento - ahora soy yo quien la mira con sorpresa y alarma - ¿Acaso pensaste que dejaría de seguir tus pasos? - pregunta con burla - puedes estar tranquilo solo yo lo sé, Diego antes que nada éramos amigos y siempre me he preocupado por ti, se el porqué de tus miedos y tus acciones, sabes que no las apruebo, siempre dije que había otra manera de hacer las cosas pero tú y Alexander son lo suficientemente adultos como para saber hacer las cosas

-. Eso terminará en algunos meses - comento y su sonrisa se agranda

-. Es lo mejor te lo aseguro, espero que tu esposa pueda entender lo de las fotos - esquivo su mirada

-. Lo dudó y bueno en todo caso no creo que le importe - vuelvo a mirarle y tiene una de sus cejas arqueadas y una sonrisa burlona

-. ¿No me digas que has encontrado la horma de tu zapatos? - cuestiona

-. Nos vamos a divorciar Roxana

-. Ya decía yo que la idea del matrimonio y tú eran difícil de coexistir en una misma oración - niega con ironía - bueno quizás es lo mejor ella podrá obtener algo mejor que solo sexo porque conociéndote como te conozco supongo que ella quería todo aquello que tú te niegas a dar

Atrapada en tú RedDonde viven las historias. Descúbrelo ahora