O24.

136 18 0
                                    

Tiempo después

Lo siento, Tiff. Surgió algo y no podré ir. — dijo la rubia con fingido pesar (aunque Tiffany no lo notó). La sonrisa que adornaba el rostro de Young desapareció. —En serio lo lamento. Prometo que lo compensaré cuando pueda.

Tiffany suspiró, intentando con todas sus fuerzas no sentirse afectada por eso. —No te preocupes, Yeon. Sé que tu agenda es apretada ahora... — tragó saliva, jugando con uno de los mechones de su cabello. A pesar de que su voz había salido algo ahogada, al menos no había titubeado.

Escuchó un suspiro del otro lado de la línea. —Voy a compensarlo. Esto definitivamente no estaba en mis planes.

La otra intentó sonreír, sabiendo muy bien qué TaeYeon no la vería. —No te preocupes, ¿bien? — repitió, su voz sonando algo forzada. —Otro día será. Te quiero. — dijo rápidamente antes de colgar, dejando a la mayor con la palabra en la boca.

Otro suspiró abandonó sus labios, lanzando el aparato con todas sus fuerzas, teniendo la suerte de que este cayera sobre el suave edredón sobre la cama. Cubrió sus ojos con uno de sus brazos, repitiéndose mentalmente una y otra vez que estaba bien, que son cosas que pasaban y que TaeYeon era más reconocida ahora, por lo que obviamente estaría más ocupada.

Lo repetía una y otra vez, cada vez que ocurría eso. Pero, ¿por qué su mente no parecía querer creerlo? Su plan se había arruinado completamente.

Se estarán preguntando qué sucedió.

Bueno, las dos chicas hicieron las pases, sí. Y aunque las primeras semanas la presencia de NaYeon era frecuente en el departamento solamente para molestar a TaeYeon, eso no las impidió a avanzar. Empezaron a salir, a citas y todo eso (con el debido cuidado de no ser descubiertas por alguno de los seguidores de TaeYeon), y el enamoramiento que creía perdido por la mayor estaba presente, más fuerte que antes.

Todo iba de maravilla. Así era, hasta que TaeYeon hizo no sé qué cosa con no sé quién y su nombre ahora era reconocido por cualquiera.

Eso era bueno, por supuesto, estaba feliz por TaeYeon, pero también tenía sus desventajas.

Debían ser más precavidas. Ya que podían ser descubiertas, la mayor debía llevar un sinnúmero de prendas que le ayudaran a pasar desapercibida, no podían mostrar ninguna muestra afectiva por mínima que fuera y debían mantener una distancia prudencial, para (según el mánager) "no levantar sospechas".

Eso lo entendía, lo entendía perfectamente. Y no le molestaba. Sabía que no debía arruinar la imagen de su casi-novia sólo porque quería salir a algún lugar. Claro que no. No podía ser de esa manera, debía pensar en TaeYeon. Ella finalmente estaba cumpliendo su sueño, y eso es lo que importaba.

Por otro lado, los chicos, suponía ella, debían estar bastante ocupados, por lo que tampoco debía molestar. Aunque no perdía nada con intentar. No quería quedarse en el departamento a morir de aburrimiento.

Entonces, con ese pensamiento en su mente, se levantó y se dirigió a la cama; volvió a tomar el teléfono, abriendo la aplicación de la agenda y sonriendo cuando encontró el contacto que quería. Presionó y marcó rápidamente, poniendo el aparato sobre su oreja.

Tres pitidos se escucharon antes de que la melodioso voz pudiera ser escuchada del otro lado.

—¿Qué sucede, Tiff?

fanmeeting || markhyuckDonde viven las historias. Descúbrelo ahora