capitulo 27

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Cuando me fui de casa de Alfred fui primero a mi casa para arreglarme un poco. La verdad es que estaba muy cansada, pero a la.vez pletórica por todo lo vivido con Alfred. Quien sabe si este era el comienzo de algo mejor que estaba aún por llegar. Además si le sumamos el hecho de lo tensa que había estado por no tener sexo todo este tiempo ahora me sentía poderosa.
Me pinté un poco la cara, tenía unas grandes ojeras ya que muchos de los días no había podido descansar por el simple hecho de que estaba incómoda. El embarazo me hacia estar muy cansada. Con esta barriga cada vez me costaba más y eso que estaba de 24 semanas. No me podía ni imaginar lo que sería cuando ya estuviera a punto de tenerlo. No podia evitar tener ganad y a la vez miedo de que llegara ese momento.
Me puse un vestido rápidamente y salí de casa. Luis me iba a recoger en casa y siempre era muy puntual así que no quería hacerle esperar mucho. Aunque por naturaleza siempre solía llegar tarde a los sitios por mucho que intentara que no.
Una vez que iba bajando las escaleras me fijé como Luis iba retocándose el pelo. La verdad que era muy guapo y a pesar de ser algo mayor que yo sabía pasárselo bien. Justo lo que necesitaba ahora, disfrutar sin preocupaciones ni comeduras de cabeza.
Llegué y se dio un susto porque la verdad es que vine sigilosamente para que no notara que ya estaba aquí.

Amaia: Oye, Que estás muy guapo en. No hace falta que te peines más.
Luis: Dios Amaia, que soy yo quien te tiene que dar los sustos y también los piropos. ¿Qué tal está esta barriguita?
Amaia: Ya tiene nombre dije súper feliz con una sonrisa de oreja a oreja. Él era la primera persona a la que le iba a contar que tenía un nombre y la verdad es que tenía muchas ganas. Cada vez esto era más real y no podía evitar sentir cosquillas en el estómago. Aunque si soy sincera no sé si esas cosquillas se deben a patadas del pequeño o verdaderamente es por el nombre.

Luis: ¿Al final me dejarás ir a una ecografía? Quiero conocerlo también  que me paso el día contigo y el bebé y no nos hemos visto. Y bueno dime el nombre en.
Amaia: Oliver, se va a llamar Oliver. Y lo de las ecografías complicado en porque Alfred me ha dicho que quiere estar y solo me dejan llevar un acompañante y bueno ya sabes que él es el padre.
Luis: Amaia que tenga sus genes no quiere decir que sea el padre. Además lo que yo temo sobre todo es que vaya una sí y quinientas no y tengas que estar sola.
Amaia: Bueno si no Miriam viene conmigo.
Luis: Sabes que puedes contar conmigo cuando quieras aunque me jode ser el segundo plato, pero bueno espero que algún día te des cuenta.
Amaia: ¿Qué me dé cuenta de qué?
Luis: Nada Amaia.
Amaia: Pero no te enfades por favor eres muy importante para mí.
Luis: Lo sé dijo Luis mientras me cogía la mano y me daba un beso en ella.

Sin darme cuenta llegamos al sitio para merendar y la verdad es que sí que tenía hambre. Parece mentira que hubiera comido hace tan poco, pero con este pequeñín siempre era así. Lo único que esperaba es que no engordara más de lo necesario ya que en ese caso tendría que tener un régimen estricto y sería muy complicado volver a tener el cuerpo que tenía antes.
Nos sentamos en una mesa y la verdad que el sitio estaba muy tranquilo. Me gustaba esta tranquilidad, mi cabeza ya era un caos suficiente como para tener que agobiarme así que me encantaba estar aquí.
Pedí un gofre y Luis un crep para después probar de todo. Siempre que quedaba con él hacíamos eso. Cuando estábamos comiendo me fijé en que Luis tenía el labio un poco manchado de chocolate blanco así que no pude evitar reírme. Siempre he sido muy malpensada aunque siempre me había dado mucha vergüenza manifestarlo en voz alta, pero esta vez no pude contener la risa

Luis: ¿Qué pasa Amaia?
Amaia: Nada de verdad no me hagas caso- dije esta vez intentando parecer algo seria.
Luis: Siempre te hago caso ya lo sabes- me dijo mientras me ponía una mano en el muslo.

Ese gesto me incomodaba mucho así que me moví como quien no quiere la cosa e intentando que no se notara mucho. Luis captó la indirecta y justo en ese momento apareció mi hermana con su hija.

Ángela: Amaia, pero mira que barriguita tienes ya- dijo casi gritando mientras me tocaba la barriga. Mi hermana siempre había sido así de escandalosa y la verdad es que me daba mucha vergüenza el hecho de verla aquí. Luis me miró y lo que más me llamó la atención fue que la pequeña fue directa hacia Luis. Me extrañó mucho, pero mi hermana siguió hablando y no me dio tiempo ni a preguntar nada cuando dijo.
Ángela: No me digas que este es tu nuevo ligue. Es increíble y yo creo que haría mejor de padre de tu bebé antes que Alfred.
Amaia: Angela no empieces en.
Ángela: Pero chica, ¿Tú lo has visto? Está buenísimo y es un amor de persona.
Amaia: ¿Tú lo conoces?
Ángela: Claro que sí. Tiene un sobrino que es muy amigo de Sofía y en el parque no para de jugar con ella y su sobrino. Estamos todas las madres locas con él.
Amaia: Bueno… Ángela ya sé de qué sexo es el bebé.
Ángela: ¿Qué esperas para contármelo? Que un poco más y me entero cuando nazca que esta barriga ya…
Amaia: Ay… no me digas eso de la barriga que no sabes el complejo que tengo. El peque se llamará Oliver.
Ángela: ¿Estás segura de que papá te dejará ponerle ese nombre en vez del suyo?
Amaia: Es mi hijo no el suyo.
Ángela: Bueno, pues prepárate para decírselo. Yo quiero estar solo por verle la cara.
Amaia: Ángela… no te pases que nos conocemos.
Ángela: Venga, vente mañana con quien quieras. Cualquiera de tus novios vale.
Amaia: No te pases…
Ángela: Bueno, nos vemos. Te dejo con tu ligue.

Ángela cogió a la pequeña y se fue de la cafetería. Parecía que solo había entrado para verme. No me había dejado indiferente porque entre que me había dicho eso sobre Luis y el bebé…

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Solo por esta noche (Terminada y Editando )Donde viven las historias. Descúbrelo ahora