capitulo 25

712 55 12
                                    

Estaba con Alfred en la consulta y entonces vi la imagen de nuestro bebé. La verdad que ya se podía ver a la perfección cada una de las partes. Era como si lo sintiera aquí con nosotros. No pude evitar soltar un par de lágrimas. Me fijé en como Alfred me cogía la mano y me daba un beso en ella. No pude evitar sonreír. Miré hacía Alfred y tenía los ojos con más brillo que nunca.

Doctora: ¿Queréis seguir sin saber el sexo?- Alfred me miró haciéndome pucheritos y yo asentí. Estaba preparada. Quería saberlo y por la cara que tenía Alfred también estaba deseando.
Amaia: Sí… queremos saberlo.
Doctora: Vale, pues es un niño.
Amaia: ¿Está segura?
Doctora: Sí, claro. Entre las piernas tiene el pene. Ya estás de más de 24 semanas es muy fácil verlo. ¿Queréis una copia de la ecografía de hoy?
Amaia: Sí.
Alfred: Dos por favor que yo también quiero.
Doctora: Pero, ¿No vivís juntos?
Amaia: No.
Doctora: No creáis que lo digo por cotillear. Es para ver si vas a estar sola cuando te pongas de parto. No es recomendable que lo estés.
Amaia: Pero… ¿Aún queda para el parto no?
Doctora: Claro, esperemos que sí, pero nunca se sabe si un parto se va a adelantar y el tiempo se pasará muy rápido. Por ahora siga haciendo lo que está haciendo hasta ahora que todo va genial.  Y quería hacerle una pregunta. Ya está en el mes sexto de embarazo y hay una cosa que tiene que saber. Es muy probable que sienta mucha necesidad de mantener relaciones sexuales, pero no pasa nada no haría ningún daño al bebé e incluso en las últimas semanas de embarazos está hasta recomendado. ¿Le está pasando?
Amaia: Sí, puede ser que sí…
Doctora: Bueno, pues no se preocupe que es algo normal y es cuestión de las hormonas.

Alfred y yo nos fuimos de la consulta y la verdad es que no me esperaba que fuera un niño. Creo que en mi cabeza me había imaginado que sería una niña, pero más que nada por el hecho de que no quería que se pareciera a Alfred en muchas cosas. Él no era lo que se dice un buen ejemplo a seguir y ahora que sabía a ser un niño me daba miedo de que se pareciera demasiado a él. No quería decirle nada de eso a Alfred, pero no podía evitar pensar así. Justo en ese momento escuchó su voz mientras decía.

Alfred: Oye, creo que deberíamos hablar del tema del nombre y demás ya que sabemos que es un niño. Ay Amaia me haría mucha ilusión ponerle Alfred…
Amaia: No sé si es buena idea el hecho de ponerle Alfred.
Alfred: ¿Y eso por qué no?
Amaia: No sé, nunca me ha gustado el hecho de que tuvieran el mismo nombre.
Alfred: ¿Y tú cual propones?
Amaia: Mateo, Lucas, Marcos… No sé esos me gustan.
Alfred: Y Juan no te digo.
Amaia: Pues mira es bonito.
Alfred: No quiero que se llame como los apóstoles solo por eso…
Amaia: Deberías respetar más mi opinión… No he dicho que le vaya a poner ese nombre.
Alfred: Perdón… Bueno creo que deberíamos ir a casa y cenar algo que este pequeño tiene que alimentarse.

Fuimos hacia el piso y cuando iba a ir hasta mi piso Alfred me cogió de la mano y me miró cara a cara y me dijo.

Alfred: Quédate a cenar en casa y hablamos de todo más tranquilamente.
Amaia: No sé Alfred estoy bastante cansada.
Alfred: Venga por fa que estoy intentando hacer las cosas bien…
Amaia: Bueno vamos.

Alfred se puso a cocinar. Mientras yo me senté. Estaba muy cansada, cuando andaba me sentía como si hubiera hecho una maratón. Al sentarme noté que se empezaba a mover dentro de mi barriga. Me encanta cuando le siento, es como si me recordara que está aquí. Puse mi mano ahí y empecé a hablarle. Puede ser que parezca que estoy loca, pero me encanta y a veces pienso que me responde.

Amaia: Bichito, ya por fin sabemos que eres un niño. Ahora estamos en casa de papá y a saber lo que nos cocina. ¿Tú que crees peque? Yo diría que pizza y espero que sea así porque me muero de hambre.
Alfred: Acertaste.

Me di la vuelta y lo vi lleno de harina y con una sonrisa de oreja a oreja. Me iba a poner las manos en la barriga, pero estaba lleno de harina y no quería terminar igual así que le dije.
Amaia: Ni se te ocurra en- dije entre risas, pero él acabó poniéndose encima de mí y con su cara apenas a centímetros. No pude evitar coger aire, estábamos demasiado cerca como para poder soportarlo durante más tiempo. No sé si eran las hormonas, pero me moría de ganas de volver a besarle. Alfred acercó sus labios a los míos y me vi sumida en un profundo beso. Sus manos estaban en mi pelo y sentía como se enredaban en mí. Solo él sabía hacerme sentir de esta manera solo con sus caricias y sus labios con los míos. Sentía una incipiente erección sobre mí, pero…
Ahora mismo no era el momento para eso. Hacía poco tiempo que me lo había encontrado con otra. No podía caer de esa manera en sus brazos como si nada más me importara. Debía respirar profundo y separarme por muchas ganas que tuviera de hacerlo en estos momentos. Así eso hice, me separé de él y dije.

Amaia: Alfred, para por favor que esta no es la manera.
Alfred: Hombre sin ropa es mejor.

¿Qué creeis que pasará? Espero que os esté gustando ♥️♥️ me gustaría subir más capítulos y hacerlos más largos, pero últimamente tengo muchas cosas. espero  que lo entendáis  y decirme que os está pareciendo♥️♥️







Solo por esta noche (Terminada y Editando )Donde viven las historias. Descúbrelo ahora