Un Pasado Oculto: "Gesta Forjada en Fuego" (Libro 2) [Eldarya]

Capítulo 32: "Una maldición menos..."

Estaba aquel semidiós en su alcoba, a su lado, dormía Suhail plácidamente, él suspiró, después de convencerla de que era mejor dormir en ese dormitorio y vivir juntos, en vez de romper la muralla de su antiguo cuarto, fue que él suspiró.

Escuchó el relinchar de su pegaso y de aquella galorze de Suhail, aquellos dos animales parecían inseparables, Alexios y Ayça, parecían compartir el mismo sentimiento que sus dueños, y él acariciando los brazos de su amada, suspiró, aquella hamingja lo volvía loco, sonriendo, besó su frente tratando de colocarse de pie sin despertarla.

Había amanecido, y los deberes le llamaban, y cuando salió de la cama, sintió como ella le retenía—¿Realmente me dejarás aquí sola?—, el aludido suspiró, vio como esos ojos dorados le miraban con deseo, y él volvió a la cama, ¿no pasaría nada malo si se demoraba un poco en llegar a la oficina? ¿Verdad? Y de esa manera, él dándole un beso lleno de deseo a su mujer, es que vuelve al calor de esa cama, perdiéndose en el deseo... en el amor que sentía por ella, así fue como hábilmente desprendió el pijama que Suhail llevaba puesto, exponiendo su cuerpo ante él, y él besándola escuchando sus quejidos, es que se quita sus molestas prendas, y junto al piar de las aves, ambos se vuelven uno solo... amándose, queriéndose como hace tiempo no lo habían hecho.

Finalmente, aquella de rubia cabellera se posó sobre el pecho de su amado, estaba ahí, sobre él con una sonrisa clara en su rostro, se encontraba feliz, por fin sentía que Sion estaba con ella y era como si no hubiese nadie más que ellos en el mundo, y suspiró. Pronto deberían volver a la realidad, a las responsabilidades del día a día.

—Realmente debí haber sabido lo que conllevaba la responsabilidad de ser el Jefe antes de aceptar este trabajo...—, respondió Sion con desgano, y mirando a su mujer que lo miraba atenta, acarició cada hebra de cabello que ella tenía en su rostro—Además, siento que esto era lo que esos necios sabios querían esperando que yo fuese su peón...

—Y la sorpresa que se llevaron al ver que eso era realmente una gran equivocación...—, señaló aquella hamingja riéndose al recordar aquel suceso, cuando Sion fue a verlos y volvió con el decreto de que no volverían a influenciar en el cuartel, pero ella sospechaba que esos seres no esos seres corruptos no se quedarían quietos al haber sido expuestos de esa manera.

Tras ese pensamiento, vio como Sion se vestía, cada prenda en su musculoso cuerpo, mordió sus labios viendo como luego de arreglarse la ropa, se amarraba su lacia cabellera en un alta coleta y cuando él se volteó a verla, dio una sonrisa traviesa al ver como Suhail le devoraba con la mirada

—¿Quieres otra ronda?—, ella abrió los ojos al escuchar aquel comentario, sus mejillas se sonrojaron y vio como las sábanas que deberían cubrir su pecho, ya no lo hacían, y tomando aquellas sábanas, se esconde bajo ellas, escuchando una risa de su chico—Tranquila... no es que no quiera... pero debo ir trabajar...

—Pues... podríamos repetirlo en la noche...—, respondió ella, a lo que Sion suspiró con una risa besando la frente de aquella bajo las sábanas, y ella se rió al sentir como él hacía aquello.

—Podría meditarlo, si termino el papeleo... dormiré esta noche en esta cama contigo...—, Suhail que estaba bajo las sábanas se coloca de pie sobre la cama, vio a Sion mirarle con aquella sonrisa que adoraba y se sintió confundida

—¿Qué le hiciste a mi Sion?—, preguntó ella con el ceño fruncido, él volteándose, responde

—Nada... solo que después de hablar con Feng Zhao, decidí no descuidar lo que me hace feliz ni culparme por lo que no puedo controlar... y realmente... no te quiero perder...—, respondió él acercándose a aquella hamingja, besando esos labios que había besado toda la noche anterior, y separándose de ella, añade—Realmente me haces esto difícil... colocándote así frente a mi...—, él exclama como un niño no queriendo dejar su juguete, añade con un suspiro—Tómate la mañana libre... te veo a la hora de almuerzo...