capitulo 16

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Seguí un rato sentada en la misma posición hasta que por fin dejé de escuchar ruidos detrás de la puerta. Lo que quería decir que Alfred se había ido. No quería que esta fuera la manera en la que él se enterara de la noticia, pero ya era tarde y no se podía dar un paso atrás. No pude evitar tocarme la barriga, ahora estábamos nosotros dos solos en el mundo y sinceramente ahora que lo pensaba quizás todo fuera más sencillo así.
También estaba el hecho en que mi familia no lo iba a aceptar y me iban a decir de todo, pero ahora mismo poco me importaba. Sabía que estaba embarazada y al fin y al cabo eso era lo más importante a pesar de todo.
Sin embargo no podía parar de pensar apoyada a través de la puerta para darme cuenta de lo mucho que iba a cambiarlo todo. Justo en ese momento escuché que llamaban a la puerta. Esperaba con todas mis fuerzas que no fuera Alfred ya que no quería saber que tuviera que ver con él. Para mi sorpresa era Aitana. Me sorprendió bastante ya que yo apenas había hablado mucho con ella e incluso me sorprendió que me invitara al cumpleaños de Gala. Abrí la puerta y me la encontré con unas bolsas que parecían ser de la compra. La verdad es que lo que menos me esperaba que ocurriese es que me encontrara a Aitana aquí y menos con unas bolsas de hacer la compra.

Aitana: ¿Estás bien? Te he escuchado llorar y he visto a Alfred por las escaleras y no me ha querido decir lo que te pasaba.
Amaia: No es nada, no te preocupes. Pasa si quieres, pero no hay de qué preocuparse.

Aitana pasó con sus bolsas y las dejó en un rincón. La verdad que es la situación más surrealista que había vivido antes. Justo en ese momento cuando iba a hablar escuché un ruido que venía de fuera y esta vez sí que sabía que era él. Por la manera en la que escuchaba los pasos así que me acerqué a la puerta y miré por la mirilla. Sabía que él me había visto, pero poco me importaba ahora. Vi que dejaba una carta debajo de la puerta y se marchaba. Tenía los ojos muy rojos como si hubiera llorado y la verdad que sentí un poco de pena por él, pero luego me acordé de lo que había dicho sobre nuestro hijo y se me fue todo. Estaba muy enfadada, pero cogí la carta sin decir nada y me fui con ella hasta el salón donde estaba Aitana ya que durante un segundo me había olvidado de que ella estaba en mi casa.

Aitana: Amaia, sé que no tenemos mucha confianza, pero estoy aquí para lo que necesites.

En ese momento no pude evitar ponerme a llorar de nuevo. No sé qué me pasaba, pero últimamente no paraba de hacerlo una y otra vez. No sé si serían las hormonas o el que sería, pero esta situación me estaba superando. Aitana me abrazó y la verdad que me sentía mucho mejor. Le conté todo ya que quería escuchar una opinión de alguien externo a mí, aunque por otro lado me daba miedo lo que pudiera pensar sobre ello, pero parecía que Aitana no era de las que actúan así.

Aitana: Dios Amaia me has dejado sin habla, pero por lo que has dicho tenéis una conversación pendiente.
Amaia: Pero es que dijo unas cosas sobre el bebé que no sé si le podré perdonar...
Aitana: Habla con él cuando estéis los dos más tranquilos e intentad llegar a un acuerdo. Al fin y al cabo los dos vais a ser los padres de ese bebé.
Amaia: Ya, pero ahora mismo como vea a Alfred me entran ganas de pegarle o algo peor...
Aitana: Eso también pueden ser por las hormonas en... yo cuando me enteré que estaba embarazada no quería ver a Roi ni en pintura, sin embargo míranos ahora.
Amaia: Pero no es lo mismo Aitana, tú estás con Roi. Yo con Alfred solo somos amigos...
Aitana: Los amigos normales no se acuestan...
Amaia: Fue un error...
Aitana: Bueno pues si es como tú dices que no sentís nada el uno por el otro, cosa que dudo mucho, podéis los dos criar a ese bebé sin complicaciones de amor. Solo como padres será más fácil, es como si estuvierais separados, pero sin rencores.
Amaia: No sé Aitana... criar a un bebé es muy complicado... mi hermana tiene un niña de 4 años y están todo el día discutiendo.
Aitana: Amaia lo sé recuerda que yo también tengo una niña, pero recuérdalo de la manera que te he dicho. Además hoy en día los modelos tradicionales de familia cada vez se ven menos.
Amaia: Pues mi familia no creo que lo apruebe...
Aitana: Es tu vida Amaia no la suya y bueno si necesitas algo sabes que puedes contar conmigo. Aun así ten en cuenta que incluso vivís al lado.

Estuve más tiempo hablando con Aitana y la verdad es que creo que tenía razón. Iba a tener que intentar abrir la mente ya que me costaba debido a la educación que me habían dado, pero resultaba difícil. Estaba tan acostumbrada a lo que me habían enseñado desde pequeña que me costaba la vida pensar de otra manera.
Al rato se fue Aitana a su casa y sin darme cuenta había pasado mucho rato, pero lo peor de todo es que ni me acordé en que Alfred me había enviado una carta.
Me tumbé en el sofá y me puse a leer la carta que decía.
Para Amaia
Todo esto que me has dicho tan de sopetón la verdad es que me ha cogido de improviso, pero eso no quiere decir que no me quiera hacer cargo de este bebé. Amaia yo te quiero y pase lo que pase voy a estar contigo en todo lo del bebé. Por favor ten un poco de paciencia conmigo en todo esto que sabes que siento que todo me viene grande.
No quiero que te enfades conmigo y quiero hablar sobre todo esto.

La verdad es que después de la charla con Aitana estaba más tranquila así que decidí ir a casa de Alfred para hablar con él. Me miré al espejo y me maquillé un poco para que no se notara mucho que había estado llorando. Me subí la camiseta que llevaba y me fijé en mi vientre. Ahora mismo obviamente estaba plano, pero no pude evitar imaginarme lo que sería llevar a mi pequeño en la barriga.
Subí las escaleras y me presenté en su casa. Llamé al timbre y noté que al momento Alfred miraba por la mirilla y la puerta se abrió y allí apareció Alfred. Me fijé en que tenía los ojos muy rojos y el pelo despeinado. Creo que también lo había pasado tan mal como yo, pero cuando le vi no pude hacer otra que acercarme a él y darle un abrazo. Lo necesitábamos tanto él como yo. Sin poder evitarlo volvieron a salirme lágrimas de los ojos y noté como él estaba igual. Nuestras vidas iban a cambiar mucho con todo lo relacionado con el bebé, pero solo esperaba que a pesar de eso nuestra relación no cambiara y siguiera siendo el mismo. Siempre hemos sido amigos y hemos hecho todo juntos y ahora íbamos a tenernos para siempre porque un hijo es algo que lo tienes para toda tu vida. Estaba entre sus brazos y noté como me abrazaba con más fuerzas. No pude evitar soltar un suspiro y miré a Alfred a los ojos. Él puso una de sus manos en mi mejilla y me sonrió. Yo no pude evitar hacer lo mismo, le había echado mucho de menos. Necesitaba tenerlo siempre a mi lado. Estas semanas desde que lo había visto con otra habían sido un suplicio.
Sin embargo aquí estábamos cara a cara en su casa y ninguno de los dos se atrevía a pronunciar palabra por miedo a quitarle la magia a este momento tan especial. Yo puse las manos en su pelo, había echado de menos tocarle el pelo y es que de hecho era una de las mejores cosas para relajarme. Él puso el dedo índice sobre mi cara, lo que hizo que mi rostro se pusiera a la misma altura que el suyo y que a penas estuviéramos a unos centímetros de distancia.

¿qué creeis que pasará ?¿sigo?















Solo por esta noche (Terminada y Editando )Donde viven las historias. Descúbrelo ahora