capitulo 9

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La pequeña empezó a vomitar en brazos de Alfred y dejó a Alfred perdido toda su camiseta.
Rápidamente vino a Aitana y cogió a la niña mientras intentaba mecerla.  Cogió unas toallitas para limpiarla.
Miré hacia Alfred y la verdad que la cara del pobre era un poema. De pequeño me acuerdo que no aguantaba el vómito por nada del mundo. Vi que su cara empezaba a ponerse un poco verde y le entró una arcada.
Rápidamente le pregunté dónde estaba el baño y acompañé a Alfred hacia el baño donde vomitó una vez que llegó allí. Me puse a su lado y le estuve sujetando el pelo. Una vez que vomitó le quité la camisa que llevaba y me puse a lavarla en el lavabo. Alfred se sentó en el suelo y dijo

Alfred: ¿Ves lo que me pasa siempre con los niños?
Amaia: Tranquilo Alfred. No pasa nada si tú supieras la de veces que me han vomitado mis sobrinos encima…
Alfred: ¿Pero tú has visto cómo me he puesto por eso?
Amaia: Sí, eres un exagerado en.
Alfred: Perdone usted señorita. Mira me voy a casa que se me ha cortado todo el cuerpo.
Amaia: No Alfred quédate un poco más.
Alfred: No, ya nos vemos esta noche Amaia.

Justo en ese momento entró en el baño Roi y dijo
Roi: Lo siento mucho tío es que Gala es clavadita a su madre y no puede aguantar sin comer chocolate y se ve que se ha cebado. Déjame que te deje una camiseta y te quedas aquí.
Alfred: No sé…
Roi: Venga que te prometemos que no te va a potar nadie más.
Alfred: Bueno.
Amaia: Bien- dije súper ilusionada. No quería que Alfred se llevara esa impresión.
Roi. ¿Ves? Tu chica se ve que estaba deseando de pasar tiempo contigo. Y bueno espero que cuando tengáis uno no te pase eso cuando te vomite encima.
Alfred: Em. No estamos juntos. Somos solo amigos.
Roi: Mierda perdón.
Amaia: Te ha pasado lo mismo que a Aitana.
Roi: Sí, es que como siempre os veo juntos creía…
Amaia: No te preocupes.
Roi: Bueno Alfred vente que ahora metemos esta camiseta en la lavadora y te dejo una. Cuando te vayas estará como nueva.
Amaia: Yo iré a ver qué tal esta Gala.
Roi: Probablemente dormida. Cuando vomita se duerme.

Dejé a Alfred y a Roi  hablando de sus cosas y me quedé más tranquila. Esperaba que Alfred se dejara conocer e hiciera buenas migas con Roi. Se veía que tampoco tenían muchos amigos por aquí y tenían más o menos nuestra edad. Fui al salón y allí estaba Aitana con Gala cambiada de ropa y completamente dormida.

Amaia: ¿Qué tal está Gala?
Aitana: Muy bien, es que le gusta demasiado comer y después le pasa lo que le pasa. ¿Y Alfred que tal está?
Amaia: Bien ahí está con Roi que le va a dejar su camiseta.
Aitana: ¿Es verdad lo que me dijiste que no estáis juntos? Es que te mira de una manera que madre mía.
Amaia: Sí es verdad. Somos casi como hermanos.
Aitana: Pues cualquiera lo diría. Bueno mientras estéis bien.

En ese momento vino Roi con Alfred. Alfred llevaba una camisa de flores que la verdad es que no le pegaba mucho y lo mejor era que Alfred al tener los brazos más musculosos que Roi parecía que estaba a punto de estallar. Además si le sumamos el hecho de que él nunca se pone camisas de ese estilo.
El resto de la velada estuvo bien. La pequeña se despertó y acabó abriendo su regalo con una sonrisa de oreja a oreja. Alfred mantenía las distancias con la niña, pero parecía muy a gusto. Sobre todo con Roi ya que habían hecho muy buenas migas. Me alegraba mucho por él. Yo también había cogido mucha confianza con Aitana en muy poco tiempo y es que de hecho era un amor de persona y se notaba que era una madre espectacular. Trataba con un cariño inmenso hacia Gala. Cuando en el día de mañana sea madre me gustaría parecerme a ella.
Todo fue genial, pero ya se iba haciendo tarde y llegó la hora de irnos porque teníamos que cenar y prepararnos para la fiesta.
Cuando estábamos fuera de la casa Alfred me dijo

Alfred: Amaia siento haber sido borde antes por lo que pasó con Gala sé que no era tu culpa.
Amaia: No pasa nada. Sé cómo te pones cuando ves vómito.
Alfred: Ya, pero sin embargo tú has estado conmigo cuando me sentía mal y quería agradecértelo.
Amaia: Alfred ya sabes somos amigos y estamos juntos en las buenas y en las malas.

Alfred me dio un abrazo y me sonrió. La verdad que sus abrazos siempre eran increíbles y yo agradecía mucho uno de esos.

Alfred: Bueno, nos vemos preciosa. Prometo no volver a potar.
Amaia: A ver si es verdad.
Alfred: Bueno ponte guapa, aunque no sé si lo vas a conseguir más de lo que lo eres ya.
Amaia: Deja de ser tan pelota que voy a ir pesado.
Alfred: Que no, que es verdad. Eres muy guapa.

Me quedé mirándolo y le di un beso en la mejilla. Acto seguido entré dentro de casa. Me quedé pensando en cómo había cambiado mi percepción sobre él en tan poco tiempo, pero tendría que parar de pensar de esa manera sobre él. Lo único que tenía era acostumbrarme a verlo cómo lo solía ver, cómo un buen amigo.
El resto del tiempo que quedaba para salir con Alfred era poco así que aproveché para ducharme ya que lo que menos quería era oler mal. Me duché y comí algo ya que conociendo a Alfred íbamos a beber sí o sí así que prefería al menos tener el estómago lleno para tomar algo. Me vestí tal con el vestido de Miriam y la verdad que era muy ajustado. Marcaba más de lo que estaba dispuesta a enseñar, pero no tenía otra cosa. No quería pintarme todavía ya que si no iba a sudar, pero tenía claro que quería hacerme algo diferente de lo que me solía hacer normalmente. Además tenía mucha curiosidad por ver la cara que pondría Alfred cuando me viera maquillada. No sé porque pensé en lo que iba a pensar Alfred cuando me viera. Me puse unos tacones y me dejé el pelo a lo natural. Al tener el pelo ondulado con un poco de crema para rizos me quedaba muy bien. Me hice una foto delante del espejo y se la mandé a Miriam. Miré la foto y la verdad es que no me reconocía. Parecía una de las típicas personas que suele ir de fiesta como costumbre aunque bueno aun me faltaba el toque final que era el maquillaje.
Me miré otra vez y me intenté bajar un poco el vestido, pero no bajaba más. Justo en ese momento escuché la puerta. Miré el reloj y en efecto era temprano todavía para que viniera Alfred, pero me acerqué para abrir la puerta.
Primero me quité los zapatos ya que sabía que como me llevara mucho tiempo más con  ellos puestos no aguantaría nada en la fiesta así que los cogí en la mano y abrí la puerta sin esperar encontrarme a la persona que me encontré tras esa puerta…


¿Quién crees que está tras la puerta? ¿Sigo?









Solo por esta noche (Terminada y Editando )Donde viven las historias. Descúbrelo ahora