capitulo 24

733 50 22
                                    

Me gustó mucho el gesto que tuvo Alfred abrazándome. Era justo lo que necesitaba en estos momentos, pero cuando me tranquilicé un poco me fijé en que Alfred tan solo llevaba unos pantalones. Me intenté relajar un poco y le miré y él hizo lo mismo. Nos acercamos y nos quedamos un buen rato así comiéndonos con los ojos, pero sin ser capaces de hacer nada. Ambos sabíamos que las cosas entre nosotros seguían un poco tensas y tendríamos que hablar sobre todo, aunque ahora mismo lo importante era ir a esa ecografía.

Alfred: Bueno  voy a cambiarme.
Amaia: Claro, yo mientras te espero aquí, pero date prisa que tenemos cita dentro de poco.

Me puse a tocarme la barriga mientras le esperaba, esto últimamente conseguía relajarme mucho y me alegraba que pudiera sentirlo tanto. Incluso había llegado a sentir los movimientos del bebé. La verdad es que siento que es una niña, pero no quiero pensarlo mucho ya que sea lo que sea va a ser querido o querida. A mis 24 semanas tenía una barriga que sentía que cada día iba a más y eso por no hablar de mis ganas de tener relaciones. Supongo que sería por el embarazo o por la sensación de soledad. Todo este aumento de hormonas me hacía estar así. Yo nunca he sido de darle tanta importancia a eso, pero ahora no podía parar de pensar en eso. No sé si debería preguntarle eso a la doctora, pero la verdad es que el hecho de hacerlo con Alfred delante no me apetecía mucho. No quería que pensara que estaba desesperada y que podría hacer conmigo lo que quisiera.
Me acordé que Luis me había llamado así que le puse un mensaje para que no se preocupara mucho.

Amaia: Luis, hablamos luego que ahora voy a una eco.

Justo en ese momento me respondió y me dijo.
Luis: ¿Tienes plan para esta noche? Tengo ganas de verte.
Amaia: No sé, ya te aviso y si no quedamos mañana que podré sí o sí.
Luis: Okey nos vemos guapa.

Justo en ese momento apareció Alfred por detrás. No tenía la cara que hace nada. Conociéndole había leído la conversación. Me daba mucho coraje el hecho de que no me dejara intimidad y más todavía que se creyera con derecho para opinar de mi vida y por la cara que llevaba podía decir con seguridad de que se iba a enfadar seguro. Esperé a que dijera algo sobre eso, pero en su lugar lo único que dijo fue.

Alfred: Bueno vámonos a la eco que tengo ganas de saber lo que es.
Amaia: Poco importa lo que sea. Mientras esté sano.
Alfred: A mí me haría mucha ilusión un niño y ponerle Alfred como mi padre y yo.
Amaia: Pues a mí me da igual, pero me gustaría una niña. Y en lo del nombre no me gusta que lleve el mismo nombre que los padres.
Alfred: Pero, ¿eso por qué?
Amaia: No sé nunca me ha gustado, pero antes de opinar tanto eso vamos y a ver si a partir de ahora te implicas más y no tengo que sacarte de las orejas…
Alfred: No me hagas hablar… que seguro que el nombre de nuestro hijo lo elige el chaval ese. No me cae bien.
Amaia: Joder si no lo conoces. Y como se supone que quieres que me lo tome si antes estaba con una tía en la cama. Me dirás que tienes tus necesidades y mira lo entiendo pero yo también tengo las mías.
Alfred: Ah, que entonces te has acostado con él…
Amaia: No lo he hecho, pero si lo hubiera hecho ¿Qué más daría Alfred? Igual que tú te acuestas con otras.
Alfred: Pero tú cuando lo haces con alguien no es porque sí… o al menos eso pienso y bueno a no ser que estés borracha.

La verdad que no tenía ganas de seguir hablando del tema y aunque algo si que sintiera por él no me veía con las ganas  ni la actitud para decirlo. Todo era confuso y lo único que quería ahora era ver al pequeño o a la pequeña.
Alfred y yo no dijimos ninguna palabra más durante el camino y la verdad es que últimamente no hacíamos nada más que discutir. Eso me apenaba mucho y si a eso le sumamos las hormonas revolucionadas no pude evitar ponerme a llorar. Intenté ponerme el pelo en la cara para que no se me notara, pero creo que él me conocía demasiado bien como para pasarlo por alto, pero justo cuando paramos noté como posaba su mano en mi muslo y me miraba fijamente con esos grandes ojos negros que eran capaces de traspasarme con solo una mirada.
Nada más hacer eso me recorrió por todo el cuerpo una descarga eléctrica hacía mi zona más íntima. Odiaba que él con solo posar su mano en mi provocara eso, pero es que de hecho últimamente no podía evitarlo y si a eso le sumamos el hecho de que Alfred estaba muy bueno eso no hacía más que aumentar. Aunque supongo que para un chico como él acostarse con una embarazada de casi seis meses no es algo que le apeteciera mucho. ¿Pero qué digo? Si yo ni siquiera tengo intenciones de hacerlo con él.  A veces no me entiendo ni yo. Justo en ese momento me fijé en que Alfred me estaba hablando. Estaba tan ensimismada en mis propios pensamientos que no me había dado cuenta de nada lo de mi alrededor.

Alfred: Amaia, venga dime que te pasa. Llevo un rato intentando hablarte, pero no me responde.
Amaia: No es nada, son tonterías de embarazada dije mientras tocaba mi barriga y notaba como me daba una pequeña patada. Desde luego que este bebé sabe cuándo moverse.

Alfred posó sus manos en mis mejillas y me alzó la cara para que lo mirara y no me refugiara en otro sitio. Yo nunca he sido capaz de mentir mirando a los ojos y creo que nunca lo haré. Y mucho menos a alguien que me conoce tanto como lo hace él.

Alfred: Amaia, hazme cualquier cosa menos eso. De verdad que no puedo verte llorar.
Amaia: Son las hormonas no me hagas caso- Aparté un poco la vista, pero el me acarició la mejilla y me hizo mirarle cara a cara.
Alfred: Sabes que no puedes mentirme con una cosa así.
Amaia: Alfred no quiero perderte de verdad. Desde que pasó lo del embarazo no hacemos más que discutir…
Alfred: Bueno hemos hecho otras cosas que no son discutir y la verdad es que no han estado nada mal… -dijo mientras se mordía el labio. Recordé que hacía un momento había estado con otra y se me quitaron todas las ganas que tenía de hacerlo con él. Así que le di un abrazo y le dije.
Amaia: Bueno vamos a la eco que si no no llegamos nunca.

Llegamos  la sala de espera y una vez allí tardó poco tiempo hasta que nos llamaron. Yo la verdad es que estaba muy nerviosa. Tanto que aunque nos llamaron tuve que ir a hacer pis. Con eso del embarazo casi no me podía aguantar y una de las cosas que me pasaba con los nervios era esto.
Entramos y la verdad es que sentí bastante miedo y a la vez curiosidad. Por fin estaba en una ecografía con Alfred desde que tuve la amenaza de aborto. Él había estado allí, pero parecía que se había asustado o yo que se para desentenderse de esa manera.
A veces no le entiendo con él es como si fuera una de cal y otra de arena. Nunca sé cuál va a ser su siguiente movimiento y si de verdad se toma enserio esto ya que es algo importante. Se trata de nuestro hijo y no es algo que pase todos los días.
Intenté centrarme en la situación actual e hice lo que la doctora me dijo. Me subí la camiseta y ella puso el monitor sobre mi barriga.

¿Qué creeis que será un niño o una niña ?¿sigo? Espero que os esté gustando la novela tanto como a mi hacerla ♥️
Pd: he subido el capítulo 20 editado de amor pactado por si alguien quiere leerlo ♥️♥️

Solo por esta noche (Terminada y Editando )Donde viven las historias. Descúbrelo ahora