LA TARTA

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Aunque han pasado los años, debo reconocer que mamá siempre tenía razón.

Recuerdo aquel día de primavera. Estaba terminando de espolvorear el azúcar glas sobre la tarta que acababa de sacar del horno.

La dejé en el alfeizar para que se acabase de enfriar como hacía siempre con mis pasteles.

Probé las migajas que quedaban en el molde y me pareció deliciosa. La receta era de mamá, aunque ella la había heredado de mi abuela. Una receta que pasa de generación en generación. Con un ingrediente secreto que la hace más deliciosa aún. Y debo reconocer que cada vez nos sale mejor.

En el salón me estaba esperando mi nueva amiguita. Se llamaba Sara, y la había conocido en el parque. Aún me parece verla. La había traído a casa y habíamos planeado jugar toda la tarde.

Cuando tuviese hambre, le partiría un trozo generoso de mi tarta. Pues cómo dice mamá, y tiene mucha experiencia: 

--De lo que se come, se cría. 

Y como dije antes, ella siempre tiene razón:  A la niña de la semana pasada le di un pedacito enorme de la que hicimos ese día y... ¡fíjate luego lo rica que me ha salido esta tarta!


Estrella Vega

CRISOL DE SUEÑOSDonde viven las historias. Descúbrelo ahora