Guardianes del cosmos (MarioxRosalina)

Dos son mejor que uno

El día por fin llegó: la nave estaba lista. Mario había tomado inspiración de un videojuego para el diseño de la nave: las arwings de Star Fox. En lugar de azul era rojo y el plateado seguía allí. Al inicio Rosy no estaba muy segura del diseño, pero ya que Mario fue el de la iniciativa, lo dejó seguir con su diseño.

La nave estaba cargada con diversas armas, segun Mario, 'para ser precavidos'. La cabina principal estaba hecha para que dos personas pudieran estar dentro e incluía un cañón secundario el cual era controlado por alguien distinto al piloto, quien controlaba el resto del armamento.

Mario : Y ¿que te parece si lo probamos?

Rosy : ¡Me encantaría!

Ambos subieron y Mario se sentó al volante. Rosy se colocó en el asiento que iba a la espalda del asiento del piloto. Al sentarse Mario, el panel de control se desplegó frente a él, al igual que el mando de la nave. Para mayor comodidad suya, la nave funcionaba parecido a un kart: habia un pedal para acelerar y uno para frenar, pero en vez de volante tenia una rueda que podia rotar 360 grados y permitia toda clase de movimientos en un espacio tri dimensional.

El resto del panel de control consistía en mapas, radares, control de armas, etc.

Mario : Abrochate el cinturón.

Rosy (algo preocupada) : No creo que deberías ir tan rápido en el primer vuelo.

Mario : Es sólo por seguridad. ¿Haces los honores?

Rosy (tomando un control a la par suya) : Por supuesto.

Rosy presionó un botón en el control remoto y el hangar se abrio. Con una rápida maniobra, Mario logró salir del hangar y se lanzó al espacio. En cuestión de segundos ya estaban aterrizando en la cubierta del observarorio.

Mario (apagando la nave) : ¡Guau! ¿Viste que rápido?

Rosy (sorprendida) : ¡Claro! No pensé que fuera a salir tan bien.

Mario : Pues claro que lo hizo, después de todo la hicimos juntos.

Rosy : Sí, supongo que dos son mejor que uno.

Rosy se quedó pensativa al mencionar estas palabras, ya que aún la asaltaban los temores de que Mario la fuera a dejar al evaluar de manera más consciente lo que pasaría a futuro. Pero ahora debía evitar pensar en ello. Al desabrocharse el cinturón notó como Mario le tendía gentilmente la mano, así que lo dejó ayudarla a levantarse.

Ambos se soltaron la mano antes de salir, pues no querían asustar a los destellos, este cambio lo debían asimilar despacio. Pero, al igual que otras veces, solo salieron y un tropel de destellos (liderados por el destello maestro) volvieron a embestir a Mario.

D. Maestro : ¡Volviste!

Mario (levantandose del suelo) : Pues claro, es aquí donde más a gusto me siento.

Mario se quitó la gorra y se la colocó al joven destello, quien simplemente se fue volando. Al llegar a la parte central, Destrella y Polari los saludaron.

Destrella : Maestro Mario, que bueno tenerlo por aquí.

Polari : Lo mismo digo.

Mario : Sí, creí que sería bueno darme una vuelta por aquí. (Volteando a ver a Rosy) Y ¿ahora qué?

Rosy (tomandolo de la mano) : Oh, ya verás.

El resto de la tarde fue bastante entretenida para ambos. Mario se encargó de enseñarle varios juegos a los destellos, quienes lo escuchaban atentamente cada vez que hablaba. Jugaron a las escondidas, volleyball, baseball, quemados, etc. Mario y Rosy no paraban de reír con las ocurrencias de los destellos. Por ejemplo, en escondidas le tocó a Mario buscar, y a pesar de que buscó por todos lados nunca encontró al destello maestro. Frustrado se rascó la cabeza y finalmente entró en la cuenta de que llevaba la gorra puesta. Rosy, quien ya sabía, simplemente río y Mario no pudo evitar reír también, su risa era muy contagiosa.