오메가! [¡Omega!] ➣ LixBin/ChangLix

>> 21 <<

ChangBin se removió un poco apegandoce más al cuerpo que le abrazaba posesivamente mientras dormia.

Se dió la vuelta aun adormilado y logró mirar el rostro tranquilo de Félix, quien descansaba como si nada y por lo que veia, no tenia intenciones de soltarlo.

Se acurrucó más en su pecho, ignalando sus aromas mezclados, Chocolate amargo y cerezas con caramelo y menta, una extraña combinación, pero con un olor delisioso.

El Alfa se removió y abrió sus ojos adormilado mirando el pequeño cuerpo entre sus brazos, quien dibujaba circulos en su pecho como la cosa más entretenida de ese mundo.

—Buenos Días —su voz sonó mas roca y profunda de lo normal, sorprendiendoce a si mismo.

—Buenos Días —sonrió el mayor y besó suavemente los labios del extrajero quien sonrió y abrazó más al Omega.

—mi marca se ve hermosa en su cuello —mencionó haciendo que el peli negro toqueteara la unión entre su clavicula y su cuello, sintiendo la mordida del Alfa reclamandolo como suyo.

—Mi padre te vá a matar —rió el mayor sin intenciones de querer soltar al menor.

—no lo creo, es una marca superficial, se borrará en dos semanas aproximadamente, no quize marcarlo cuando no estaba en sus sentidos completamente —le explicó al más bajo quien sonrió enternecido.

—eres muy tierno ¿sabias? —le dijo escondiendo su cabeza en el cuello el de cabello cobre.

—me lo dices seguido —rió el australiano y se sentó de apoco en la cama estirandoce— le haré algo de comer, debe estar hambriendo —sonrió cuando el Omega asintió aun sin levantarse de la cama.

El Alfa se levantó y caminó hasta encerrarse en el baño para asearse mientras el Omega bostezaba y se sentaba en la cama haciendo una pequeña mueca de dolor.

Minutos después, al menor salió con una toalla en su cintura mientras que con otra secaba su cabello.

—me dejaste adolorido Alfa tonto —puchereó el peli negro mientras veia como Félix se colocaba su camisa del día anterior y buscaba sus pantalones.

—pero bien que pedia más —le guiñó el ojo al mas bajo quien le lanzó una almohada al rotro todo sonrojado.

—idiota —murmuró levantandoce— no solo dejaste una marca en mi cuello, tambien dejaste marcas en todo mi cuerpo —se quejó al ver las marcas y mordidas rojisas por todo su pecho y abdomen.

—así sabran que me perteneces y ningún otro Alfa se te acerca con otras intenciones —respondió el menor saliendo de la habitación.

El mayor rodó los ojos y caminó hasta el baño para searse.

sintió sus musculos relajarse cuando el agua empezó a caer sobre él, lavó su cabello y se aseguró de asearse completamente bien.

Veinte minutos después salió del baño y fue a su habitación a vestirse, buscó en el armario un pantalon holgado negro y un sueter que Félix habia dejado en su casa en una de sus visitas.