capítulo 15

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Le di la vuelta a los dos test y no podía creer lo que veía. En los dos test ponía positivo. No podía creer que estuviera embarazada de mi mejor amigo y lo peor de todo es que sentía cosas por él. Ahora iba a tenerlo siempre en mi vida porque este bebé nos uniría por siempre.
En ese momento rompí en lágrimas. No podía evitar pensar en cómo sería mi vida con un bebé. Era mucha responsabilidad y no podía dejar de pensar en mi familia en cómo se lo tomarían. Ahora tendría que hablar con Alfred sobre todo esto.

Amaia: Miriam, no sé cómo voy a hacer esto…
Miriam: A ver Amaia, si no estás preparada o no quieres tenerlo siempre tienes la opción de abortar.
Amaia: No no no no no no, no podría Miriam- dije mientras ponía mi mano sobre mi barriga como gesto protector. Es posible que no quisiera en un primer momento tener este bebé, pero no podría hacer nada en contra de él. Al fin y al cabo era mi bebé. Solo esperaba que fuera una niña y que no se pareciera en nada a él.
Miriam: Entonces tienes claro que quieres tenerlo.
Amaia: Sí, sabes que estoy en contra del aborto. Obviamente si alguien quiere abortar lo respeto, pero yo no me veo capaz.
Miriam: Te entiendo y no te preocupes, ya verás que todo saldrá bien.

Miriam se quedó el resto de la tarde en mi casa y la verdad es que me hacía mucha falta, pero cuando llegó la hora de la cena se fue a su casa. Yo me sentí muy sola, me tumbé en la cama. Me toqué la barriga y empecé a imaginarme en cómo sería mi vida una vez que lo tuviera. Sabía que me tendría que enfrentar a muchas situaciones en mi vida con el hecho de ser madre soltera y es que de hecho en pleno siglo veintiuno había muchos prejuicios en cuanto a esto y más en mi círculo más cercano.
Mis padres nos habían criado tanto a mi hermana como a mí de una manera muy tradicional. Ellos son del pensamiento que la felicidad plena la tendré cuando esté casada y tenga un montón de hijos y yo creía que eso era lo que quería. Bueno eso hasta lo de Alex, ya que creía que sería con Alex con quien podría cumplir ese supuesto sueño. Sin embargo todo cambió después de eso, ya que fui tan tonta para hacerlo con Alfred sin condón y quedarme embarazada. Entre estos pensamientos me quedé dormida y dio fin a un día bastante movidito.
El resto de la semana pasó sin muchas novedades, salvo que fui al médico para hacerme un análisis de sangre, para ver si realmente estaba embarazada y las pruebas dieron lo que ya me dijeron los test de la farmacia. Estaba de unas 2 semanas, aunque no sabía cómo me habían venido los síntomas tan pronto, pero el médico me dijo que estos síntomas podrían aparecer a partir de los 12 días después de la fecundación. Me dijeron un montón de datos y un montón de recomendaciones que la verdad es que me asustaron. Había muchos peligros que podrían afectar al bebé.
Todo iba relativamente normal, al menos yo intentaba entender por lo que me estaba pasando tanto a mí como a mi cuerpo. Obviamente físicamente no se me notaba nada, pero no sabía cuándo empezaría a notarse más. Siempre podría ponerme ropa más ancha, pero eso no me valdría para siempre.
Hoy era sábado y ya estaba de tres semanas, los médicos me habían aconsejado que me comprara algunos libros que hablaba sobre el embarazo. Me fui a casa ya que no quería perder tiempo para empezármelo a leer.
En este tiempo me había puesto a investigar mucho sobre esto ya que no quería que nada malo le pasara a este bebé. Me había hecho bastante a la idea de criarlo sola aunque tendría que contarle a Alfred todo lo del embarazo. Sabía que iba a reaccionar mal, era muy consciente de ello. Yo misma había reaccionado mal cuando me enteré, pero me hizo falta poco tiempo para empezar a quererlo. Bueno la verdad es que sentía que era una niña y lo deseaba con todas mis fuerzas. Aunque obviamente lo que principal que quería era que estuviera sano, pero en mi cabeza siempre me lo había imaginado como una mini yo tal y como era la niña de Ángela que era una copia clavada de su madre.  A mi familia aun no le había dicho nada porque tampoco había encontrado el momento y desde que me vieron en la cama con Alfred había una gran tensión entre nosotros.
Por fin llegué al piso, pero cuando estaba en el rellano me encontré con Alfred con la mala suerte que tenía en mis manos un libro que hablaba sobre embarazos. Alfred estaba enfrente mía, yo quería pasar, pero noté cómo su vista bajó directamente hacía el libro y abrió los ojos como platos. Vi en sus ojos algo que no había visto antes. Sus ojos irradiaban pánico. Él no decía nada ni yo tampoco así que como la que no quería la cosa fui caminando, pero justo en ese momento noté que la mano de Alfred estaba sujetándome el brazo sin dejarme continuar y me dijo en un tono de voz bastante alto y frío.

Alfred: ¿Qué es esto Amaia?- dijo cogiéndome el libro de la mano rápidamente.
Amaia: Un libro, dámelo.
Alfred; ¿Y para qué quieres un libro que habla sobre embarazos?
Amaia: Pues porque sí, no tengo porque darte explicaciones sobre mi vida.
Alfred: ¿Es de Alex?
Amaia: No.

En ese momento Alfred palideció y no dijo nada más. Tan solo se quedó mirándome con la mirada perdida. Yo me quedé igual, no sabía qué hacer ni que decirle sobre eso.

Alfred: ¿Es …?

Alfred no pudo terminar de hablar cuando yo le respondí. Se notaba que le costaba formular las palabras y es que de hecho no era para menos. Enterarse de esa manera en el edificio no era lo más soñado para nadie, pero así se había dado las circunstancias y la verdad que si hubiera sido de otra manera no sé cómo se lo hubiera dicho.

Amaia: Es tuyo…
Alfred: ¿Lo vas a tener?
Amaia: Sabes que no podría no tenerlo…

En ese momento vi como su rostro se ponía muy rojo. Era muy consciente de que le había dado mucho coraje enterarse de esa manera. Lo conocía y sabía que se había enfadado mucho. Tenía sus razones, pero para mí también estaba siendo muy complicado entender lo que estaba pasándome a mí. Al fin y al cabo era mi cuerpo y todo esto quisiera o no me afectaba directamente.

Alfred: ¿Y cuándo pensabas decírmelo cuando el niño hiciese la comunión y sin mi consentimiento  o qué?
Amaia: Tranquilízate Alfred…
Alfred: ¿Qué me tranquilice? ¿Cómo cojones quieres que me tranquilice si tomas las decisiones tú sola y no me tienes en cuenta en nada? ¿Me has preguntado acaso si yo quiero tenerlo?
Amaia: Es aunque tú no te quieras hacer cargo de este bebé lo haré yo.
Alfred: ¿Pero enserio me ves tan cruel como para eso?
Amaia: No es eso Alfred, es simplemente que sé que no es el tipo de vida que soñaste y lo que hablaste de los hijos no hace mucho…
Alfred: Pues claro que no quiero hijos, pero sí viene pues habrá que apechugar…
Amaia: No quiero que te lo tomes como algo que debes hacer… Mira paso, ya me las apañaré como madre soltera.
Alfred: Pero Amaia, déjame explicarme.
Amaia: No Alfred estoy harta…

En ese momento me fui y volví a llorar. Últimamente no paraba de hacerlo en todo el tiempo. No sé si era las hormonas o el qué, pero no podía parar. Llegué a mi casa  y me encerré allí. Sabía que Alfred me seguía, pero no tenía ganas de verlo ni a él ni a nadie. Así que sin libro, sin nada más que yo me quedé dentro de mi casa sentado sin parar de llorar. No me gustaban las palabras que había dicho Alfred. Era consciente de lo que pensaba Alfred sobre los niños, pero escucharlo en su propia boca me hizo más daño del que creía. Mi pequeño se criaría en un ambiente de amor con o sin padre y la verdad que no necesitaba a nadie para sacarlo adelante.

¿cómo creeis que seguirá esto?  Espero que os esté gustando leerla tanto como a mi escribirla. Perdón por el hype soy demasiado intensa ♥️♥️
Gracias por leerla y por todo el apoyo que le estando dando ♥️♥️♥️
Pd: si os estáis  leyendo los capítulos editados de amor pactado he subido el 15 nuevo y espero que os guste también ♥️♥️








Solo por esta noche (Terminada y Editando )Donde viven las historias. Descúbrelo ahora