6. La Marca

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Jimin veía dormir a Jungkook, y pensaba tranquilamente, nunca había conocido a un Alfa tan valiente y tonto ala vez.

Tenía ganas de gritarle a la cara que era un Omega y que lo podría reclamar como su pareja. Pero acaso ¿serviría de algo?

Jungkook se había comprometido por salvar su pueblo, esa era su prioridad, además estaba completamente seguro que le era indiferente, se subió a la cama y se acercó a sus labios, los rozo con lo suyos ligeramente ansio besarlo, pero ni a eso tenía permiso.

- No quiero que me vuelvas a tocar - le había dicho.

No quería que lo tocará pero si quería que le salvará la vida. Jimin lo miro con fastidio, se acostó viendo el techo jalo su manta y se tapó con el.

Solo lo soportaba por que estaba muy guapo y a su lobo le encantaba.

- Celos - se autoexamino, sonrió ese alfa defectuoso jamás encontraría pareja con esa nariz defectuosa. Así que no, y no era su problema con quien se casaba. Su lobo no estaba feliz. Odiaba la idea de alejarse del alfa. Quería que el alfa lo marcase, pero el alfa no lo reconocía.

Eso le dolía, no sabia con exactitud si a él o a su lobo. No le importaba si el alfa se casaba, lo que en verdad no podía superar es que el alfa no lo reconociese.

¿Habrá nacido defectuoso?

Su lobo se encontraba ansioso, se sentía tan bien asu lado, se sentía como si fuera su pareja destinada, Jimin no era demasiado fijado en esas cosas, y no quería hacerse una idea errónea. Pero se sentía tan bien a su lado. Pero ahora no tenía sentido pensar en ello, tenía que partir, no tenía idea de dónde estaba su familia, los buscaría, no quería tampoco pensar en lo peligroso que sería.

Si tan solo estuviera marcado. No podía confiarse a ningún alfa, y menos a algún desconocido.

Jimin pensaba en Jungkook, él también había sido desconocido, y aún así fue detrás de el, pero fue tan fácil confiar en el. Jungkook se pudo haber aprovechado de el, aúnque creyera que fuera un Beta, el alfa le había dicho que parecía omega, y con ese pretexto pudo haber doblegado a Jimin pero no fue así, al contrario el alfa lo rechazaba. Jimin sonreía ante la ironía.

Dudaba que encontrara a alguien como Jungkook en su travesía, él era alguien tan amable y especial. La manera en la que miraba cuando se encontraba preocupado, y como le sonreían los ojos antes de que sus labios de curvaran, el sonido de su voz era electrizante.

Aunque Jungkook se haya enojado por tener sexo con el, a Jimin se le habia echo un detalle tan lindo que el aceptara hacerlo apesar de estar medio dormido. La manera en la que tomo sus manos con firmeza por encima de su cabeza lo hizo enloquecer, sentir sus labios en su espalda. Sentir su dureza abrirse paso dentro de el. Todo eso lo había derretido. Nunca había experimentado esas sensación de perdición ante un alfa. Había sido a otro nivel.

Estaba muy seguro que esa misma experiencia sucedería una y otra vez si el alfa lo reclamara. ¿Que se sentíria?

Ese pensamientos volcó su ser Es que deseaba tanto que él lo marcará y le pidiera que se quedase. Pero no como su sirviente, si no como su pareja. Jimin sería tan feliz.

Suspiro para aligerar un poco la emoción que sentía. La dejo fluir y sintio como su cuerpo se estremecía.

Ser pareja de Jungkook era todo lo que nunca había deseado pero ahora era la fantasía más hermosa jamás pensada. Jungkook era perfecto para él y para su lobo. Se acercó y lo olió en su hombro. Un escalofrío lo recorrió cuando el olor de él le llenó la fosa nasales. Chocolate derretido sobre fresas. Saco la lengua y la deslizó sobre el. Saboreó su piel.

¡Soy un Omega!Donde viven las historias. Descúbrelo ahora