CAPITULO 16 (Final)

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Amanda Contreras

Los días iban pasando y Diego permanecía a mi lado, pese a que todos y cada uno de los días le exigía que me dejara sola. No era que lo odiaba pues luego de que entendí que no tuvo más opciones y de que se torturaba a si mismo culpandose de algo que solo Dios sabe porque lo hizo, llegue a esperar que las horas pasarán para volver a verle.

Tanto Victoria como Alice no paraban de preguntar porque había faltado a la gala y porque había desaparecido por quince días pero yo me reusaba a decirles lo que había pasado desde el día que supuestamente decidí tomar unos días libres. Ellas sabían que cuando me cerraba y no quería compartir algo no había manera de conseguir la información por lo que de muy mala gana terminaron por desistir y pude trabajar con tranquilidad.

Claro, solo bastaba ver a una mujer embarazada cuando iba de camino a casa o a la oficina para que nuevamente mi mundo se derrumbara y la única persona a parte de mis padres que me daban ese apoyo era Diego. La verdad agradecía su apoyo y su increíble paciencia, pero no dejaba de pensar en que posiblemente solo seguía a mi lado por lástima y culpa, muchas veces se lo comenté, pero lo negaba, aún así cuando tardaba en llegar a mi piso yo sentía mi mundo cuesta abajo y maldecía el haber insistido tanto en que no volviera que se había cansado y ya no volvería a verle nuevamente, así que cuando llegaba era como si él alma volviera a mi cuerpo, me tranquilizaba.

Y entonces llegaba la noche, estás eran las peores tenía sueños que al principio eran hermosos pero terminaban en pesadillas, haciendo que despertara alterada y volviera a correrle de mi lado, alegando que el necesitaba una mujer completa que pudiera darle una verdadera familia, que lo liberaba de toda culpa y que así el podría estar tranquilo, aún así él repetía una y mil veces abrazándome, que su lugar era a mi lado. De la misma forma que lo hacía ahora, no había dejado de llorar desde que me había despertado debido a soñé con aquella conversación que tuvimos el día antes a casarnos, mi mente noche tras noche me torturaba con eso y con el recuerdo de la pérdida, me sentía débil, agotada, pero aún asi me negaba a ir a un psiquiatra y que terminara dopando mis sentidos. Mi dolor no era físico, mi dolor era emocional y ni que me hicieran tomar mil pastillas olvidaría lo que había pasado.

-. Lo siento, debes estar agotado y yo no dejo de despertarte noche tras noche - logro decir cuando por fin consigo calmarme un poco

-. Yo tampoco puedo dormir - responde - ¿Por qué mejor no me cuentas qué soñaste? - niego - Amanda llevas noches despertando llorando y se que se debe a todo lo que ha pasado pero se que hay algo más - niego nuevamente y me hace mirarle - ¿A que le temes? - cuestiona con dulzura

-. No es miedo como tal - respondo y me mira atento - o bueno si - sonrió con pesar - jamás imaginé que algo así podría pasarme, cuando supe del embarazo tenía miedo por enfrentarme sola, pero tú actuaste como un caballero y aunque no me ibas a dar lo que esperaba ya nos había imaginado con un bebé en brazos, con una pequeña tomando nuestras manos... - mis lágrimas vuelven - y ahora ya no sucederá, ya no podremos... No, ya no podré saber que se siente tener un hijo, tú en cambio puedes...

-. Amanda yo...

-. No Diego, tenemos que ser realistas y de la misma forma en la que me pediste aquel día que no me vinculará emocionalmente contigo yo te pido ahora que entiendas - me alejo de él para poder ser firme en mi desición, se que si lo tengo tan cerca no seré capaz de hacerlo - yo no puedo permitir que sigas casado conmigo

-. Pero...

-. Diego tarde o temprano vas a querer tener tus hijos, quizás ahora no lo ves, porque te sientes comprometido, culpable y por eso te niegas, pero con el tiempo querrás tu libertad y no hay motivo para retrasar algo que va a suceder

Atrapada en tú RedDonde viven las historias. Descúbrelo ahora