Introducción

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Narra Amaia

Me desperté como cada lunes y vi un mensaje de él. Alex era mi novio desde que éramos unos adolescentes. Empezamos a salir cuando apenas teníamos dieciocho años y ahora con veintiocho años seguíamos juntos. La verdad que yo estaba esperando de que un día de estos me pidiera matrimonio. Llevábamos mucho tiempo juntos y era el siguiente paso que debíamos dar en nuestra relación. Aunque muchas parejas empiezan viviendo juntos a mí no me gusta demasiado la idea. Puede que suene un poco antiguo, pero debido a mis creencias no lo veía lo más adecuado. No es que fuera una retrógrada que hasta el matrimonio no iba a tener nada de relaciones sexuales ni mucho menos, pero lo hice con él por primera vez porque sabía que era el definitivo.
Además si a eso le sumábamos lo especial que era Alex. Tenía unos grandes ojos verdes y un pelo negro ceniza que hacía que destacara todavía más su mirada.
No sé porque, pero me cautivó desde que lo conocí y lo sigue haciendo día a día aunque últimamente creo que está un poco raro. Está algo distante conmigo y creo que es porque planea como pedirme que me case con él. Yo lo deseo con ansias y mi madre que es casi como mi mejor amiga también. Mis padres están divorciados y sé por experiencia propia que no me gustaría que ningún niño pasara por eso nunca. Yo era muy pequeña cuando ocurrió y creo que de alguna manera todo esto me marcó, aunque siempre tenía a mi hermana mayor Ángela que me protegía y no dejaba que nadie me hiciera daño.
Ella siempre ha sido muy protectora conmigo, pero ahora tiene una niña de cuatro años que le ocupa todo el tiempo. Es súper adorable y la verdad es que tiene ganado mi corazón también.
Bueno el mío y el de todas las personas de mi alrededor, ya que hace muy buenas migas con Alex y con mi mejor amigo que siempre ha sido para mí como un hermano. Creo que en cierto sentido mi madre también lo trata como un hijo suyo. Nos conocemos desde que tengo uso de razón. Alfred siempre ha sido un gran apoyo para mí en todos los momentos que lo he necesitado. Muchas amigas mías han estado perdidamente enamoradas de él, pero yo nunca he llegado a entender porque todas las chicas se enamoraban de esa manera. Él era muy consciente del efecto que causaba en las chicas y se aprovechaba de sobremanera. Siempre traía una amiga nueva a todos los eventos, pero nunca le he visto traer a nadie presentándola como su novia. Alfred es un don juan desde pequeño, pero yo como he estado tanto tiempo y lo conozco desde hace tanto no me atrae como al parecer a todas las chicas de nuestra edad.
Aun así para mí no hay mejor persona para tener en mi vida que él, siempre estaba cuando lo necesitaba y era quien me animaba y apoyaba en todas las crisis que tenía con Alex o en todos los problemas que me pasaba.
Incluso recuerdo que hasta estuvo conmigo la primera vez que me bajó el periodo. Recuerdo la vergüenza que pasé ya que él pareció darse cuenta antes que yo misma. Además no le hablé en más de una semana por si decidía no hablarme nunca más. Estos momentos nunca se me olvidarán ya que a pesar de ser niños de doce años él nunca me dejó de lado. Hoy en día nos reímos de cómo éramos, pero supongo que son cosas normales de la edad.
Hoy en día éramos dos adultos con trabajos estables y una vida de adulto. Bueno lo de la vida de adulto hablo por mí, ya que soy psicóloga y trabajo en un hospital. No es que él no se tome enserio su trabajo, ya que es la única cosa de su vida que se toma enserio, es un arquitecto y trabaja en una de las empresas más importantes, pero a veces pienso que no quiere crecer. Es como si le diera miedo crecer, se pasa los días de chica en chica y nunca le he oído decirme que alguien le gusta. Yo sé que no todas las personas están preparadas para el amor ni quieren recibirlo, pero al menos él podría poner algo de su parte y dejar de verlas como simples objetos. He tenido varias peleas con Alfred sobre eso, pero al final no sé siempre dice o hace algo que me saca una sonrisa y me desenfado al segundo. No sé cómo lo hace, pero es una persona que siempre me saca una sonrisa.
Me levanto de la cama y miro el mensaje de Alex que dice
Alex: amaia ¿esta noche después del trabajo puedes quedar? Me gustaría hablar contigo sobre una cosa
Amaia: emm claro que sí. ¿ nos vemos en la pizzería de siempre?
Alex: claro, a las nueve nos vemos
Sabía que Alex no era la persona más cariñosa del mundo, pero él me demostraba que me quería a su manera. La verdad es que en mi cabeza me imaginaba que me pediría casarme con él y de hecho era lo que más me apetecía del mundo. Desde pequeña solía fantasear con un futuro juntos. Además nuestras familias se llevaban muy bien ya que los domingos solíamos ir a misa todos juntos. Teníamos un pensamiento muy parecido en ese sentido y cuando les dije a mis padres que estaba saliendo con él no les pudo parecer mejor idea que esa.
Entre esos pensamientos fui preparándome para el trabajo. Hoy iba a ser un buen día, hoy podría cambiar mi vida para siempre. Posiblemente cuando sea mayor siempre me acordaré.
Como cada mañana paseé por las fantásticas calles de Sevilla, pero no podía evitar tener una gran sonrisa de oreja a oreja.
Cuando llegué al trabajo allí estaba también mi compañera de trabajo, Miriam. La había conocido hace cuatro año, cuando empezamos a trabajar y la verdad es que me ha estado ayudando mucho. Somos muy diferentes en cuánto a personalidades, pero desde luego que siempre puedo contar con ella.
El día de trabajo no se hizo tan lento como yo creía en un principio. Yo creía que iba a estar todo el día pensando en salir con Alex por si me hacía la tan esperada proposición, pero no fue así. Cuando estoy con los pacientes me hace no pensar en nada y centrarme en cómo poder ayudarles en sus problemas. Esta era una de las razones por las que había escogido esta profesión, desde pequeña siempre me ha gustado ayudar a las personas de mi alrededor y se me había dado muy bien y ahora que lo hago como trabajo no hace más que ser más entretenido de lo que jamás lo hubiera imaginado. Además el hecho de ayudar a las personas en sus problemas más íntimos hacía que me replanteara muchas cuestiones en mí día a día sobre la suerte que tenía de vivir como vivo y de tener mucho apoyo a mi alrededor cuando vivo algún problema.
También es verdad que los psicólogos son los que menos nos dejamos ayudar según muchos estudios, aunque yo no estoy del todo de acuerdo. Según Alfred soy la persona más cabezota del mundo aunque teniendo en cuenta que él me gana por goleada no creo que sea muy justo decirlo por su parte.

Aquí tenéis la introducción de la nueva historia y espero que os guste ♥️♥️ esta es una novela nueva y está hecha con todo el cariño ♥️♥️













Solo por esta noche (Terminada y Editando )Donde viven las historias. Descúbrelo ahora