Gabriel Gallicchio ha tenido pocas alegrías en su vida. Recientemente ha atravesado un doloroso divorcio, la custodia parcial de sus dos hijos, y está aprendiendo a rearmar su horario para que su trabajo como detective no sea prioritario.
No ha sido fácil.
Entonces, conoce a su nuevo vecino, Renato Quattordio, un bombero abiertamente gay que acaba de pasar por una mala ruptura. Gabriel le echa al hombre una mano trasladando sus muebles, y entablan una amistad que comienza a llenar espacios en su vida que no sabía que estaban.
Renato se muda para alejarse de su infiel ex novio, Tomas. Su nueva casa es grande y vacía, y termina encontrándose a sí mismo disfrutando las barbacoas de los viernes por la noche con su nuevo amigo, Gabriel, aun con los niños del hombre estando allí.
Cuando Tomas aparece, rogándole para que regrese de nuevo y se rehúsa a marcharse, Gabriel interviene, pretendiendo ser su nuevo novio. Renato descubre que Gabriel puede besar -realmente besar- y comienza a desear cosas que el hetero policia no puede darle.
¿O sí?