Capítulo 4: "Los mensajes de ultratumba".

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Jean estaba andando por el cuartel general, miraba a su alrededor sin tener nada que hacer realmente, se sentía extrañamente en casa, dada las circunstancias, estaba junto a su hijo, con Erika y a quien ahora era la dueña de su corazón, aquella hermosa Valkyria que miraba las compras de los purrekos.

¿Quieres algo de esto, amor?—, Sigrid sonrió al escuchar aquella voz detrás de ella, volteando donde estaba él, le muestra unos aros, y él sonriendo le entrega unas monedas de oro a Purriry

Un placer hacer negocios con usted...—, y Sigrid frunciendo el ceño frente a esa felina, toma a Jean de la mano, llevándoselo lejos de aquel lugar.

Dime Fenrir, ¿Te acostumbras a este lugar?—, aquel miró a quien le había preguntado aquello, sus ojos cristalinos lo miraban curiosa y él decidiendo ser sincero, le responde

Sí, no extraño para nada el papeleo de la Tierra—, Sigrid sonríe frente a esa pregunta y coloca su cabeza en el hombro de él mientras caminaban a su lugar predilecto—¿y tú?

Tampoco, me gustaba atrapar a criminales, pero me estaba aburriendo de usar amuletos de envejecimiento y tener que hacer identificaciones falsas cada cierto tiempo...—, Jean la miró asombrado, y confundido le preguntó

¿Entonces no te llamas Sigrid?—, la aludida rió algo divertida, y mirando a su novio, añadió

Bobo, siempre me llamé Sigrid, cuando nos conocimos, me hacía llamar Briggitte Fiquet, a ti te dije mi verdadero nombre porque confiaba en ti...—, Jean se sonrojó al escucharle decir eso, y apretando a aquella mujer contra sí, quien sonriendo sonrió por tener a quien quería a su lado

¿Has visto a Erika?—, Sigrid sonrió a quien ella amaba con dulzura y le respondió

Sí, está entrenando en su guardia tal como yo debería hacerlo ahora, pero heme aquí disfrutando la compañía de un gran hombre—, Jean infló su pecho al escuchar aquello, y besó la sien de su amada, y soltándola, añadió

Creo que debo dejarte ir, yo iré a la mía a ver que puedo hacer... No tengo idea de este mundo y que puedo hacer en mi guardia—, Sigrid caminó hacia el árbol del cerezo dandole un beso en los labios a su novio, mientras que Jean se encaminó hacia el cuartel general, vio salir a un cuarteto bastante peculiar, dos de ellos conocía y se despidió de ellos a medida que entraba al cuartel.

Jean suspiró acariciando sus sienes, sintiendo un aroma familiar, ve como Valkyon sale de la forja, y esperándolo añade—¿No deberías estar entrenando con tu guardia?

—Dejé a Sion a cargo del entrenamiento... iré a relevarlo en unos minutos—, Jean asintió frente a eso, frunciendo la boca, y Valkyon divertido, añade—¿Quiere acompañarme?

Jean dio un respingo, y alzando los hombros, sigue el camino del jefe de obsidiana, quien se veía extremadamente alto al lado de él—"¿Cómo hacía Erika...?"—, se estremeció frente a ese pensamiento, se odiaba por ello, y suspirando, añade

¿Cuáles son tus intenciones con mi hija?—, preguntó aquel lobo a aquel ser que expelía un extraño olor, nunca había olido a otro ser con este aroma, a lo largo de su vida eso era extraño, sus padres le comentaron que solo unos pocos seres no podían decifrar el aroma que expelían, y justamente no sabía que pensar de ello

Creo que he sido bastante claro estos meses, yo amo a su hija señor, y espero que usted acepte que yo esté con ella—, exclamó sin siquiera detenerse, Jean suspiró ofuscado por ello, ¿Cómo podía ser tan sincero y comportarse de esa manera y admitiendo su derrota por enésima vez, sigue el camino hacia el lugar de entrenamiento, y asombrándose por como todos aquellos miembros de obsidiana estaban agotados, fue que Valkyon exclamó

Un Pasado Oculto: "Gesta Forjada en Fuego" (Libro 2)  [Eldarya]Donde viven las historias. Descúbrelo ahora