DongHyuck en serio tenía intenciones de hablar con el canadiense. Podía jurarlo por lo más preciado que tiene, e incluso por su vida. Él realmente quería hablar, porque si no pensaría otras cosas, lo que significa que no confiaba en su novio. Y sí que confiaba en él, pero necesitaba una explicación para estar más tranquilo.
Pero antes de que pudiese emitir palabra alguna, fue acorralado por el mayor contra la puerta, mientras el mismo tomaba sus labios en un dulce, pero pasional beso. Las manos del pelinegro se posaron en su cintura, acercándolo más a sí, y las suyas fueron a parar alrededor del cuello contrario.
Él quería hablar, pero que lo partiera un rayo si no estaba disfrutando eso.
Y aunque lo estuviese disfrutando, hablarían sí o sí. Su pequeño monstruito de celos estaba suplicando por una explicación.
Así que, con toda la dificultad del mundo y toda (pero toda) su fuerza de voluntad, dejó los suaves labios del mayor, quién ante esto, le dejó ser mientras dejaba pequeños picos en sus labios y todo su rostro.
DongHyuck sonrió satisfecho. —Makku... — casi ronroneó. A él en serio, en serio le gustaban los mimos. Y más si venían de su extranjero favorito.
Mark le devolvió la sonrisa ante el apodo con el que había sido llamado. Eso significaba que su plan había funcionado, y DongHyuck ya no estaba enojado con él. —¿Sí, mi amor? — preguntó con voz melosa, sin dejar su tarea de mimar al moreno.
DongHyuck se separó completamente de él con una sonrisa, dejándole confundido. —¿No crees que aún tenemos que hablar sobre algo? — dijo inocentemente encaminándose hacia la cama, y sentándose en la misma.
Mark bufó, obedeciendo de todas maneras y sentándose al lado del menor. —¿No puede ser después? — reclamó con voz lastimera y, para darle un toque, un puchero.
El moreno rió, moviéndose y sentándose en el regazo del mayor, quien pasó sus manos por su fina cintura. —Nop. Ahora. — demandó escondiendo su cabeza en el cuello contrario.
El canadiense suspiró, afianzando su agarre en DongHyuck. —Está bien. ¿Qué quieres saber?
El moreno salió de su escondite, parpadeando adorablemente mientras pensaba en lo que iba a decir. —¿Por qué estaban tan... juntos? — dijo finalmente. —Hasta donde yo sé, ustedes no se llevan bien.
Mark lo miró. —Es una larga historia.
DongHyuck sonrió. —Tenemos todo el tiempo del mundo, Makku.
—Pero yo quería...
El menor lo interrumpió, acomodándose sobre su regazo. —Si te apresuras, después podremos hacer todo lo que tú quieras.
Mark tragó duro. DongHyuck sí que sabía cómo convencerlo.
Entonces le contó todo, desde las miradas que la chica le dedicaba cuando estaban juntos, hasta lo que le había confesado ese día (y el porqué estaban tan juntos).
DongHyuck escuchaba atentamente, su expresión cambiando paulatinamente, para finalmente lucir muy sorprendido. —¡¿Tiffany está enamorada de TaeYeon?! — chilló.
—Shh. — siseó. —Recuerda que ellas están en la otra habitación, y no necesitamos que TaeYeon se dé cuenta.
El menor asintió, cubriendo su boca. —Está bien. — susurró lo más bajo que pudo. Mark rió, la actitud de Hyuck le parecía demasiado tierna. —¿Yo también puedo ayudar? — preguntó con voz infantil, mirándolo con emoción.
Mark asintió, acercándose para dejar un casto beso en los belfos contrarios. —Pero tienes que ser discreto.
DongHyuck golpeó su pecho, fingiendo estar ofendido. —¿Qué dices? Discreción es mi segundo nombre. — reclamó.
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fanmeeting || markhyuck
FanfictionTaeyeon nunca imaginó que asistir a ese fansign cambiaría su vida. Ella simplemente era feliz con ver a sus ídolos, pero, ¿ser la amiga de su bias? Sólo en sueños. O donde Taeyeon y Donghyuck se vuelven amigos después de conocerse, y Mark es demasia...