Capítulo cinco

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Hannah miró a Dev por encima de la cabeza del niño. Estaba tan cerca que podía ver incluso las manchas doradas de sus pupilas. O tal vez fuera el miedo que veía en ellos lo que hacía que le parecieran diferentes. En su trabajo veía demasiado a menudo la ansiedad paterna y ahora la reconocía en Dev. Y creía que conocía la razón de esa aprensión.

-Vaya - dijo-. Para siempre es mucho tiempo, chico.

Dev le puso una mano en el hombro a su hijo lo acercó.

-Hannah vive en California, hijo- dijo.

Bingo. A Dev le preocupaba que su hijo tuviera esperanzas de que ella se quedara. Ella había jurado ayudar a la gente, no hacerle daño, y eso incluía a los niños. Tenía que dejárselo claro.

-Tu padre tiene razón, Ben. Yo solo he venido ha Texas de visita.

-¿Significa eso que no te puedes venir a vivir aquí?

-No, me quedaré aquí solo un corto tiempo y luego tengo que volver a mi casa.

-Entonces significa que puedes venirte a vivir aquí- dijo con la lógica de un niño de cuatro años.

-No es tan sencillo, hijo.

-¿Por qué?

-Porque las cosas de Hannah están allí y...

-Eso ya lo sé, ¿Y si la ayudamos? Meteremos todas sus cosas en tu camioneta y las traeremos aquí.

-Oh, querido...

Esas palabras le llegaron al corazón a Hannah.

-Debería mostrarle en un mapa lo lejos que estamos de California- dijo Dev-. Pero aun así, no creo que se dé cuenta.

Hannah sonrió.

-Sí, los niños son muy literales.

-Me doy cuenta, papá; quiera que Hannah se quede aquí y deberíamos ayudarla.

Dev lo hizo voverse para que se pudieran mirar cara a cara.

-Hannah es una chica muy ocupada, una doctora importante. Vive en California y su trabajo está allí.

-¿Curando a la gente?

-Eso es- admitió Dev.

-Los niños también enferman aquí.

-Sí, así es- dijo Hannah-. Y van a ver al doctor Holloway. Él ya era mi médico cuando yo era niña.

Dev la miró y luego a su hijo.

-¿Sabes lo duro que trabajo yo para hacer que el rancho funcione? Pues Hannah a trabajado igual de duramente para unirse a una consulta en California.

-Bueno, pues tráete esa consulta aquí.

-Oh, querido, no puedo. ¿podría tu padre llevarse este rancho a alguna otra parte?

-No.

-Pues a mí me pasa lo mismo con mi trabajo. Mis pacientes están muy lejos y, si yo viviera en Texas, no podrían venir a verme para que yo los curara. Tengo que estar allí.

-Pero yo estoy aquí- dijo Ben señalándose a sí mismo con el dedo.

-Sí, tú estás aquí. Y yo me voy a poner muy triste cuando tenga que dejarte.

-No te vayas- dijo Ben como si con eso lo arreglara todo-. Así papá y yo podremos hacerte feliz.

Dev tosió incómodo.

-Sus sueños no están aquí, hijo.

El niño frunció el ceño.

-¿Y cómo es eso, papá? Cuando yo tengo un mal sueño es aquí también.

Un Solo Beso (Completa)Donde viven las historias. Descúbrelo ahora