capitulo 14

641 52 10
                                    

Había pasado más de una semana desde el día que había visto a Alfred  por última vez. Mi vida había cambiado mucho desde ese día. La verdad es que he perdido parte de mi sonrisa. Hablé con mi madre y lo arreglamos, pero aun así notaba que algo no terminaba de ir bien entre nosotras. Además llevaba un par de día que me sentía muy cansada. Supongo que el hecho de haber perdido a mi mejor amigo. Yo sabía que tendría que hablar con él sobre ello, pero ahora no estaba preparada.
Me levanté cómo cada día, pero me sentía un poco mareada y me había levantado con una sensación extraña en el cuerpo. Esperaba que no estuviera incubando nada.
Me puse lo primero que vi  y pata mi mala suerte vi a Alfred. Él ya no me hablaba, pero siempre se quedaba mirándome como si quisiera decirme algo, aunque creo que sabía que no le iba a escuchar. Estaba cansada de sus tonterías y necesitaba un tiempo para mí. Cuando llegué al trabajo empecé a sentirme más mareada. Tanto que me vino una arcada. Fui corriendo al baño y vomité todo lo que había cenado la noche anterior. Mira que no había desayunado por lo mismo, pero me había tenido que sentar mal la cena ya que tenía una sensación muy extraña en el cuerpo.
Fui a mi puesto de trabajo y casi no me podía mantener en pie. Miriam me vio y rápidamente fue a mi lado. Me encontraba tan cansada que no sabía cómo seguía allí.

Miriam: Amaia, tienes que hacer algo con esto. No puedes estar así porque Alfred sea un capullo.
Amaia: No es por él Miriam. Estaré incubando un virus o algo.
Miriam: El hecho de no dormir influye Amaia.
Amaia: Supongo que sí…

Justo en ese momento me vino un arcada que no pude hacer otra cosa que vomitar en la papelera más cercana. Me sentía fatal. Nunca antes había estado así. Odiaba vomitar con todas mis fuerzas y más hacerlo en el trabajo cuando estábamos rodeados de tanta gente.
Fui al baño para lavarme un poco la cara sin decir nada. Esto era uno de estos momentos en los que hubiera preferido que la tierra me hubiera tragado. Me sentía muy mal y no quería que todo el mundo me viera así.
Cuando me estaba lavando la cara me di cuenta que Miriam me seguía y me dijo.

Miriam: Amaia, ¿Estás segura que no es nada? Es que te quiero hacer una pregunta, pero no quiero que te ofendas.
Amaia: Estoy bien Miriam. ¿Qué pregunta es?
Miriam: ¿Crees que podrías estar embarazada?

Cuando me dijo eso palidecía al segundo y me entró otra arcada, pero intenté tranquilizarme un poco y conseguí no volver a vomitar. Ahora que lo pensaba tendría sentido que así fuera, ya que había sido tan tonta para hacerlo con Alfred dos veces y encima sin condón. Hasta ese momento no había caído en este hecho ya que yo solía tomar las pastillas cuando estaba con Alex pero hace un par de meses dejé de tomarla porque no me merecía la pena para las pocas veces que lo hacíamos, o bueno quien dice pocas dice ninguna.
Había sido tan tonta para acostarme con él y encima  quedarme embarazada. No sé lo que diría mi madre. Mi familia siempre ha sido muy tradicional y para ellos esto es impensable. Si cuando me vieron con Alfred pensaron eso no sé lo que pensarían si resulta que de verdad estoy embarazada.
Intenté relajarme un poco más ya que al fin y al cabo todavía no lo sabía con certeza.

Miriam: Amaia, va a salir bien ya verás. Y salga lo que salga sabes que puedes contar conmigo.
Amaia: Gracias Miriam, no sé qué haría sin ti.
Miriam: Ya lo sabes. Además mira ahora a la hora de comer nos vamos a una farmacia y te la haces.
Amaia: Bueno sí… supongo que es lo mejor, pero como sea no sé cómo se lo voy a decir y más teniendo en cuenta lo que él piensa de los niños pequeños y si a eso le sumamos que mi familia…
Miriam: No pienses en eso y luego ya según el resultado vemos que podemos hacer.

El resto de la mañana me la pasé trabajando aunque notaba un cansancio terrible. La verdad que no sabía si era verdad lo del embarazo, pero solo imaginarme que podría estar embarazada no hacía más que comerme la cabeza. Yo ahora no estaba preparada para tener un bebé y menos fuera de cualquier matrimonio. No paraba de venirse a mi mente la manera que estaba con Gala. Se notaba que él y los bebés no se llevaban nada bien.
Por fin terminó la mañana y me fui junto con Miriam hacia la farmacia más cercana. Compramos un par de test de embarazo ya que no me fiaba de alguno diera una respuesta que no era.
Miriam se vino a mi casa, hoy iba a estar conmigo para acompañarme en todo esto. La verdad es que agradecía que me estuviera acompañando en todo esto.
Estábamos en la puerta de casa y justo me encontré a Alfred. Esperaba que fuera como otras veces que no me hablaba simplemente, pero para mi mala suerte no fue así. Miriam me miró y se quedó en la puerta mirando la escena. Sabía que ella no quería meterse, pero estaba ahí por si acaso.
Alfred me miró y me dijo

Alfred: Amaia, tenemos que hablar y tienes que dejarme explicarte lo que realmente pasó.
Amaia: No puedo Alfred de verdad

En ese momento no pude evitar ponerme a llorar. Sentía mucha presión y no era capaz de aguantarlo por más tiempo. Alfred se acercó más a mí y me intentó abrazar, pero me separé de él. Me hacía demasiado daño todo esto.

Alfred: Amaia, dime que te pasa
Amaia: No es nada y si fuera algo ya te lo diría.
Alfred: Amaia no quiero perderte.
Amaia: Dame tiempo por favor.
Alfred: Te doy lo que necesites.

Alfred puso su mano en mi mejilla y me miró con esos grandes ojos oscuros. Yo no pude mirarlo y me alejé y entré en casa. No era capaz de hablar más tiempo con él y más con la duda de si estaba esperando un hijo suyo.
Entré junto con Miriam a mi casa. Me había sido muy duro hablar con él. Hacía tiempo que no hablaba con él ya que me había decepcionado demasiado.
Entré en el baño e intenté hacer pis, pero estaba siendo casi imposible. Estaba tan nerviosa que no conseguía por nada del mundo. Incluso cogí una botella de agua que tenía por ahí y me puse a beber. No sé el tiempo que pasó, pero al fin pude hacer pis. Me costó mucho, pero al fin lo había conseguido.
Salí del baño y ahí estaba Miriam que estaba igual de nerviosa que yo.

Miriam: ¿Ya lo sabes?
Amaia: No, pone que tengo que esperar cinco minutos y si sale dos rallitas es positivo.
Miriam: Bueno entonces no te preocupes y esperamos. Todo va a salir bien.
Amaia: Eso lo dices porque no tienes a mi madre como madre…
Miriam: Bueno Amaia  sea lo que sea ya sabes que yo estaré contigo.

Pusimos la televisión para entretenernos un poco. Estaba muy agobiada y no sabía qué hacer, pero no podía. Por fin llegó la hora y le tenía que dar la vuelta para ver si estaba embarazada o no.  Esto podría cambiar toda mi vida. Le di la vuelta con mucho miedo.

Pd: no me matéis ♥️♥️espero que os esté gustando ♥️♥️¿sigo?

Solo por esta noche (Terminada y Editando )Donde viven las historias. Descúbrelo ahora