El club de fans

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Reino Ymir, cerca de la frontera con Xian

Un mes desde que había recuperado la conciencia, un mes entero, pero por fin podía moverse sin ayuda de nadie. Levi por fin andaba, después de un sin número de pruebas en base a fallo/corrección.

Al por fin, abandonar la habitación que habian acondicionado los Springer/Blouse en su casa para él, pudo notar lo hermoso del paisaje afuera, aparentemente vivían en las lindes de un pequeño arroyo, cercano a un bosque muy frondoso lejos del pueblo más cercano. La casa que había habitado era humilde, pero lo suficientemente grande para el matrimonio y sus "primos". Levi sabía que mentían en su relación pues las miradas que compartían el par de mocosos no eran para nada de familia. A él le daba igual, estaba agradecido con ellos por haberse tomado tantas molestias con él. Incluso con el pesado de Jean, que era un verdadero dolor en las pelotas.

Respirar el olor del bosque, escuchar el sonido del agua del arroyo y sentir el sol en su cara era sensaciones tan placenteras que ni siquiera se percató que dos de sus salvadores lo observaban más que complacidos. El muerto viviente por fin había vuelto a la vida.

-Oye cara de limón veo que por fin abandonaste tu lugar de honor en la casa. - Jean increpaba a Levi, por alguna extraña e incomprensible razón para los demás, los dos hombres se llevaban como perros y gatos, aunque aparentemente esa era su forma de demostrar aprecio. - Cara de caballo fueron tus dulces relinchos los que me ayudaron a caminar. Ahora que puedo andar buscare heno fresquito para ti. - Levi contrataco al castaño que solo apretó la mandíbula y con una sonora maldición se perdió dentro de la casa.

Sasha había visto la discusión más divertida que preocupada, no entendía la dinámica de esos dos, pero aparentemente en un mes se habian vuelto una especie de amigos de una forma muy retorcida. - ¿Deseas algo de comer Levi? - Sasha miraba al pelinegro con mucho orgullo, sus esfuerzos se veían recompensados al ver a ese hombre de pie, casi sanado por completo. Al mirarlo bien una punzada de culpa le pico el corazón a la castaña, el no haber podido salvar su ojo izquierdo. Suspirando trato de recomponerse, eso y la aparente falta de memoria del hombre le hacían devanarse los sesos todas las noches antes de dormir.

Levi había escuchado a Sasha, pero tan ensimismado estaba en el paisaje que no respondió de inmediato. - No tengo hambre Blouse, pero quisiera té, si hubiese negro te lo agradecería inmensamente. - El ojiazul miro a la castaña que parecia algo contrariada por su petición. - No tenemos té negro Levi, pero Connie y Marco no deben tardar en regresar del pueblo con un poco de suerte quizás hayan comprado algo. -

Como si la petición de Levi hubiera invocado a los dos miembros faltantes del hogar, pronto se escucho las ruedas de una carreta acercándose. Connie saludaba con una enorme sonrisa en el rostro a su esposa. Gesto que Levi considero algo exagerado, pues no se veían desde esa misma mañana, pero esos dos estaban enamorados así que supuso que era normal ser de esa manera cuando uno ama.

-"¿Eres feliz Levi?"- Una dulce voz femenina interrumpió el tren de pensamiento del pelinegro. - ¿Dijiste algo Sasha? - Al voltear a buscar a la castaña Levi se sorprendió al ver que corría para abrazar a su esposo, muy lejos de donde él estaba. - ¿Pero que demonios acaba de pasar? - Levi se tocó la sien haciendo pequeños círculos con el pulgar. - ¿Ya hablas solo cara de limón? Bueno aparentemente regresar de entre los muertos te deja algo tocado. - Jean miraba extrañado a Levi que no tuvo tiempo de mandarlo al diablo, pues los ojos del castaño notaron a un pecoso que venía en su dirección haciendo que todo lo demás careciera de sentido o importancia.

Poco después Jean, Marco, Connie y Sasha se reunían con Levi, elogiando una y otra vez su recuperación. Después de festejar la milagrosa y casi improbable escapada de la muerte del desmemoriado Levi, Connie no pudo ocultar la emoción por una noticia que recién acaba de escuchar en el pueblo, que seguramente haría que su esposa y su primo Marco saltaran de la emoción, pues se había reservado la información para compartirla con los dos al mismo tiempo.

Los tres habian formado lo que era una especie de club de fans. Todo inicio desde que la reina del hielo ganó popularidad en el continente, de alguna manera Mikasa Ackerman se había vuelto una especie de celebridad al ser la primera soberana del imbatible reino Maria, única reina en todo el continente, comandante del ejército invencible. Además de ser una belleza capaz de opacar a su difunto esposo en el campo de batalla tanto que era conocida como el diablo Ackerman.

-Marco, Sasha no se van a creer lo que me enteré. - Connie agitaba los brazos debido a la emoción mientras que los aludidos le habian puesto por completo su atención, ignorando la nueva discusión de Levi con Jean. Incluso ellos se quedaron callados, expectantes a lo que diría el esposo de Sasha. - Son buenas noticias y malas noticias. Ustedes eligen cuales quieren primero. - Sasha y Marco se miraron por unos breves segundos antes de hablar al unísono. - Las buenas. - Connie aparentemente se tranquilizó antes de gritar la gran novedad. - ¡La reina del hielo vendrá a Ymir! - Connie saltó de la emoción y pronto se le unieron Marco y Sasha.

- ¿Lo juras amor? - Connie miraba a su esposa y solo movió la cabeza afirmativamente. De nueva cuenta los tres chicos empezaron a saltar en círculos mientras que Jean y Levi los miraban confusos. - ¡Que emocionante! - Marco aplaudía como un niño hasta que interrogó a Connie por el motivo de la visita de la reina de Maria a Ymir. -Bueno, esas son las malas noticias... recuerdan que se rumoraba que el banco continental la obligaría a casarse de nueva cuenta. Pues es verdad, si no lo hace perderá su corona...- Marco y Sasha no podían creer lo malvado que podía ser el organismo más poderoso de todo el continente. - ... la reina del hielo visitara la capital de Ymir para solicitar permiso para casarse, pues aparentemente ya ha elegido a su prometido de todos los hombres que la pretendían, aunque nadie sabe a ciencia cierta quien es el elegido. - Todos los presentes se sintieron mal por la reina obligada a casarse sin amor. Pero el más afectado por la noticia fue Levi que, aunque no demostraba nada en su rostro, por dentro una marejada de emociones que no alcanzaba a entender hacía que todo su cuerpo se sintiera mal.

Connie sin notar lo que sus noticias causaban en el muerto viviente continúo con las nuevas. - Lo que escuche es que el segundo príncipe de Ymir, Mike Zacharius, bendecido por la providencia...- Los nativos de Ymir llevaron su mano a su boca para besarla y luego colocarla en su frente como señal de respeto al segundo en línea de sucesión al trono de Ymir, dejando a Levi sumamente extrañado con la acción. Luego de esto Connie continúo con su relato - ... esta también en busca de la mano de la reina, así que se suma a la lista, que incluye al sultán de Paradise Zeke III, el conde de Mitras Auruo Brossard, el señor feudal de Trost Erd Gin, y esos solo son los más importantes, pues se dice que cada noble de Rose soltero, se presentó en Maria para presentar sus intenciones de cortejar a la reina y pues alguno logro su cometido...-

Sasha y Marco suspiraban tristes, pues de verdad sentían cariño por la reina del hielo. -Amor, Marco no pongan esas caras, si es horrible, pero véanlo así, iremos a la capital para conocerla y ... quizás, la reina del hielo encontró alguien que descongelo su corazón y se casa por amor. ¿No creen? Además, ¿No tienen curiosidad de saber quién gano el favor del diablo Ackerman? - Los chicos se miraron y sopesaron la idea, tal vez la soberana de Maria si se casaba por amor y la oportunidad de conocerla y al afortunado que la había enamorado era muy tentadoras, ya que jamás habian visto al fallecido rey de Maria, lo que les causaba mucha curiosidad pues ahora podrían saber el tipo de hombre que elegiría la reina.

Mientras tanto Levi que había escuchado atentamente a Connie sintió un dolor agudo recorrer su pecho, un dolor que no era físico. La reina del hielo se casaría y a él le dolía sin saber por qué.

Había una vez una reinaDonde viven las historias. Descúbrelo ahora